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Cuando Clemente construyó el Dream Team de Cruyff

mayo 12, 2014 1 comentario

Clemente

El Barcelona, pase lo que pase al final en la Liga, va a tener que hacer este verano una revolución a fondo en la plantilla. Ello también implica un cambio en el banquillo. Algo que también le sucedió al club a finales de los 80 cuando Johan Cruyff comenzó a edificar el Barça del Dream Team, un equipo cuyas bases las puso….¡Javier Clemente!

La temporada 87/87 fue muy dura para el Barça. En lo deportivo, pese a la conquista de la Copa del Rey, el equipo hizo una mala temporada y los problemas fuera del terreno resultaron ser los protagonistas de la temporada. Tanto que los futbolistas del Barcelona protagonizaron lo que se denominó como ‘motín del Hesperia’, en el que los jugadores acusaron al club de no pagarles y solicitaron la dimisión de José Luis Núñez, presidente de la entidad.

Luis Aragonés, técnico del equipo que había llegado con la temporada ya comenzada, se posicionó de parte de los futbolistas, un hecho que provocó que Núñez le pusiera la cruz. El presidente del Barça se puso entonces a buscar un nuevo técnico y llegó a la conclusión de que el mejor para hacerse con las riendas del banquillo azulgrana era Javier Clemente. El técnico vasco tenía el aval de haber ganado 2 Ligas y una Copa con el Athletic de Bilbao y, además, llevó al Espanyol a la final de la UEFA.

Clemente llegó pronto a un acuerdo con el Barça y dio una lista de fichajes a Núñez para llevar a cabo una revolución en la plantilla. Sin embargo, en ningún momento el fichaje se llegó a hacer oficial. El Barcelona sondeó al socio culé y llegó a una conclusión clara: los fans del Barça no querían a Clemente como técnico. Por ello, por temor a que los hinchas le pidieran la dimisión y tuviera que convocar elecciones, Núñez decidió dar un volantazo a sus intenciones.

Dejó tirado a Clemente y optó por recuperar para el Barça al hijo pródigo del club: Johan Cruyff. El hincha vio con buenos ojos la llegada del holandés al Camp Nou, que además venía acompañado por otro mito del barcelonismo como Charly Rexach. Sin embargo, cuando Cruyff llegó vio como Núñez ya le había fichado a trece futbolistas, todos ellos pedidos por Clemente: Jose Mari Bakero, Luis López Rekarte y Txiki Begiristain (Real Sociedad), Julio Salinas y Eusebio Sacristán (Atlético de Madrid), Ricardo Serna (Sevilla), Aloisio Pires (Internacional de Portoalegre), Juan Carlos Unzué (Osasuna), Miquel Soler y Ernesto Valverde (Espanyol) y Manolo Hierro (Valladolid).

Y así fue como Cruyff comenzó a construir uno de los mejores Barças de la historia a partir de la base que había ideado Clemente. ¿Se imaginan el fútbol que habría propuesto el de Barcaldo para el Barça?

Jan Molby, el hombre que pudo parar el despegue de Pep Guardiola

septiembre 9, 2013 Deja un comentario

Hoy en día nadie tiene ninguna duda de que Pep Guardiola ha sido una de las personas más importantes que han pasado por el Barcelona. Especialmente destacado fue su paso por el banquillo azulgrana, en el que ganó todos los títulos posibles. Sin embargo, su aura como ídolo del Camp Nou comenzó a fraguarse en su etapa como futbolista.

Lo que no muchos recuerdan es que a Guardiola su oportunidad en el primer equipo del Barça, y por ende también la de crecer como una estrella en el club, llegó prácticamente de rebote. En 1990, Johan Cruyff, entrenador del conjunto catalán en aquella época, andaba a la búsqueda de un mediocentro que supliera la baja de Luis Milla al Real Madrid. Antes de mirar en la cantera, prefirió salir al mercado de fichajes para suplir al turolense.

Ahí se fijó en Jan Molby, un danés que destacaba en el Liverpool. El acuerdo del Barça con el futbolista fue casi inminente. Un hecho que hizo a los culés ser optimistas con respecto a poder cerrar la operación. Sin embargo, cuando todo parecía hecho, el club azulgrana señaló que desistía de seguir las negociaciones y que renunciaba a fichar a Molby.

«La junta dice que es demasiado dinero el que pide el Liverpool y, por tanto, no se hace», explicó Cruyff a la prensa. «Hay mucho dinero en juego y, según las encuestas, hay también mucha gente en contra del fichaje. Si lo hubiera contratado me iba a jugar la cabeza; luchar contra todo el mundo e imposible», añadió el holandés.

