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#GraciasXavi
Xavi ha anunciado este martes su retirada de la selección española. Con él se va, probablemente, un trocito importante, si no el que más, de la historia de un equipo de leyenda. Por ello, sólo queda darle las gracias y seguir disfrutando de las últimas gotas de fútbol que nos deje en el Barça.
Desde un principio, Xavi estaba encaminado a hacer historia con España. Ya en las categorías inferiores de la ‘Roja’ se erigió en un líder y comenzó a hacer lo que años más tarde haría en la absoluta: historia. Así logró en 1999 que España, primera vez, se proclamara campeona del mundo. Fue en categoría sub-20.
Poco después llegó la plata en los Juegos Olímpicos del año 2000. Aunque el hombre clave para que Xavi nos diera tantos buenos momentos con la Selección fue Luis Aragonés. El sabio de Hortaleza, haciendo más que nunca honor a su apodo, fue el primero que confió en él como hombre clave y protagonista con España.
Por ello, le dio la batuta del equipo nacional para el Mundial de 2006 pese a que Xavi se había perdido gran parte de la temporada por una grave lesión. España no ganó aquel torneo, pero por primera vez en mucho tiempo dio la sensación de tener un estilo propio al que únicamente la veteranía de Francia, y su propia inexperiencia, pudo parar.
A partir de entonces todos los grandes momentos de España están ligados, inevitablemente, al nombre de Xavi: la asistencia a Fernando Torres en Viena, el balón dirigido a la cabeza de Puyol en Durban o la exhibición en Kiev contra Italia. Xavi ha sido el encargado de llevar la batuta y engrasar esa máquina de hacer fútbol que era España.
Xavi no es tonto y sabía perfectamente que aquello no podía durar siempre, que una retirada a tiempo siempre es una victoria. Por ello, tras el baile a Italia en la Eurocopa de 2012 por primera vez pensó seriamente en dejar el equipo nacional. En aquel torneo Xavi comenzó a dar muestras de que los años no pasan en balde y únicamente jugó a su nivel en la final, lo que se tradujo en el 4-0 con el que acabó la contienda. Aquel fue, probablemente, su último gran partido con España.
Sin embargo ese poderío en el juego nos dejó a todos con ganas de más, quién es el valiente que es capaz de decir no cuando tiene un buen plato de jamón delante, y Vicente del Bosque no fue menos. El charro convenció a Xavi para que siguiera hasta el Mundial, qué mejor sitio para dar tu última clase magistral que en Brasil.
Xavi aceptó y fue convocado para el Mundial. Comenzó de titular contra Holanda y, pese a que fue de lo más destacado en los pocos minutos en los que España dio una imagen digna en el torneo, fue acusado por el bufandismo reinante en España como uno de los grandes culpables de la debacle contra los tulipanes.
Del Bosque accedió a las voces que pedían la cabeza de Xavi y se la concedió. Él, que había sido el que más hincapié había puesto en que jugara el torneo, fue el primero en darle la patada. Por ello, el de Holanda fue su último partido con España aunque el tiempo demostró que la debacle mundialista española no fue culpa de Xavi.
Consciente de que hay señales que son inequívocas, Xavi decide poner punto y final a su etapa con la Selección. Lo es también de su error de no haber hecho caso a su cabeza y haber hecho efectiva esa decisión en 2012 tras el triunfo en la Eurocopa.
Lo peor de esta retirada es que deja la sensación como si Xavi la hiciera teniendo que deber algo a alguien cuando no es así, somos los españoles los que le debemos a él todo lo que nos ha hecho disfrutar y soñar. Los bufandistas no nos podrán quitar eso. Es curioso que los mismos que critican que Xavi ya está acabado y que él no ha sido el motor de esta España de leyenda en cambio sí alaban a futbolistas como Andrea Pirlo. Un jugador con la misma clase que Xavi pero con menos palmarés que el catalán.
Un bufandismo cuyo odio ciega ojos y no para de echar bilis. En cualquier país ahora mismo se veneraría a Xavi como lo que es: un mito, una leyenda. En España no, somos así de ingratos. Un homenaje a Xavi el bufandismo no lo entendería como un homenaje a la mejor España, sino al Barça. Y eso en ciertos sectores no gusta nada.
Ya le echarán en falta cuando los éxitos, como antaño, vuelvan a ser brillantes excepciones más que la maravillosa realidad a la que España nos tenía acostumbrados. Y es que los jugadores de fútbol en ocasiones son como los muertos, sólo hay unanimidad para hablar bien de ellos cuando se les echa en falta.
