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Vuelve la Champions con protagonismo del fútbol modesto

junio 26, 2017 Deja un comentario

Cuando no ha pasado todavía ni un mes desde que el Real Madrid pusiera punto y final a la última edición de la Liga de Campeones con su victoria contra la Juventus de Turín, la Champions 17/18 echa a arrancar esta semana con sus primeros enfrentamientos.

Esta primera ronda constará de cinco eliminatorias que enfrentará a los campeones de las ligas más débiles del continente: Armenia, Andorra, Malta, Estonia, Gales, Gibraltar, Islas Feroe, Irlanda del Norte y San Marino.

Entre ellos va a haber cuatro equipos que van a disputar por primera vez en su historia un partido de Champions y que, por ello, no cabe duda que vivirán esta eliminatoria como un acontecimiento único e histórico. Es el caso del Víkingur Gøta (Islas Feroe), KF Trepça’89, FC Infonet (Estonia) y Europa FC (Gibraltar).

Se da la circunstancia de que los dos primeros se van a ver las caras en esta primera eliminatoria, por lo que uno de los dos además de llevarse la alegría de jugar su primer partido en la máxima competición continental también saboreará la alegría de vivir su primer éxito en un round de la Champions.

Especialmente curioso es el caso del Trepça’89, ya que en esta ronda de la Liga de Campeones se va a convertir también en el primer equipo de Kósovo que juega el torneo. La pasada temporada la UEFA ya admitió a los kosovares como miembros de pleno derecho dentro del organismo futbolístico, pero ninguna escuadra reunió los mínimos exigibles por la propia UEFA para disputar partidos internacionales.

En esta primera ronda de la Liga de Campeones también va a competir el The New Saints galés, un equipo que la pasada temporada entró, por muy exagerado que parezca, en la historia del fútbol. Los Santos superaron la marca de 27 victorias seguidas que había establecido el Ajax de Johan Cruyff en la temporada 71/72.

Los galeses se verán las caras con el Europa FC, equipo que la pasada campaña hizo historia en Gibraltar al acabar con la tiranía del Lincoln Red Imp, que llevaba 14 años ganando con una auténtica tiranía de hierro la liga local.

Por otro lado, el FC Santa Coloma buscará la revancha contra el Alashkert armenio, que la pasada temporada ya eliminó a los andorranos en esta primera ronda de la máxima competición continental. El FC Santa Coloma, además, tiene el honor de haber sido el primer club andorrano en ganar un partido de competición europea. Fue el 19 de julio en la primera ronda de la Copa de la UEFA contra el Maccabi Tel Aviv (1-0). 

Muchas historias y muchas emociones por tanto en una primera ronda de Champions que para estos equipos tiene tanto valor como la final que se disputó hace unas semanas en Cardiff.

La auténtica independencia de Escocia

septiembre 22, 2014 Deja un comentario

EscociaEscocia ha vivido una semana histórica con el referéndum que ha realizado entre sus ciudadanos para elegir si querían, o no, ser independientes de Gran Bretaña. Donde siempre han sido independientes ha sido en el fútbol, que actualmente pasa por una profunda crisis.

Escocia se independizó, futbolísticamente hablando, en 1873, fecha en la que fundaron su propia Federación de fútbol. Lo hicieron diez años después que los ingleses, aunque antes 1873 ya habían jugado varios amistosos contra Inglaterra en un claro signo de que desde un principio tuvieron claro que con el balón en los pies no querían asociarse con nadie.

Escocia en sus inicios era una de las potencias futbolísticas más importantes del Reino Unido. Una clara prueba de ello es que a principios del siglo XX hasta el 70% de los jugadores que jugaban en la First Division inglesa, lo que hoy sería la Premier League, eran escoceses. Esto fue gracias a que Escocia logró evolucionar en sus orígenes el fútbol inglés. Su novedoso estilo del ‘passing game’ imperó en una tradición que, sencillamente, se reducía a pegar pelotazos y poco más.