Por ello, Cruyff optó por dar la alternativa en el primer equipo a Guardiola: «No habrá más fichajes. O el mejor o nadie Molby era el mejor y yo no quiero jugadores de segunda mano. Por tanto, he tomado la decisión de incorporar a Carreras y Guardiola al primer equipo».

Quién sabe cómo hubiera sido la historia del Barça de haber fructificado el fichaje de Molby.

Lucendo, el renglón torcido de Cruyff

septiembre 19, 2011 1 comentario

La historia está llena de casos de “lo que pudo ser y al final fue”. Jugadores que en sus inicios prometían mucho pero que luego al final se quedaron en futbolistas del montón. Sin embargo, pocos casos hay como Lucendo, un jugador que apenas tuvo tiempo para demostrar “lo que pudo haber sido”. Un ataque de entrenador de Johan Cruyff le hizo titular de todo un Barça con apenas 19 años. Aunque, para su desgracia, su paso por la Primera División fue tan rápido como su ascensión al primer equipo culé.

Lucendo nació en el pueblo de Pedro Muñoz, Ciudad Real, pero al año su familia se trasladó a Cornellá, Barcelona, donde se crió. Allí comenzó su pasión por el fútbol jugando en el equipo de su colegio: el San Ildefonso. En la escuela comenzó a destacar, tanto que el Barcelona se fijó en él y decidió incorporarlo a sus categorías inferiores. Sin embargo, en medio de la felicidad por unirse al conjunto culé Lucendo ni se imaginaba la cruel jugada que le tenía guardada el destino.

Con 19 años, Lucendo jugaba en el equipo amateur del Barça, lo que vendría a ser un Barcelona C, y un día cuando se disponía a entrenar con sus compañeros su técnico le dijo que no lo hiciera, que tenía que hablar con él. Nuestro protagonista se pensó que el mister le quería echar del equipo. En esos momentos estaba haciendo la MILI, el servicio militar obligatorio que tenían que hacer en España antes los jóvenes, y Lucendo se había perdido un importante número de entrenamientos. Sin embargo, para su sorpresa, el técnico le dijo que hiciera el petate, que el primer equipo, dirigido por Johan Cruyff, le esperaba para jugar un par de amistosos.

Cruyff, dado a utilizar en los partidos de pretemporada un equipo en cada periodo, necesitaba un jugador y, teniendo en cuenta que el Barça B estaba de viaje, decidió echar mano del amateur. Lucendo jugó contra el Figueres y el Palamós, partidos que perdió el Barça, y pensó que su historia en el primer equipo, de momento, se había terminado ahí. Sin embargo, Johan le incluyó en la lista para el primer partido de liga y, posteriormente, le puso de titular dejando en el banquillo a Eusebio y en la grada a Ernesto Valverde.

Así el dos de septiembre de 1989 saltó al José Zorrilla con la zamarra azulgrana y el número siete a la espalda. Sin embargo, pese a que no desentonó en los 57 minutos que jugó, el Valladolid dio un repaso al Barcelona, al que derrotó por dos a cero. Ahí comenzó a desvanecerse el cuento de hadas de Lucendo. Pasó de ser un jugador prometedor a una puesta disparatada de Cruyff de la noche a la mañana. Y es que la prensa le utilizó a él para atacar al técnico holándes y Lucendo, tal y como relató a El País, sufrió mucho: «Cuando el árbitro pitó el final ya me temí lo peor». Cruyff se acercó a él en el aeropuerto y le dijo: «¡Tranquilo. Tú no tienes la culpa de nada.»‘. «Pero comencé a leer los diarios y me hundí. El primer día sólo se criticó al equipo, pero al segundo y tercero se metieron conmigo. Parecía como si yo llevara en aquel partido todos los números, cómo si yo hubiera sido el único en jugar».

Para su desgracia, las mofas a Lucendo no acabaron ahí. El jugador regresó al equipo a amateur y en cada campo que jugaba le recordaban su triste paso por el Barça. Cruyff, pese a sus palabras de aliento en el aeropuerto, no volvió a contar para el holandés, que ni tan siquiera lo volvió a convocar, y al año siguiente se marchó cedido a la Real Balompédica Linense. Allí el gafe le siguió acompañando, pues estuvo un año sin cobrar. Al siguiente verano recibió dos ofertas: una del Nastic y otra del Principat, de Andorra. Finalmente se decantó por esta última y allí pudo recuperar algo su estrella. En el país del Principado llegó a jugar una eliminatoria de la UEFA y se asentó tanto que se nacionalizó andorrano y llegó a jugar varios partidos como internacional, algunos contra grandes selecciones.