Yo me niego a ello. Por ello, quiero aprovechar ahora para decir #GraciasXavi. Los verdaderos amantes del fútbol siempre estaremos en deuda contigo.
El primero de los 700 partidos de Xavi
La última semana nos trajo un bonito dato estadístico, ya que Xavi se convirtió en el primer jugador de la historia del Barça en alcanzar los 700 partidos tras haberse vestido de corto el pasado jueves en el Coliseum Alfonso Pérez contra el Getafe. Es por ello que merece la pena recordar cuál fue el primero de los 700 encuentros del centrocampista con la camiseta azulgrana.
Fue el 18 agosto de 1998, en la ida de la Supercopa de España contra el Mallorca en el Lluís Sitjar. Xavi, por aquel entonces un joven de 18 años, fue la gran novedad de aquella noche en el once que presentó Louis Van Gaal, entrenador culé en aquel momento. Además de por su inexperiencia, sorprendió ver al medio entre los titulares porque unos días antes del partido se encontraba de vacaciones.
«Sólo me quedaban tres días (de vacaciones). Además, el míster ya me había avisado de esta posibilidad y me dijo que estuviera localizable», declaraba el catalán a Mundo Deportivo. Entró en la convocatoria por Albert Celades, que de la noche a la mañana pasó de ser indiscutible con Van Gaal a pasar al más puro ostracismo.
Aquel partido contra el Mallorca también fue especial para Xavi porque logró su primer gol con el Barcelona. «Estaba allí, en el lugar preciso, en el piquito del área. Giovanni peinó hacia atrás el balón, éste le llegó a Luis Enrique, que se lo pasó a Nadal. En ese instante pensé: si me llega, marco. Se la pedí a Mique! Ángel. Chuté a romper y… ¡gol!», describía el ahora internacional.
Aquella actuación sirvió para que la prensa le comenzara a bautizar como el ‘Guardiola del 2000’ y que el Barça se planteará renovarle un contrato en el que tenía una cláusula de rescisión de 500 millones de pesetas (3 millones de €). Una cifra que hoy viendo cómo se ha desarrollado la carrera del internacional español casi suena a risa.
Por cierto, aquel verano Xavi volvió al Lluís Sitjar para disputar un nuevo partido. Lo hizo el 30 de agosto para disputar la primera jornada de Segunda División con el Barça B contra el Mallorca B en un partido en el que los azulgranas cayeron 4-1 contra los baleares.
Xavi el escultor del fútbol
El fútbol es un deporte que, normalmente, premia a aquellos que prefieren mimar al balón antes de dar un burdo pelotazo. Los estadios de fútbol, de hecho, los llenan aquellos que ven que mediante el juego de toque puede abrir hasta la más férrea defensa. Un ejemplo de ello es Xavi Hernández, el escultor de España, la Campeona del Mundo.
Xavi comenzó a dar cariño a la pelota, que no a darle patadas, en su Terrasa natal. Sin embargo, allí jugaba de delantero. Pero su carrera como ‘9’ finalizó muy pronto. A los once años concretamente. A esa edad ‘Pelopo’ se incorporó a las categorías inferiores del Barça. En La Masía los técnicos le retrasaron al medio porque le veían algo lento y pensaban que tenía un buen perfil como pasador. No se equivocaron, pues la velocidad que supuestamente no tenía como ariete la tenía para pensar y dibujar pases imposibles, como si tuviera en la cabeza una escuadra y un cartabón.
Así a pocos extrañó que Xavi poco a poco fuera ascendiendo hasta llegar al primer equipo. Su debut como culé se produjo el 18 de agosto de 1998, en la Supercopa de España contra el Mallorca. El Barcelona perdió dicho encuentro por 2-1 y al día siguiente las crónicas de los periódicos subrayaron que lo poco que destacó aquel día en un gris Barça fue Xavi, que además se estrenó como goleador. Esto tuvo un gran mérito, puesto que el jugador fue llamado para disputar el encuentro con tan sólo un día de antelación, cuando aún estaba de vacaciones. Hay que recordar que aquel verano Xavi lo había iniciado tras lograr que el Barça B ascendiera a Segunda A tras un duro playoff contra el Real Madrid B. Por ello, el de Terrasa disfrutaba de unos más que merecidos días de descanso.
La presencia de Xavi aquella temporada en el primer equipo no fue testimonial, ya que debido a que Guardiola estuvo durante mucho tiempo lesionado y a que Van Gaal había relegado al ostracismo a Celades, el egarense disputó un buen número de encuentros. En uno de ellos, de hecho, Xavi salvó la cabeza de Van Gaal al anotar el gol de la victoria contra el Valladolid en un partido en el que el entrenador holandés se jugaba el puesto.