Sin embargo, aquellos tiempos ya quedan muy lejanos y actualmente el panorama del fútbol escocés es desolador. Muestra de ello es que ahora mismo en la Premier League inglesa únicamente hay 28 futbolistas escoceses. Un fiel reflejo de la crisis por la que pasa actualmente el combinado nacional de Escocia, cuya participación en el Mundial de Francia 98 fue su última presencia en una campeonato importante de selecciones. De hecho, desde entonces su mejor clasificación en una fase previa a una Eurocopa o un Mundial fue la repesca que alcanzó, y perdió, en el año 2000 buscando su billete para la Euro de Holanda y Bélgica.

EscociaEn las siguientes fases de clasificación para Eurocopas y Mundiales que disputó, Escocia nunca logró clasificarse entre los dos primeros del grupo. Los escoceses aman el fútbol, pero es verdad que su pasión por el deporte rey ha decrecido en los últimos años debido a la monotonía en la que vive su campeonato doméstico. Desde 1985 ningún equipo diferente a Celtic de Glasgow o a Glasgow Rangers ha logrado proclamarse campeón liguero.

La crispante rivalidad entre los dos gigantes del fútbol escocés era lo que mantenía viva la llama del fútbol escocés gracias a los legendarios ‘Old Firm’. Sin embargo, los escoceses por no tener ya no tienen ni eso: ni una rivalidad de la que presumir. Una nefasta gestión económica provocó la desaparición del Rangers en 2012 y, con ello, el fútbol escocés recibió un golpe muy duro.

El Rangers se refundó y le tocó comenzar desde las catacumbas escocés su regreso a la máxima categoría. Desde que el Rangers dejó su lugar en la élite el Celtic ha ganado todas las ligas restantes, aumentando más si cabe la monotonía que existía entonces en el fútbol escocés. El Celtic cayó en la previa de la Liga de Campeones y jugará esta campaña la Europa League. Para el resto de equipos su participación en Europa esta temporada ya es historia. La independencia futbolera de Escocia desde luego que no es el camino a seguir…

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Duncan Edwards, la primera gran estrella de Old Trafford

septiembre 29, 2009 3 comentarios

Hoy en día, el Manchester United es uno de los clubes con más aficionados en el mundo. En Inglaterra son muchos, pero en Asia éstos son una legión. Sin embargo, si a muchos de estos últimos le preguntamos por un crack del United, a buen seguro, dirán un montón de nombres pero ninguno será el de Duncan Edwards. No sucede lo mismo si vamos por Old Trafford, donde nombrar al inglés es sinónimo de admiración y leyenda. De hecho, el escocés Tommy Docherty fue uno de los que alabó con más contundencia al extremo: “Muchos hablan de Pelé. Esos no vieron jugar a Duncan Edwards”.

Nacido en Dudley –Inglaterra- en 1936, la vida de Duncan Edwards desde sus inicios destiló un aroma a drama. Con apenas 10 años vio como su hermana, Carole Anne, murió. Pese al golpe, Edwards supo levantarse y se concentró al máximo en su gran pasión: el fútbol. Mientras jugaba en el equipo de su ciudad, el Dudley, el Manchester United realizó en el verano del 51 un fichaje que cambiaría su vida para siempre: Johnny Berry.

Los ‘Diablos Rojos’, años más tarde, se hicieron con los servicios de Edwards gracias a la buena gestión y el olfato de Bert Whalley. Así el 4 de abril de 1953, con sólo 16 años, debutó con el Manchester contra el Cardiff y se convirtió en el futbolista más joven en debutar en la máxima competición inglesa. En pocos partidos, gracias a su innegable calidad, se convirtió en el referente de los Busby Babes -los bebés de Matt Busby (técnico del United)-, un equipo predeterminado a hacer historia tanto en las islas como fueras de ellas.

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Sus grandes actuaciones tampoco pasaron desapercibidas para la selección, de la que fue el debutante más joven hasta la irrupción reciente de Wayne Rooney y Theo Walcott. En Inglaterra confiaban en él para que con su liderazgo llevara a los ‘Pross’ a conquistar el Mundial del 58, mientras que en el Manchester estaban seguros que la camada de jugadores liderada por Edwards podía hacer frente al hasta entonces intratable Real Madrid, que sumaba por victorias todas sus participaciones en la Copa de Europa.

