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La maldición del Celta en cuartos de final
El próximo jueves el Celta de Vigo tendrá la oportunidad de meterse por primera vez en su historia en las semifinales de un gran torneo europeo, ya que en su día alcanzó esta fase en un torneo menor como la Intertoto, si hace valer el 3-2 que logró en la ida contra el Genk. Una ronda que, hasta la fecha, parece maldita para los gallegos.
Y es que el conjunto vigués ha jugado en hasta tres ocasiones los cuartos de final de la segunda competición continental y en todas ellas resultó eliminado. La primera de ellas fue en 1999. El Celta alcanzó los cuartos de final de la Copa de la UEFA tras una sobresaliente competición en la que había dejado en la cuneta a rivales de entidad como Aston Villa o Liverpool.
El rival al que se enfrentaron en su camino a las semifinales fue el Olympique de Marsella, que contaba en sus filas con varios campeones del mundo como Laurent Blanc y Robert Pires. El Celta cayó por la mínima en la ida. Sin embargo, el 2-1 cosechado en el Velodrome hizo ser optimista a los hombres entrenados en aquel momento por Víctor Fernández, que sabían que con una victoria en casa por 1-0 darían la puntilla a su rival.
Los celestes los intentaron por todos los caminos en Balaídos. Sin embargo, el Olympique se mostró intratable en defensa y resistió de manera estoica todos los ataques de su rival para acabar firmando un 0-0 que acabó con el sueño vigués de seguir haciendo historia en Europa.
Pese a ello, aquel Celta era un equipo que no se rendía fácilmente y lo volvió a intentar la campaña siguiente. Los gallegos, tras sendas exhibiciones contra Juventus y Benfica, se plantaron de nuevo en los cuartos de final de la Copa de la UEFA dejando claro que volvían a tener hambre de título.
Su rival en cuartos nuevamente volvió a ser francés, en esta ocasión se trató del Lens. La ida en Balaídos acabó 0-0 después de que el Celta se viera incapaz de superar el cerrojo que puso su adversario. En el partido de vuelta todo parecía de cara cuando Revivo adelantó a los celestes a los 55 minutos de juego con un gran lanzamiento de falta. Sin embargo, cuando lo tenían todo de cara, los gallegos, de manera inesperada, se hicieron un harakiri y se dejaron remontar en 10 minutos (2-1) para volver a dejar en la cuneta todas sus opciones europeas.
La última vez que el Celta jugó los cuartos de final de la Copa de la UEFA fue en la temporada 2000-2001. En esta ocasión su rival no fue francés, sino español, en concreto el Barcelona. En la ida el Barcelona llegó a ponerse 2-0, pero el 2-1 final provocó que el Celta afrontara la vuelta confiado en que podía dar la vuelta a la eliminatoria en Balaídos.
Sin embargo, tal y como pasó en 1999, los vigueses se vieron incapaces de acceder a semifinales tras jugar el partido de vuelta de cuartos de final en casa. Esto fue en gran parte al enorme partidazo que se marcó Rivaldo, que con dos auténticos golazos hizo estéril el 3-2 con el que acabaron imponiéndose los gallegos. ¿Seguirá el mal fario este jueves?
El Atlético regresa a Grecia con la pesadilla del Aris presente
La sobresaliente temporada que realizó el Atlético de Madrid la pasada campaña les hizo ganarse el respeto de toda Europa. Los rojiblanco inician este martes un nuevo curso europeo en la Champions ante el Olympiacos en Grecia con la esperanza de haber aprendido la lección que recibieron del Aris de Salónica en 2010.
El año 2010 resultó mágico para los rojiblancos, que vieron como ponían fin a una sequía de 14 años sin títulos tras conquistar la Europa League contra el Fulham en Hamburgo. La moral de los rojiblancos subió aún más cuando, meses después, sumaron un nuevo trofeo a sus vitrinas: la Supercopa de Europa. Entorchado que lograron tras derrotar en Mónaco al Inter de Milán, campeón de Europa en ese momento.
