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El error que no quiere repetir Guardiola

guardiolaEsta semana se disputa la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones y, tras lo visto en la ida, el Bayern de Múnich -Atlético de Madrid se presenta apasionante. Especialmente porque Pep Guardiola está obsesionado con no repetir el partido que hizo contra el Real Madrid en 2014.

En aquella eliminatoria contra los blancos, el Bayern, al igual que sucedió el pasado miércoles en el Vicente Calderón, perdió por 1-0 en la ida de las semifinales. Los germanos, pese a la derrota, no realizaron un mal partido. Simplemente no estuvieron acertados en el remate, ya que llegaron a hacer hasta 18 tiros.

Sin embargo, la prensa alemana fue muy dura con el Bayern en general y con Guardiola en particular. Criticaron el estilo de juego de los muniqueses y pidieron que para la vuelta jugarán a un estilo más alemán, más a tumba abierta en busca del gol. Pese a ello, tal y como relata el libro ‘Herr Pep’, el técnico catalán tenía claro que iba a afrontar la vuelta jugando un 3-4-3 con el que reforzar el centro del campo y estar así más protegidos de los contragolpes del Real Madrid.

Pasaron los días y Guardiola cambió de idea. No había trabajado lo suficiente con el equipo el juego con tres defensas y prefirió no arriesgar en uno de los partidos más importantes del año. Entonces lo tuvo claro: para la vuelta iba a jugar el 4-2-3-1 con el que solían competir en la Bundesliga y que tan buenos resultados les había dado en el campeonato doméstico.

Sin embargo, el Bayern y su entorno se obsesionaron con la remontada, casi con marcar el segundo gol antes de hacer el primero. Guardiola se dejó contagiar por ese ambiente y el día del partido contra el Madrid en Múnich sorprendió con el planteamiento táctico que presentó: 4-2-4. Ofensivo a más no poder.

“Chicos, no se trata de salir y disfrutar. Esta vez hay que salir y morder. Hay que ir a por todas. Sois alemanes. Sed alemanes. Morid en el campo”, alentó Pep a sus jugadores antes de empezar el choque. Tanta ganas de épica y hombres de ataque provocaron que el equipo se descompusiera en el centro del campo y el Real Madrid logró el pase a la final de Lisboa tras imponerse por 0-4.  “Toda la temporada negándome a poner el 4-2-4. Todo el año resistiéndome. Y lo pongo el día más importante… Menuda cagada…”, reconoció Guardiola a sus más íntimos tras aquella eliminatoria.

Por ello, tras el 1-0 del Vicente Calderón, Pep está obsesionado en no repetir los errores de 2012. ¿Será capaz el próximo martes?

La única remontada de Guardiola

abril 20, 2015 Deja un comentario

imageEl 3-1 que endosó el Oporto al Bayern de Múnich el pasado miércoles fue la gran sorpresa de la ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones. El resultado deja en una posición complicada al conjunto alemán, ya que se verá obligado a remontar en casa y ganar a los lusos, como mínimo, por dos goles de diferencia si quiere estar en semifinales. Sin embargo, a Guardiola no se le dan bien lo de las remontadas.

De hecho, desde que el de Santpedor es entrenador sólo ha remontado una eliminatoria de las cinco (Cuatro con el Barça -Sevilla (2), Inter y Chelsea- y una con el Bayern -Real Madrid-) en las que en el partido de ida logró un resultado adverso. Fue en la Supercopa de España de 2010, cuando el Barcelona de Pep logró dar la vuelta, precisamente, al resultado de 3-1 cosechado en el Sánchez Pizjuán.

El partido de ida se disputó el 14 de agosto de 2010. Un mes antes, España se había proclamado campeona del mundo en Sudáfrica y aquel equipo contaba con bastantes jugadores del Barça (Víctor Valdés, Gerard Piqué, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Sergio Busquets, Pedro y David Villa). Guardiola, consciente de aquel Mundial había sido el broche a una larga temporada, premió a sus futbolistas con un mes de vacaciones.

Eso conllevó que los internacionales españoles prácticamente acabaran de deshacer las maletas cuando llegó el partido de ida de la Supercopa. Como no tenían aún la forma física necesaria como para afrontar aún un partido oficial, Guardiola decidió dejarles fuera de la convocatoria y en el Sánchez Pizjuán jugó con un equipo de circunstancias. Que Rubén Miño fuera el portero titular o Zlatan Ibrahimovic el nueve del equipo, en un momento en que estaba más fuera que dentro del club, es claro reflejo de ello. Tuvo Guardiola tan pocos jugadores disponibles que hasta tuvo que colocar a Maxwell, lateral izquierdo y en partidos esporádicos interior zurdo, de extremo en la delantera.

