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Atlanta 96, el gran fracaso olímpico de Brasil
Para ello Brasil decidió no escatimar y convocó un auténtico equipazo que contaba con nombres como Juninho, Giovani, Dida,Ronaldo, Roberto Carlos, Rivaldo, Aldair o Bebeto. Salvo por la incursión obligatoria de algunos jugadores jóvenes se trataba prácticamente de en un 80% del equipo que hubiera tenido que presentar Brasil si aquel verano hubiera tenido jugar el Mundial.
Sin embargo, se desde un inicio se vio que aquello, no se sabe muy bien por qué, no iba a funcionar bien. La ‘verdeamarela’ cayó en el primer partido de manera sorprendente contra Japón por 1-0. Pese a ello, supo rehacerse y acabó líder del grupo tras derrotar a Hungría y Nigeria en los dos partidos posteriores.
Pistone, el sustituto de Roberto Carlos
Ahora llevan una racha positiva, con cuatro scudetti ganados de manera consecutiva, pero hasta hace poco decir Inter no era sinónimo de equipo campeón, sino de pifias y grandes fracasos. Uno de los casos que demuestran esto fue la permisividad de los milaneses ante la marcha de Roberto Carlos, pensando que habían hecho un buen negocio con su venta porque contaban en el lateral izquierdo con Alessandro Pistone.
Corría el verano del 95 y Massimo Moratti, que hacía poco acababa de acceder a la presidencia del Inter con la ilusión de recuperar el Grande Inter de los 60, había optado por mantener en el banquillo a Ottavio Bianchi, pese a que la afición no estaba para nada de acuerdo con esta decisión. Y es que el técnico completó una paupérrima campaña 94/95 en la que consiguió clasificar a los neroazzurri para la UEFA en la última jornada de liga.
Aun así, Moratti confiaba en Bianchi porque había logrado anteriormente con el Nápoles un Scudetto, una Coppa y una UEFA. Para devolver la gloria al Inter, ese verano llegaron a Milán muchos jugadores, dos de ellos laterales: Javier Zanetti y Roberto Carlos. El argentino llegó a Italia como una apuesta personal de la secretaria técnica, pues hasta entonces era un auténtico desconocido en Europa. Roberto Carlos, por su parte, llegaba avalado por su buen hacer en el Palmeiras y tras haber destacado con Brasil en la Copa América.
Sin embargo, los resultados no acompañaron al Inter en las primeras jornadas y Bianchi fue cesado. Su sustituto de manera provisional fue el español Luis Suárez, que en el breve tiempo que estuvo en el banquillo vivió la eliminación del conjunto italiano a manos del modesto Lugano a las primeras de cambio en la UEFA. Sonaron entonces varios nombres, tres británicos y uno portugués: Alex Ferguson, Terry Venables, Roy Hudgson y Artur Jorge.
Finalmente, sobre todo porque fichar a Ferguson y Venables resultaba imposible, Moratti optó por contratar a Hodgson, que había dirigido con buenos resultados a la selección de Suiza. Una vez ya en San Siro, Hodgson tomó varias medidas para cambiar el rumbo del equipo. Una de ellas fue la de adelantar la posición de Roberto Carlos y convertirle en centrocampista izquierdo porque el inglés le veía demasiado ofensivo para el lateral.
Pese a que Roberto Carlos insistió en que su posición natural era la de lateral y que igual que se incorporaba al ataque también cumplía con sus funciones en defensa, Roy lo sentenció. Planificando la temporada 96/97 con Moratti, Hudgson le vino a decir algo muy parecido a la siguiente conversación al máximo dirigente neroazzurro:
R.H.-Presidente, trate de colocar este verano en el mercado a Roberto Carlos, no sirve para este equipo.
M.M-¿Estás seguro Roy? Algunos intermediarios me han dicho que Fabio Capello le quiere para el proyecto que tiene el próximo año es España y si le quiere será por algo. Además, es internacional con Brasil.
R.H.- Hazme caso Massimo, este jugador no sirve para jugar en Italia, no sabe defender, sólo ataca. Fichemos al lateral izquierdo del Vicenza, Pistone, que si que sabe defender y nos dará buenos resultados
Ese mismo verano, Moratti hizo caso a su técnico: vendió al lateral brasileño al Real Madrid por 600 millones de pesetas y fichó a Alessandro Pistone del Vicenza para ese puesto. El resultado no pudo ser peor para los italianos. A la siguiente temporada, Hodgson fue despedido al acabar la campaña 96/97 y Pistone también enfiló la puerta de salida del club tras haber pasado de sin pena ni gloria. ¿Roberto Carlos? Su rendimiento en el Real Madrid provocó que Moratti se tirara de los pelos por haber hecho caso a Hodgson y haber apostado por Pistone.