Con esa inmejorable carta de presentación llegó el Atlético a la Europa League de la temporada 2010-2011. Al ser los campeones de la anterior edición, los ‘colchoneros’ no tuvieron que jugar previa y se clasificaron directamente para la fase de grupos. Allí no tuvieron mucha suerte, ya que el Atleti quedó encuadrado con Bayer Leverkusen, Rosenborg y Aris de Salónica. Un grupo complicado pero que se suponía que el campeón debía superar. Nada más lejano a la realidad.
Al igual que va a suceder en la actual edición de la Liga de Campeones, el Atlético comenzó el curso europeo en Grecia. Pocos imaginaban que el modesto Aris fuera capaz de amenazar a los hombres dirigidos entonces por Quique Sánchez Flores, que en dicho partido se llevaron una gran sorpresa. Un tanto de Javito, español para más inri, dio el triunfo al Aris en el primer partido del torneo por 1-0. Además, los griegos prolongaron su espectacular racha de 43 años sin perder en casa en competición europea.
El Atlético pareció no aprender la lección contra el conjunto heleno, ya que, tras encauzar su clasificación en el grupo con dos triunfos y un empate, tiró por la borda todo el trabajo realizado al quedarse casi sin opciones de pasar a la siguiente fase tras caer en la penúltima jornada de la fase de grupos por 2-3 contra el Aris en el Calderón. No hubo milagro en la última jornada, por lo que el Atlético quedó eliminado pese a ser campeón de la competición a primeras de cambio ante un modesto Aris de Salónica al que subestimó demasiado, ya que seis de los diez puntos que obtuvieron los helenos en el grupo fueron contra los españoles.
Esperemos que el Atlético haya aprendido la lección de aquella experiencia contra el Aris y no subestime en esta Champions al Olympiacos, equipo al que sólo una vez se han enfrentado los colchoneros: fue en los cuartos de final de la Recopa en la temporada 92/93. El Atlético empató a uno en Grecia y ganó 3-1 en el Vicente Calderón.
El milagro del Ludogorets
El Ludogorets búlgaro esta siendo una de las grandes revelaciones del fútbol europeo esta temporada. Lo ha demostrado esta última semana dejando en la cuneta a la Lazio y clasificándose así para los octavos de final de la Europa League. Algo que no ha venido más que a agigantar el milagro que está protagonizando durante las últimas temporadas.
Y es que si hace cinco años hubieran dicho a cualquier aficionado del club que su equipo en pleno mes de marzo iba a estar vivo en una competición europea le habrían tomado por loco. Más que nada porque hasta entonces el Ludogorets había andado con más pena que gloria por las categorías inferiores del fútbol búlgaro.
Por aquel entonces sus mayores éxitos se reducían a un sexto puesto logrado en Segunda División en 1999 y a las semifinales a las que llegó en la Copa del Ejército Soviético en 1983. Sin embargo, la suerte del Ludogorets cambió para siempre cuando el empresario Razgrad Kiril Domuschiev se convirtió en el dueño del equipo. Bajo su mando, el club logró ascender de Tercera a Segunda División en la campaña 2009-2010.
Ya en la 2010-2011, el Ludogorets logró su imparable progresión haciéndose con el campeonato de la categoría de plata logrando así el ascenso a Primera. Sin embargo, lo mejor aún estaba por llegar para ellos. Y es que en su primer año en la élite se hicieron notar. Primero levantaron la Copa de Bulgaria tras imponerse por 2-1 al Lokomotiv de Plovdiv para acabar rematando la temporada con el título liguero tras derrotar al histórico CSKA de Sofía.