Además, decidió dejar en el banquillo a Leo Messi, que también llevaba muy pocos entrenamientos. El Barcelona comenzó ganando el partido gracias a un tanto de Zlatan Ibrahimovic, el último que marcó con la camiseta azulgrana en partido oficial, pero en la última media hora de partido el Sevilla marcó tres goles y se llevó una ventaja muy golosa para el Camp Nou. Hay que señalar como otra anécdota curiosa de dicho encuentro, que Thiago, hoy futbolista del Bayern, fue uno de los jugadores que se aprovechó de las ausencias que tenían los culés para jugar aquel partido. El hispano-brasileño jugó la segunda parte.

Por aquel entonces, Guardiola no había remontado ninguna eliminatoria contra el Barça y el Sevilla ya sabía lo que era ganar una eliminatoria a los catalanes tras haberse impuesto en el partido de ida, como habían hecho en los octavos de final de la Copa de 2010 (2-3 y 0-1). Sin embargo, para ese partido los azulgranas ya sí que contaron con todas sus estrellas y acabaron conquistando la Supercopa al vencer 4-0. Los azulgranas llevaron el partido por la vía rápida y al descanso ya ganaban por 3-0 a un Sevilla que tiró la toalla muy pronto. ¿Será Guardiola capaz de repetir este martes esa noche?

La prórroga y el falso 9 de Guardiola vuelven a matar el sueño de Sabella

julio 14, 2014 Deja un comentario

SabellaEl fútbol a lo largo de toda sus historia tiene deudas con muchas personas. Una de ellas es Alejandro Sabella, que este domingo vio como se le escapaba en la prórroga la oportunidad de inscribir su nombre y el de Argentina como campeones en la historia de los mundiales. Algo bastante similar a lo que le pasó en 2009 en el Mundial de Clubes, cuando en el tiempo añadido también se esfumó su sueño de ser el mejor del mundo.

El destino parece que quiere ser cruel con el técnico argentino, que, tanto a nivel de clubes como de selecciones, ha rozado el Mundial. La manera en la que se le escapó a Estudiantes de la Plata el Mundialito de clubes fue muy similar a la que Alemania le ha quitado ahora a Argentina la copa de las copas.

Estudiantes, al igual que le pasó a la selección albiceleste en Maracaná, llegó a la final sin el cartel de gran favorito para ganar el título. Éste lo tenía el Barcelona de Pep Guardiola, que con un fútbol espectacular había logrado conquistar todos los trofeos que había disputado hasta la fecha. Tanto que muchos pensaron que el Barça no iba a tener muchos problemas en derrotar al conjunto de Sabella. Craso error.

El técnico argentino demostró tener muy estudiado a su rival y tejió una tela de araña en la que los culés se sintieron muy incómodos. Tanto que, antes del descanso, Boselli logró dar la gran campanada y adelantó a Estudiantes. En la segunda mitad, el Barcelona, fruto del gran planteamiento defensivo de Sabella, dominó pero generó pocas oportunidades de gol. Agonizaba el partido y parecía que la gesta de Estudiantes de tumbar al Barça era casi un hecho. Sólo casi, ya que los de Sabella acabaron ahogados en la orilla.

En el minuto 88, Pedro se disfrazó de Iniesta en Stamford Bridge y empató el partido. Ya en la prórroga, Leo Messi hizo añicos los sueños de Sabella de ser campeón del mundo a nivel de clubes con un nuevo tanto que dejó el definitivo 2-1 en el marcador. El Barça alzó su sexto título del año mientras el técnico aún sentía que había tenido el trofeo en sus manos.

La derrota en la final de Maracaná no ha sido tan cruel como la de Estudiantes, pero sí más dolorosa para Sabella. El entrenador sudamericano cogió la selección albiceleste en 2011. Se encontró a un equipo hundido, al que le había podido la presión de jugar en casa la Copa América. En el torneo, en el que desplegaron un mal juego, cayeron contra Uruguay en los penaltis en los cuartos de final. A eso había que añadir que los hinchas casi repudiaban a su equipo debido a que no aprovecharon el hecho de que jugaban como locales.

Sabella dio la mano al equipo y logró levantarle hasta clasificarle para el Mundial. Durante la Copa del Mundo, las críticas le llovieron al técnico llegándole a acusar hasta de no ser más que un interlocutor de Leo Messi. Sabella hizo casi omiso y logró fortalecer el que había sido el punto débil de Argentina en las eliminatorias: la defensa.

Además, demostró ser un técnico que sabe adaptarse a las necesidades del equipo y no hacer que éste se adapte a las suyas propias. Un ejemplo es que comenzó el torneo con un esquema de 5-3-2 y lo acabó con un 4-4-2. Sin dar un grito o una palabra de más, logró meter a Argentina en la final del Mundial 24 años después.

Al igual que sucedió en el Mundialito de Clubes con Estudiantes, no llegó como favorito a la final. Sin embargo, un buen estudio del rival unido a un gran planteamiento le hizo tener grandes opciones de ganar en los 90 minutos. Higuaín, Messi y compañía no aprovecharon las claras ocasiones de las que dispusieron y, nuevamente, su sueño se acabó en la prórroga. En esta ocasión Götze fue su verdugo.