Finalmente una lesión de rodilla puso fin a su trayectoria en 2003 en Andorra. Pese a haber sido muy feliz en aquel país, siempre le quedará la duda de qué hubiera ocurrido si aquella tarde en Valladolid hubiera ganado el Barça y él no hubiera pagado los platos rotos de la derrota y se convirtiera ya para siempre en el renglón torcido de Cruyff.

Romerito, el Chygrynskiy de Cruyff

junio 13, 2011 Deja un comentario

Romerito

Se suele decir que todos los genios se equivocan y el fútbol es una clara ventana en la que podemos observarlo. Así hemos podido ver como técnicos de nivel y de gran currículum fichaban como si fueran estrellas a jugadores que luego resultaron ser una auténtica calamidad. A Josep Guardiola, por poner un ejemplo cercano, muchos le criticaron por contratar a Chygrynskiy. La razón de la llegada del ucraniano al Camp Nou quizás se deba a que Guardiola aprendió del libro de estilo de Johan Cruyff las cosas buenas…. y también las malas. Y es que el holandés durante su etapa como entrenador culé también tuvo a su Chygrynskiy particular: Romerito.

Corría el mes de marzo de 1989 y el Barça, más por matemáticas que por sensaciones reales, aún tenía opciones de arrebatarle el liderato de aquella liga al Real Madrid. Sin embargo, Bakero, pieza básica en el equipo de Cruyff, se lesionó y el holandés comenzó a mover cielo y tierra para encontrar un sustituto de garantías. Ante la imposibilidad de fichar a un jugador español, el Barça se lanzó al mercado internacional a por su nuevo crack, ya que entonces se permitían tener tres extranjeros por plantilla y los catalanes disponían en aquel momento sólo de dos: Aloisio y Lineker.

En la prensa comenzaron a salir nombres a tutiplén y operaciones millonarias. Una de las más llamativas fue la que colocaba a Marco Van Basten en el Camp Nou a cambio de 1.400 millones de pesetas que el Milan, el club en el que jugaba el ariete, invertiría en contratar a Vialli (Sampdoria) y Butragueño. Michael Laudrup acaba esa temporada contrato con la Juventus y también sonó con mucha fuerza, al igual que Ronald Koeman, entonces en el PSV Eindhoven.

La secretaría culé, según apunta la prensa de la época, también preguntó al Boavista por Joao Pinto, que entonces militaba en el Boavista y era una de las mayores promesas del fútbol europeo tras haber realizado un magnífico mundial junior en Arabia. Sin embargo, los azulgranas desistieron de su contratación al conocer que los lusos pedían 80 millones de pesetas por su joven estrella. Entonces todas las miras se pusieron sobre el uruguayo Enzo Francescoli. Sin embargo, cuando todos los periodistas trataban de averiguar por cuánto cerraría el Barcelona la cesión con el futbolista del Racing de Paris, Cruyff soltó una bomba: el Barça ya había cerrado el fichaje que tanto ansiaba.

El jugador contratado en cuestión fue Romerito, un paraguayo de casi 30 años semidesconocido en Europa y por el que los azulgranas pagaron 40 millones de pesetas al Fluminense brasileño. Cruyff se vanaglorió de haber llevado la operación en el más puro secreto y destacó que conocía a su nuevo de crack de cuando había jugado contra él en los Estados Unidos y que fue el tercer jugador más valioso del Mundial juvenil disputado en Tokio en 1979, detrás de Diego Armando Maradona y el ex azulgrana Rojo. Además de que había sido designado como futbolista del año en Sudamérica en 1985.

El primer partido de Romerito con la casaca blaugrana era un encuentro con mayúsculas: un clásico contra el Real Madrid. Los días previos a su disputa, Romerito, en aquellos momentos el ojito derecho de los medios por ser “el nuevo”, destacaba que él no tenía miedo a los blancos porque ya les había ganado un verano en un trofeo Teresa Herrerra.

Finalmente el debut del paraguayo resultó un auténtico fiasco, como los siguientes partidos que jugó. De hecho, con Romerito en el campo al Barça le costaba un mundo marcar. Por ello, cuando al poco tiempo se lesionó y los azulgranas se recuperaron de su sequía goleadora comenzó a correr la leyenda de que Romerito era un gafe, que con él sobre el terreno de juego los culés eran incapaces de anotar un tanto. Al terminar la temporada, tras haber jugado seis partidos con el equipo catalán y haber marcado un gol, precisamente en su último partido, Cruyff le enseñó la puerta de salida del Camp Nou.