Xavi finalizó la temporada con un gran colofón: se proclamó campeón del Mundo-Sub20 con España junto a otros jóvenes como Casillas o Marchena. En aquel torneo, casualidades de la vida disputado también como el de 2010 en territorio africano, Xavi fue para todos el mejor del torneo. Sin embargo, la FIFA concedió el balón de oro al hoy culé Keita en una decisión que fue considerada más política que deportiva.
A finales del 2000 Xavi se proclamó subcampeón olímpico en Sydney y enamoró a todos con su juego. De hecho, Arrigo Sachi elaboró un informe para el Milan en el que al lado del medio español escribió las siguientes palabras: “Hay que ficharlo cueste lo que cueste”. Con la salida de Guardiola del Camp Nou rumbo a Italia Xavi cogió un peso mucho más importante en el equipo. Así que hasta que, paradójicamente con el regreso de Guardiola al Barça, esta vez como técnico, llegó a su cenit como futbolista.
Jugadores como Messi saben que sin él a su lado bajan notablemente su rendimiento. De hecho, tanto prensa como aficionados consideran a Xavi como el motor de España y del Barça, las, posiblemente, escuadras más potentes del mundo. Sin embargo, su currículum tiene un lunar: estos reconocimientos no se transforman en premios como el Balón de Oro. ¿Qué más tiene que hacer Xavi para recibir este reconocimiento después de recordarnos día sí y día también lo bello que puede ser el fútbol?
Desde Lamedialuna sólo podemos decir: Gracias Xavi
Las finales ganadas por Cúper
Héctor Cúper a lo largo de toda su carrera ha tenido un estigma: entrenador maldito para la finales, ya que en más de una ocasión sus equipos se han quedado a las puertas de la gloria. Un ejemplo reciente de ello es la final de la Copa de África perdida por Egipto contra Camerún. Sin embargo, toda regla tiene su excepción y en el caso del técnico argentino no iba a ser diferente.
Y es que, pese a esa fama de eterno subcampeón, Cúper sí que sabe que es lo que es lo que siente un equipo cuando el árbitro hace sonar el pitido final y es es el campeón del torneo. Esa sensación, por mucho que haya demasiada gente que no lo quiera creer, la ha vivido en hasta tres ocasiones. Se da la curiosa circunstancia de que las tres finales en las que el conjunto al que dirigía el técnico albiceleste se hizo con el título se disputaron a doble partido.
La primera de ellas fue en 1996, con el Lanús de su Argentina natal. Cúper llevó a los granates a la final de la Copa Conmebol, un torneo que ya no existe en Sudamérica pero que podría asemejarse a lo que era la antigua Copa de la UEFA. Tras eliminar a Bolívar, Guaraní y Rosario Central, por este orden, alcanzó la final, en la que se medió al Independiente de Santa Fé de Colombia.
En el partido de ida, Lanús ganó en casa por 2-0 y dejó la final bastante bien encarrilada. Sin embargo, en la vuelta Independiente de Santa Fé hizo el 1-0 en los primeros compases de partido e hizo temer a los hombres de Cúper con una posible remontada. Sin embargo, los granates supieron aguantar bien las embestidas de su rival y mantuvieron el 1-0, que a la postre acabó dándoles el título.
De Lanús Cúper pasó al Mallorca. La gran mayoría de aficionados recuerda el paso del técnico argentino por el club bermellón por las derrotas tanto en la final de la Copa del Rey de 1998 como en la de la Recopa de 1999. Sin embargo, muy pocos se acuerdan de que fue bajo la batuta de Héctor cuando el conjunto isleño sumó el primer título oficial de su historia: la Supercopa de España de 1998.
El Mallorca disputó este torneo debido a que Barcelona el anterior año había hecho doblete ganado Liga y Copa de la mano de Louis Van Gaal. La final se disputó a doble partido y la ida se disputó en el mítico Lluís Sitjar. El conjunto de Cúper se hizo con el triunfo por 2-1 en un partido que siempre quedará también para la historia como el del día en el que Xavi Hernández debutó y marcó con el Barça en partido oficial.
Pese a la victoria, la prensa de la época consideraba que en el Camp Nou el Barcelona le daría la vuelta a la eliminatoria. Nada más lejos de la realidad. El Mallorca se tomó una pequeña revancha por la final perdida en los penaltis con el Barça en la Copa meses atrás imponiéndose en el feudo blaugrana por 0-1 y levantando así el primer título oficial de toda su historia.