Ahí no pararon sus éxitos, ya que la temporada 2012-2013 la iniciaron ganando la Supercopa y la finalizaron conquistando un nuevo título de Liga logrando así un hecho casi único en Europa: que un recién ascendido lograra dos campeonatos ligueros. En la actual campaña el Ludogorets lucha por su tercer título de liga consecutivo pero ha dado un paso más: en Europa también se está dejando notar.
Primero lo hizo en la fase previa de la Champions, cuando tras superar dos rondas el Basilea, semifinalista de la última Europa League, le dejó sin el premio de poder disputar por primera vez en su historia en la fase de grupos. Sin embargo, no hay mal que por bien no venga y en la segunda competición continental europea sin hacer ruido ya están en los octavos de final.
El objetivo del Ludogorets es ahora igualar los cuartos de final que logró el Levski Sofía en la UEFA de 2006 y que es la mejor clasificación europea de un equipo búlgaro en los últimos años. Para lograrlo su rival en octavos será el Valencia, que hará bien si no se confía contra los búlgaros.
El fútbol andorrano en Europa
Pese a que muchos les suene extraño, la pasada semana ya arrancaron tanto la Liga de Campeones como la Europa League correspondientes a la temporada 2013/2014. Es un inicio de campeonatos que, pese a contar con partidos que no cuentan con mucha transcendencia mediática, suponen para algunas localidades no muy muy potentes futbolísticamente la única oportunidad que tienen para ver fútbol continental. Un claro ejemplo de ello es Andorra.
La semana pasada jugaron en Europa tres equipos del Principado: el Lusitanos la ‘Champions’ y el FC Santa Coloma y la UE Santa Coloma la Europa League. De todos ellos, el único que podría decirse que mantiene vida para el partido de vuelta es el Lusitanos. Sin embargo, lo hace de forma agridulce. Y es que empató en casa a dos contra el l’EB/Streymur de las Islas Feroe pero con dos a cero a su favor llegó a fallar un penalti que podría haber dejado casi sentenciada la eliminatoria.
Menos suerte corrieron los equipos de Santa Coloma. Mientras que el FC fue arrollado por 4-0 por el Breidablik en Islandia, la UE hincó la rodilla contra el Zrinjski bosnio por 1-3 en un partido en el que los andorranos acusaron en la segunda parte el gran esfuerzo realizado en el primer acto que les permitió irse al descanso con un 1-0 a su favor.
Sin embargo, tampoco se les puede reprochar mucho, ya que desde que el Principat jugara el primer partido de un conjunto de Andorra el 23 de julio de 1997, correspondiente a la primera ronda de la Copa de la UEFA y que acabó con un contundente 0-8 a favor del Dundee United escocés, sólo una vez un equipo del Principado logró la victoria.
Fue el 19 de julio de 2007, cuando el FC Santa Coloma logró la machada de derrotar por 1-0 al Maccabi Tel-Aviv israelí gracias a un tanto de Julià Fernández. El partido, incluso, pudo saldarse con una victoria más contundente de no haberse estrellado en el larguero un disparo de Gabi Mesa en el minuto 87. En el partido de vuelta, el Maccabi superó la eliminatoria al imponerse por 4-0. Sin embargo, qué ‘les quiten lo bailao’.
El primer gol de un equipo de Andorra en competición europea lo logró Pasqui, jugador del Principat, en una previa de la Copa de la UEFA el 29 de julio de 1998. El Principat cayó de manera estrepitosa por 1-8 en aquel partido contra el Ferencvaros húngaro. Sin embargo, aquel día fue una fiesta para los andorranos en un fútbol que, aunque parezca mentira, es más puro que el de las estrellas profesionales: prima la ilusión y el esfuerzo por delante del tema monetario.
El desconocido Fulham
Tras varios meses de intensa lucha, goles, pasión y buen juego, llega de manera inevitable el final de temporada y con él las finales europeas. La primera de ellas es la de la Europa League, que enfrentará al Atlético de Madrid con el Fulham. El equipo español es de sobra conocido, sin embargo los ingleses tienen detrás de sí una interesante historia que no muchos conocen.