Sin embargo, el destino no le dio la oportunidad de intentar estos éxitos. El 6 de febrero de 1958, el United se disponía a partir a Manchester desde Belgrado tras haber eliminado al Estrella Roja en los cuartos de final de máxima competición continental. Sin embargo, a la hora de despegar los ingleses se encontraron con un problema: Johnny Berry había perdido su pasaporte y las autoridades serbias no le dejaban salir del país junto a su equipo, que no quería partir sin que Berry estuviera entre sus filas.

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La acción era un guiño del destino para salvar a un equipo de ensueño. Sin embargo, los dirigentes de los ‘Diablos Rojos’ no lo vieron así y forzaron para que Berry subiera a aquel avión y el conjunto de Matt Busby regresara a casa. Aunque, antes de regresar a Gran Bretaña, el vuelo debía de hacer una escala en Munich para repostar. El tiempo aquel día era el típico del invierno alemán: el viento era muy fuerte y la pista de aterrizaje estaba helada.

Una vez hecho el reportaje se aconsejó al capitán del avión, James Thain, que no despegara debido a las condiciones climatológicas. Thain no hizo caso y realizó dos intentos de despegue, pero se vio obligado a desistir debido a diversos problemas que sufrían los motores. En el tercer intento, a las 3:04 de la tarde, el avión falló al ganar la altura adecuada y se estrelló en unas tierras cercanas al aeropuerto. Años más tarde, se descubrió que el accidente fue culpa del aguanieve que había al final de la pista y no por la tozudez del piloto.   

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Pero no perdamos el hilo de la historia. El accidente provocó varios muertos y muchos heridos de gravedad, uno de estos últimos era Sir Bobby Charlton. Charlton por aquel entonces era un joven que destacaba y que tenía una gran amistad con Edwards. Una vez se despertó en el hospital, vio como su compañero de habitación le miraba con desolación mientras leía el periódico. Bobby le pidió que le leyera lo que ponía en la cabecera, donde se veían unas espeluznantes fotos de un avión destrozado. El alemán accedió y comenzó: “Roger Byrne, David Pegg, Eddie Colman, Tommy Taylor, Billy Whelan, Mark Jones, Geoff Bent”. Entonces se paró, se hizo el silencio y tras tragar saliva continuó: “Muertos”.

 Charlton no se lo podía creer, estaba conmocionado y se preguntaba cuál era la razón por la que sus compañeros habían muerto y él no. Una vez recuperado, se fue corriendo a ver Jimmy Murphy, ayudante de Busby. Éste le dijo que los que de los supervivientes había dos casos muy graves: Busby y Edwards. Sobre el técnico le contó la gran fortaleza que estaba mostrando pese a lo mal que lo estaba pasando: “Tres veces le han dado la extremaunción, Bobby, tres veces… pero ese hombre no se va a rendir, te lo aseguro”. No se equivocó, pues finalmente sobrevivió. 

La situación de Edwards era diferente, aunque seguía estando loco por volver a jugar pese a estar entre la vida y la muerte. “Jimmy, una pregunta ¿A qué hora es el partido contra los Wolves? Ese partido no me lo quiero perder de ninguna forma. ¿A qué hora jugamos?”, dijo nada más recuperar la consciencia. Sin embargo, había perdido mucha sangre y necesitaba un riñón para poder seguir vivo. A las 32 horas de su ingreso en el hospital le hicieron el transplante que necesitaba. Pero su sangre se había coagulado y el riñón nuevo no respondió como se esperaba y le provocó una sangría interna que le estaba destrozado por dentro y le había dejado sin habla.

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En esa situación Charlton se acercó a verle. El ‘Divino Calvo’ se quedó muy sorprendido al ver en un estado muy demacrado a su amigo. De hecho, de no ser por la placa que ponía en su cama no le habría  reconocido. Edwards le contenía de manera fría la mirada, contuvo la respiración durante unos minutos y, tras varios días sin habla, abrió la boca como si llevara tiempo reservando sus últimas palabras para alguien tan especial para él como lo era Bobby. “Dime Bobby… ¿por qué has tardado tanto?”, le espetó. Finalmente su cuerpo dijo basta y el 21 de febrero murió en Munich sin poder regatear a su trágico final como antaño lo había hecho con sus rivales. 