Su carrera tras su marcha de la Ciudad Condal fue de mal en peor hasta que decidió colgar las botas en 1992. El único consuelo que tuvo es que los hinchas del Fluminense le designaron como el mejor jugador de su historia. Años más tarde se hizo cantante e, incluso, se llegó a meter en el mundo de la política en su país. Sin embargo, en España siempre será conocido como uno de los pocos renglones torcidos de Cruyff. El Chygrynskiy particular de Johan. 

 

Los Barça-United

El Barcelona y el Manchester United son dos de los mejores equipos del Viejo Continente. Con motivo de la final de Wembley La Medialuna quiere repasar los anteriores duelos entre estos dos equipos en competición europea.

Cuartos de final de la Recopa de 1984

Pese a que tanto Barça como United son dos conjuntos con gran historia y tradición, hubo que esperar hasta 1984 para ver el primer enfrentamiento entre ambos, que se dio en los cuartos de final de la Recopa. La ida deparó un resultado que dejó muy de cara la eliminatoria para un conjunto culé que en aquella época contaba en sus filas con Schuster y Maradona y que era dirigido por César Luis Menotti: 2-0 (Hogg –pp- y Rojo). Sin embargo, los azulgrana se confiaron demasiado y la vuelta en  Old Trafford fue una pesadilla, donde el Manchester les metió tres goles en 51 minutos: Robson dos y Staplenton.

Final de la Recopa de 1991

La siguiente vez que el Barcelona y el Manchester se volvieron a ver las caras fue nuevamente en la Recopa de 1991, pero no en los cuartos de final como en 1984, sino en la final del torneo que se jugó en De Kuip. El Barça llegó a la cita un tanto sobreexcitado, en España había logrado acabar con la hegemonía del Real Madrid ganando la Liga y si ganaba la final se convertiría en el equipo que más veces había ganado la Recopa. Eran los inicios del Dream Team y a los hombres de Cruyff les rodeaba mucha euforia. Sin embargo, la victoria final volvió a ser para el United, que se impuso por 2-1 en un polémico partido, puesto que el Barça denunció fuera de juego en el gol de la victoria de Mark Hughes, que para más inri había jugado años atrás en el Barcelona, y de que con 2-1 le anularon un gol a Pinilla que para muchos era legal. Sir Alex Ferguson logró así su primer título europeo con el United.

Fase de grupos Liga de Campeones de 1994

La siguiente vez que ambos equipos se volvieron a ver las caras fue en la máxima competición continental, en la Liga de Campeones, en la fase de grupos. En Old Trafford el resultado final fue de 2-2 en un partido en el que el Barça se fue con la sensación de que de haber apretado un poco más podía haberse llevado la victoria. El partido del Camp Nou fue diferente,  ya que el Barça aplastó al United con un contundente 4-0 en la, posiblemente, última gran noche del Dream Team.

Fase de grupos Liga de Campeones de 1999

En 1999, Barça y Manchester fueron encuadrados junto al Bayern de Munich y Brondby en el “grupo de la muerte” de esa edición de la Liga de Campeones. Catalanes e ingleses disputaron dos encuentros vibrantes y muy intensos. El primero en Old Trafford sirvió para abrir el fuego en el grupo.  En una gran segunda parte, el Barcelona, que había iniciado un nuevo ciclo con Louis Van Gaal, logró igualar un 2-0 adverso para acabar empatando a tres. En el Camp Nou se dio el mismo resultado en otro gran partido, circunstancia que sirvió para firmar la eliminación europea de los catalanes en la penúltima jornada de la fase grupos precisamente el año en el que la final de la Champions se jugaba en el Camp Nou, donde  el Manchester haría historia…..contra el Bayern, el otro equipo que estaba en el “grupo de la muerte”.

Semifinales Liga de Campeones de 2008

Nueve años después, el Manchester de Ferguson volvió a cruzarse en el camino del Barcelona, aunque en esta ocasión en semifinales. El Barça llegó a la eliminatoria con la imperiosa necesidad de tener que alcanzar la final sí o sí para no acabar con el ciclo de Frank Rijkaard con los azulgrana. En la Ida, en el Camp Nou, el United se encerró bien atrás y el Barcelona fue incapaz de meterle mano en ningún momento. Es más, el equipo que más cerca estuvo de romper el 0-0 inicial fue el Manchester, que desperdició un penalti que Cristiano Ronaldo mandó a las nubes. En la vuelta, una mala cesión de Zambrotta a Scholes provocó que el inglés se sacara un latigazo que envió a los Diablos Rojos a la final de Moscú y que sentenció el futuro de Rijkaard, Ronaldinho y Deco en Can Barça apenas dos años después de haber ganado la Champions en París.