Fundado en 1879, el Fulham tiene el honor de ser, por detrás del Cray Wanderers, el club londinense más antiguo a nivel profesional. Algo que tiene gran mérito, teniendo en cuenta que Londres es una de las ciudades europeas, o incluso mundial, que más equipos tiene. Los orígenes del Fulham se remontan a la iglesia anglicana de West Kensington, la de St. Andrew’s, en Star Road. El reverendo Walker y el doctor Murdoch crearon el West Kensington Cricket Club y habilitaron para ello una zona anexa a la parroquia. Sin embargo, una mañana del invierno de 1879 varios jóvenes usaron las instalaciones como campo de fútbol.
Los chavales solicitaron al reverendo John Henry Cardwell poder entrenar allí como equipo de fútbol y, tras su aceptación, formaron un equipo al que dieron el nombre de «Fulham St Andrew’s Church Sunday School FC». Denominación que tuvo hasta 1887. Sin embargo, para conocer lo orígenes del Fulham actual no ha que irse tan lejos en el tiempo, sino a 1996. En esta fecha, con el equipo al borde de la quiebra, y por ende de la desaparición, el multimillonario de origen egipcio Mohamed Al Afayed se hizo con el Fulham.
En 1998, los londinenses volvieron a copar las portadas de los periódicos después de que Al Fayed contratara como técnico a Kevin Keegan, que había estado a un paso de ganar en 1997 la Premier League. Por ello, sorprendió a todos que Keegan aceptara dirigir a un equipo que por aquel entonces merodeaba en el equivalente española a la Segunda B. Categoría en la que también estaba el ahora rico riquísmo Manchester City.
Poco a poco, el sueño de Al Afayed de convertir al Fulham en un grande se fue convirtiendo en realidad y los londinenses alcanzaron la Premier League en 2001, algo que parecía impensable en la década de los 90. Un año más tarde, en el verano de 2002, el Fulham logró su mayor hito a nivel internacional: ganó la Intertoto tras derrotar en la final al Bolonia italiano.
Sin embargo, viendo que el equipo estaba entre los grandes pero que no lograba colarse entre la élite inglesa, Al Afayed decidió recortar las inversiones en el equipo y el Fulham pasó de ser un equipo de mitad de la tabla a un conjunto que se movía en el alambre del descenso. Tanto que se tuvo que agarrar al milagro de “the great escape” para salvar la categoría en 2008.
Aquel año, a falta de tres jornadas para el final, el Fulham estaba en posiciones de descenso, a cinco puntos de la salvación. En las 36ª jornada los capitalinos se enfrentaron al Manchester City. Al descanso, el Fulham de Hodgson perdía 2-0 y el descenso parecía un hecho. Sin embargo, en una segunda parte milagrosa, los londinenses lograron darle la vuelta al encuentro (2-3) y certificaron la permanencia en la última jornada, después de ganar al Porstmouth por la mínima y de penalti.
Ése fue el punto de inflexión del Fulham, que al año siguiente firmó su mejor clasificación en la Premier, séptimo, y que este año ha logrado la que ya muchos han bautizado como la “mayor gesta de un equipo británico”: llegar a la final de la Europa League. No hay que olvidar que llevan jugando esta competición desde el pasado mes de julio. Todos a la hora de señalar quién es el culpable de este éxito lo tienen claro: Roy Hodgson. El técnico ya llegó a brillar en los 90 al lograr hacer de Suiza octavofinalista en el Mundial del 94. in embargo, los atléticos este miércoles se agarrarán a que este hombre es el mismo que decidió vender en el Inter a Roberto Carlos porque lo consideraba muy ofesivo y quedarse mejor con un tal Pistone y de tener experiencia en perder finales de la UEFA: en el 97 el Schalke 04 le mojóla oreja cuando estaba al frente del Inter.