En Inglaterra se celebró un funeral a la altura de un Jefe de Estado. El Manchester, por su parte, en el programa de su siguiente partido oficial, en la hoja en la que debía venir la alineación de los ‘Diablos Rojos’ no ponía nada, estaba en blanco. Era un tributo a Edwards y el resto de jugadores que perdieron la vida. No era justo que aparecieran otros nombres en el lugar de gente como Edwards, que desde su cama del hospital de Munich hubiera dado todo lo que pudiera por haberse enfundado una vez más la camiseta del United  y haberse despedido en casa con el aplauso de esa afilón que tanto le idolatró y por la que tanto luchó.

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Jacobo Urso: Dar la vida por un escudo

septiembre 8, 2009 4 comentarios

“Esto ya no es lo que era”. Esta afirmación, actualmente, se puede aplicar a cualquier ámbito de la vida cotidiana. Uno de ellos es el fútbol, donde raramente un jugador pasa más de tres años seguidos en un mismo club. Sin embargo, siempre quedarán en la memoria futbolistas como Jacobo Urso, que demostró lo que significa amar una camiseta.

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De origen italiano, Jacobo Urso nació en Boedo (Argentina) en 1899, cuando el fútbol comenzaba a dar sus primeros pasos en el país sudamericano. Más tarde, en 1908, se fundó el San Lorenzo de Almagro de la mano del Padre Lorenzo Massa.

Un día, uno de los chicos que jugaba al balompié en la puerta de la Iglesia San Antonio, no vio que venía un tranvía y éste se estrelló de lleno contra otro al tratar de esquivarle. Enseguida, el chico se lanzó contra el conductor y lo insultó ante la mirada horrorizada del cura.

“Dentro de la iglesia, tengo un terreno. Si se animan a limpiarlo y a emparejarlo, les prometo que les hago fabricar los arcos para que puedan jugar ahí”, les dijo Massa a la banda de amigos del muchacho. Únicamente les puso dos condiciones: que siguieran el catecismo y que fueran los domingos a misa.

Los chavales cumplieron con lo acordado y de ahí surgió el San Lorenzo de Almagro. Años más tarde, Jacobo Urso conoció al Padre Massa y éste, sabedor de la afición del Urso por el fútbol, le invitó a que se uniera a los “cuervos”, nombre con el que es conocido el club en Argentina.

Así en 1915, con apenas 16 años, Urso se enfundó por primera vez la camiseta azulgrana para jugar de extremo izquierdo en la Sexta División. El ‘deporte rey’ no se profesionalizó en el país albiceleste hasta 1931, por lo que Jacobo compitió como amateur o, lo que es lo mismo, sólo por amor a una camiseta.

El 7 de mayo de 1916 cumplió un sueño al debutar en Primera División ante Estudiantes de La Plata, el día de la inauguración oficial del Gasómetro de Avenida La Plata (estadio de los azulgrana). Aunque su fútbol rozó su mayor nivel entre 1919 y 1920. Además de por su calidad, siempre fue muy aclamado por la afición por darlo todo sobre el campo.

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«No lo lamento por mi, sino por mi club que necesita de mis esfuerzos para escalar los puestos que faltan para colocarse San Lorenzo a la cabeza del campeonato, con las tribunas que hemos construido somos el mejor club de Buenos Aires», declaró un día que no podía jugar al diario “El Telégrafo”.

El 30 de julio de 1922, San Lorenzo se enfrentaba con Estudiantes de Buenos Aires, en la cancha del barrio de Palermo. En este encuentro, ante la lesión de Luis Vaccaro, Jacabo Urso se vio obligado a jugar de mediocentro.

A los diez minutos del segundo tiempo, con 0-0 en el marcador, Jacobo fue a disputar una pelota en el medio campo contra dos rivales, Comolli y Van Kammenade. Sin embargo, sufrió un choque muy fuerte que le hizo quedarse durante varios minutos tendido en el suelo. Al reincorporarse, escupió sangre.