Final de la Liga de Campeones de 2009

No hubo que esperar mucho para volver a ver un Barça-Manchester en la máxima competición, simplemente doce meses. El Barcelona de Pep Guardiola enamoraba a todo aquel que lo veía y estaba a un paso de hacer la gesta del triplete (Liga, Copa y Champions). Para obtener la triple corona debía derrotar en la final de la Champions en Roma a un United que llegaba como campeón tanto de Europa como de Inglaterra. Sin embargo, el Manchester sólo dio sensación de poder ganar al Barça en los diez primeros minutos de partido, en los que volvió a salir el ángel que tiene Víctor Valdés en las finales. Después un gol de Eto’o y otro de Messi, de cabeza para más inri, convirtieron al Barça en eterno en la capital italiana.

 

Las noches mágicas de Guardiola

abril 26, 2010 1 comentario

La semana pasada el Inter de Milán derrotó al Barça en el Giusseppe Meazza y puso a Pep Guardiola en su mayor compromiso desde que dirige al Barcelona: remontar una eliminatoria. El técnico de Santpedor lo ha conseguido todo desde que es técnico del equipo azulgrana. Sin embargo, a Guardiola aún no ha le falta algo para poner el broche de oro a su trayectoria en el banquillo azulgrana: una noche mágica en el Camp Nou. Algo que Pep si logró como jugador. 

La primera vez fue en septiembre de 1993, en la eliminatoria previa a la liguilla final de la Liga de Campeones al Barça le tocó el Dynamo de Kiev, un rival que en un principio parecía asequible. Sin embargo, en la ida todo se puso cuesta arriba para los azulgranas: perdieron 3-1 y su futuro en Europa se tornó negro. Pese a ello, desde que el árbitro pitara el final los jugadores sólo tenían una cosa en la cabeza: la remontada en el Camp Nou. Aunque los precedentes no eran muy halagüeños, ya que el Barcelona nunca había remontado una eliminatoria en la que en la ida había caído por 3-1.

Llegó el partido de vuelta y el inicio del Barça fue demoledor: Romario estrelló un disparo en el poste en el primer minuto de juego, un presagio del aluvión de ocasiones que estaba por venirle al Dynamo. Así a nadie extrañó que los culés en 17minutos mágicos pusieran el 2-0 que en esos instantes les daba el pase. Aun así, Rebrov volvió a ponerle un poco de picante a la eliminatoria al establecer el 2-1 en el 27. Este tanto o hizo que los catalanes bajaran los brazos, sino más bien todo lo contrario, ya que en una segunda parte antológica los hombres de Cruyff marcaron dos goles más y dejaron a su rival en la cuneta en un partido en el que la afición siempre creyó en la remontada. 

La situación volvió a repetirse siete años más tarde, en el 2000, en los cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Chelsea. En Stamford Bridge, en una primera parte desastrosa, el Barça encajó tres goles que le complicaron mucho su futuro en Europa. Sin embargo, en la segunda mitad Luis Figo anotó el gol de la esperanza culé: 3-1. Para la vuelta, tanto Pep como sus compañeros volvieron a invocar al espíritu del Camp Nou para remontar la eliminatoria, como ya sucedió en el 93 contra el Dymano de Kiev. 

Sin embargo, el Barcelona de Van Gaal llegó al partido en la peor situación posible: sumaba cuatro derrotas consecutivas, la última un humillante 3-0 en el Carlos Tartiere contra el Oviedo. Pese a ello, fue comenzar el partido en el Camp Nou y el Barça, espoleado por cerca de 100.000 almas, en 45 minutos ya tenía todo el trabajo hecho con un 2-0. Aunque, en la segunda mitad, Flo se aprovechó de un mal pase de Hesp y trajo de nuevo los fantasmas de la eliminación al establecer el 2-1. Sin embargo, el Camp Nou estalló de júbilo cuando Dani, a siete minutos del final, empató la eliminatoria al establecer el 3-1. Con el partido agonizando, Rivaldo falló un penalti y llevó el partido a la prórroga. Ése fue el último fallo del Barcelona en la eliminatoria, pues en la prórroga los hombres dirigidos por Van Gaal no tuvieron compasión de su rival y acabaron accediendo a semifinales tras lograr un contundente 5-1. Por ello, Guardiola ya sabe para el martes que remontar al Inter en el Camp Nou es difícil, pero no un imposible.