Los buenos resultados obtenidos por Cúper en el Mallorca, logró que un recién ascendido jugará competición europea con asiduidad y que peleara por títulos, le hicieron fichar por el Valencia, conjunto en el que, pese a que siempre tendrá el estigma de las dos finales de Champions perdidas, también logró levantar un título.
Al igual que sucediera con el Mallorca, el trofeo que el argentino ganó con los ché fue la Supercopa de España contra el Barcelona. Fue en 1999 y, como el Valencia había ganado la Copa del Rey un año anterior, la ida se jugó en Mestalla. Los valencianistas ganaron el partido por 1-0 con un gol a los 86 minutos de Claudio López, auténtica bestia negra de los azulgranas en aquella época.
El partido de vuelta fue trepidante. Pese a que el Barça lo intentó una y otra vez, siempre que los catalanes se adelantaban en el marcador los hombre de Cúper les respondían casi acto seguido con un nuevo tanto y de esa manera regalaron al público un vibrante 3-3 que dio a Cúper su segundo título en España.
Los otros Lopeteguis de España
El nombramiento de Julen Lopetegui como seleccionador español ha sido una de las noticias más sorprendentes que nos ha dejado el mes de julio debido a la poca experiencia del técnico vasco en el fútbol de élite. Sin embargo, en la historia reciente del fútbol español no es la primera vez que la ‘Roja’ nombra como seleccionador a un técnico con poco bagaje en alta competición.
Un claro ejemplo de ello fue Vicente Miera en el inicio de la década de los noventa. El técnico cántabro se hizo con el banquillo de la selección española en abril de 1991, después de que la Federación despidiera a Luis Suárez por la irregular actuación que estaba haciendo España en la fase de clasificación para la Eurocopa de 1992.
Pese a que la prensa de la época señalaba a Luis Aragonés y a Jabo Irureta como los principales candidatos a ocupar el puesto dejado por el técnico gallego, finalmente Ángel María Villar, que por entonces ya mandaba en la Federación, prefirió decantarse por Miera, que entonces se encontraba en el paro, al contrario de los otros dos candidatos.
Hasta la fecha, lo más reseñable de Miera en los banquillos había sido su paso sin pena ni gloria por el Atlético de Madrid y el haber sido durante dos años el técnico asistente de Miguel Muñoz en la selección española. Con dicho currículum a pocos extrañó que Miera no supiera relanzar a España y esta última quedar fuera de la Euro 92, último torneo grande que no ha disputado. Por ello, puso fin a su periplo como seleccionador en 1992, aunque lo hizo con un buen sabor de boca, ya que antes de irse dirigió a la selección olímpica en los Juegos de Barcelona consiguiendo el oro.
Otro caso que va en la línea de los de Julen Lopetegui y Vicente Miera es el de Iñaki Sáez. El técnico vasco entró en la Federación en 1996 para dirigir a la Sub-21 y lo hizo casi sin experiencia en Primera. Su mejor carta de presentación fue el trabajo que realizó con las categorías inferiores del Athletic de Bilbao.
Con la sub-21 no le fue mal. En 1998 logró el oro de la categoría y en 1999 el Mundial sub-20 en una generación liderada por Xavi y Casillas. Además, logró la plata en los Juegos Olímpicos de Sydney el Europeo sub-19 en 2002. A Sáez su oportunidad en la selección le llegó en el año 2002, después de que José Antonio Camacho dimitiera, de manera sorprendente, del puesto de seleccionador tras el Mundial de 2002.
Sáez se hizo cargo de la absoluta de manera interina, pero Villar no acabó de tenerlo claro a la hora de designar un sustituto para Camacho y creyó que Sáez se había ganado una oportunidad con España tras su buen trabajo en las inferiores. No pudo estar más desacertado.
España se clasificó para la Euro 2004 tras derrotar en la repesca a Noruega, ya que en la fase de clasificación acabó segunda de grupo por detrás de Grecia tras conseguir perder en casa contra el conjunto heleno y empatar en Belfast contra Irlanda del Norte.
En la Eurocopa, pese a contar con un masivo apoyo en las gradas porque el torneo se jugó en el país vecino, Portugal, se fracasó de manera estrepitosa. España no fue capaz de superar la fase de grupos tras sumar cuatro puntos tras verse superadas por Portugal y Grecia, que, además, acabaron jugando la final del torneo.
Tras la Eurocopa, Sáez señaló que ponía un 6 a la actuación de España en Portugal. Sí, es verdad, lo dijo, lo juro. También señaló que no tenía intención alguna de dimitir, pero finalmente Villar le hizo entrar en razón y se inició la gloriosa era de Luis Aragonés.