Al ver la gravedad del choque, el entrenador de Urso le animó a que abandonara el terreno de juego. Pero en esa época no existían los cambios y el salir del campo significaba dejar a San Lorenzo con diez jugadores, lo que para Jacobo resultó una ofensa

El centrocampista únicamente bebió un poco de agua y cogió un pañuelo que mordió para soportar mejor el dolor. Tras esto, siguió a lo suyo: dándolo todo para llegar a la victoria

A la media hora de la segunda parte, el pañuelo, blanco impoluto, ya estaba teñido de completamente de rojo por la sangre desprendida por un Jacobo al que el físico le empezaba a fallar. Sin embargo, sacó fuerzas de donde no las había para llegar hasta el fondo del campo y mandar un centro con la zurda que su hermano Antonio cabeceó a la red y que, a la postre, significó el triunfo para San Lorenzo.

Pero Jacobo no pudo celebrarlo, es más, puede que ni tan siquiera llegara a verlo, y es que, tras su asistencia, cayó desfallecido al suelo. Rápidamente fue trasladado al hospital Ramos Mejía, donde confirmaron que tenía una costilla fracturada, completamente hundida e incrustada en un pulmón.

Así, después de dos operaciones y una semana de agonía, el 6 de agosto su corazón dijo basta y tras 107 partidos (en los que anotó 6 goles) puso fin a su trayectoria como jugador de San Lorenzo. En el Gasómetro se erigió entonces un busto de bronce y una placa con su nombre, su fecha de nacimiento, la de su muerte y la de su hazaña hasta que éste fue derribado.

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Hoy en día el museo del San Lorenzo lleva su nombre, al igual que su corazón llevó para siempre marcados el rojo y azul de los “cuervos”. No ganó dinero, pero la gloria del triunfo le marcó para siempre.

Origen del Alirón

agosto 9, 2009 6 comentarios

Cuando se llega a las últimas jornadas de los grandes campeonatos una de las preguntas más cotidianas que se hacen los aficionados es cuándo va su equipo a “entonar el alirón”. Sin embargo, pocos se preocupan por pensar en el origen de la frase, nublados por los cercanos aires de triunfo y gloria que se acercan para la escuadra a la que no dejan de alentar.

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Si cogemos un diccionario de la Real Academia Española y buscamos la palabra “Alirón” encontraremos lo siguiente: «interjección para celebrar la victoria en una competición deportiva».  Además, destaca que el término proviene del árabe hispánico ali`lan y que éste, a su vez, deriva del árabe clásico al´il`lan. Sin embargo, el fútbol, el mismo que miles de veces nos deja con montones de incógnitas por resolver, difiere del diccionario y es capaz de responder a la pregunta con una historia que merece la pena responder.

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Para ello, tenemos que viajar en el tiempo hasta la década de los setenta del siglo XIX y adentrarnos en la localidad vizcaína de Muskiz. El contexto histórico que mueve a la época es el final de la tercera guerra carlista y la supresión de los Fueros de los Territorios Vascos. Ante ello, los británicos pusieron el ojo en estas tierras, con el objetivo de explotar los yacimientos de minerales que había, teniendo una especial predilección por el hierro.

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 La llegada de los empresarios procedentes de Gran Bretaña supuso también la llegada con ellos de ciertas tradiciones. Una de ellas era el fútbol, que ya había tenido años antes un gran éxito en Huelva. Así surgieron equipos como el Athletic de Bilbao y Bilbao C.F., este último lamentablemente ya desaparecido. Las empresas británicas generaron mucho empleo, aunque a costa de cargarse el paisaje de la margen izquierda del Río Nervión.

 

Cuando los trabajadores encontraban franjas compuestas única y exclusivamente por hierro las marcaban con tiza escribiendo “All iron”, que en castellano significa “Todo hierro”. Al leer la leyenda, el boca a boca entre todos los trabajadores era constante y todos comenzaban a cantar “All Iron” en un estallido de alegría que retumbaba por todo Muskiz, pues significaba que iban a recibir una paga extra por dicho descubrimiento.

 

Con el paso de los años el cántico del “All iron” se castellanizó al popular “Alirón”. Tal era la alegría cuando lo cantaban que a los hinchas del Athletic se les ocurrió comenzar a cantar “Alirón, Alirón, el Athletic es campeón” cunado los rojiblancos sumaban a algún título. El cántico se hizo tan conocido que con el paso del tiempo otras aficiones lo adaptaron a sus respectivos equipos. De ahí surgió la expresión “cantar el alirón”, porque cuando un conjunto gana un título la alegría es tan grande como la de los mineros vascos cuando encontraban una zona de “All iron”