Alemania aprovechó la versatilidad del jugador del Bayern para que diera la puntilla a Argentina jugando de falso nueve. La misma posición que le descubrió Guardiola esta temporada. El mismo puesto que Pep también descubrió para Messi, su verdugo en la prórroga del Mundialito de Clubes.

#YoSoydePep

abril 30, 2014 Deja un comentario

Guardiola¡Qué ganas se le tenía a Guardiola! Sólo así se pueden entender las crueles e injustificadas críticas que ha recibido el entrenador catalán tras el batacazo del Bayern de Múnich en la Champions contra el Real Madrid.

No hay dudas de que la batalla táctica de las semifinales de la Liga de Campeones la ganó Carlo Ancelotti, pero no es sensato menospreciar ahora a un técnico al que todos hace sólo dos semanas todos admiraban y temían. Al 0-4 de este martes no hay que darle más vueltas de las necesarias. Es un partido que quedó pronto marcado por dos acciones a balón parado que tiraron abajo todo lo planteado por Pep. El Bayern tuvo que irse más arriba a por su rival y todos sabemos que dejar espacios ante un equipo como el Madrid, con velocistas como Ronaldo y Bale, te puede costar muy caro.

No hay más, no hay que hacer más leña del árbol caído. Tras el 0-4 de anoche parece que a la gente se le ha olvidado que en la actual temporada el Bayern ya ha ganado tres títulos y que aún está en disposición de ganar un cuarto, ya que está clasificado para la final de Copa. Si acabar la temporada con tres o cuatro títulos es fracasar ya quisieran más de uno fracasar así todos los años.

Parece que la gente ya se ha olvidado de que el Bayern de Pep logró proclamarse campeón de la Bundesliga en marzo, cosa que nadie había logrado antes. Algo que tiene mucho mérito. No sólo por la rapidez con la que se ganó el título, que también, sino porque desde 2006 el Bayern no lograba ganar la Bundesliga durante dos años de manera consecutiva. Un dato que demuestra que lo hecho por Pep tampoco es fácil.

Lo malo para Pep es que esté en el equipo que esté siempre le va a perseguir el fantasma del majestuoso Barcelona que construyó hace bien poco. Ahí siempre va a perder todas las comparaciones. De todos modos, exigir a Guardiola que convirtiera al Bayern en una sola temporada en un equipo calcado a su Barça es como exigir a Picasso que pintara una obra de arte en cinco minutos.

Hay que comprender que en un año milagros no se pueden hacer y a ello hay que añadir que en su primera temporada en el Bayern Guardiola también se tenía que adaptar a una cultura y un idioma totalmente diferentes. Por ello, seguro que la próxima temporada veremos, y disfrutaremos, de un Bayern con una mayor riqueza táctica que la de este año.

Eso no quiere decir que sí en 2015 no gana la Champions haya que considerarle un fracasado. Desde el 90 ningún equipo ha podido ganar la Liga de Campeones durante dos años seguidos, ni tan siquiera el Bayern, que fracasó en 2002 en su intento de defender su título de 2001. Por eso no es justo exigirle lo que nadie ha logrado en 24 años. No es cosa sencilla. Es más, el Bayern acabó en 2013 con una sequía de 11 años sin ganar la orejona, un hecho que muestra que en la historia reciente del club alemán tampoco todo ha sido un camino de rosas en Champions.

No hay que atizar a Guardiola, él sabe perfectamente en qué ha fallado contra el Real Madrid y seguro que ya está pensando en cómo solucionar esos errores de cara a la próxima temporada y la final de Copa. Por ello, hoy más que nunca apoyemos todo lo que ha hecho el catalán por el fútbol, que ha sido mucho, y no tengamos miedo a decir que #YoSoydePep.

Cuando Guardiola pudo fichar por el Arsenal

febrero 17, 2014 Deja un comentario

Hace semanas recordamos en este blog que Pep Guardiola estuvo muy cerca de fichar por la Juventus en el verano de 2001. Otro de los equipos que estuvo muy interesado aquel año en contratar al catalán aquel año, según narra Guillem Balague en su libro «Pep Guardiola, otra forma de ganar», fue el Arsenal. Por ello, con motivo del Arsenal – Bayern que se va a disputar esta semana vamos a recordar la historia de Pep con el club inglés. 

Meses antes de que finalizara la temporada 2000/2001, Guardiola lanzó la bomba de que no iba a renovar por el Barcelona. Fue entonces cuando el teléfono de Josep María Orobitg, representante de Pep, empezó a echar humo con las llamadas de los más importantes equipos de Europa interesándose por la situación del centrocampista. 

De todos los ofrecimientos que recibió, el que más le gustó a Guardiola fue el que le hizo la Juve, ya que deseaba jugar en el mismo club en el que había militado su ídolo de infancia: Michel Platini. Por ello, Orobitg acordó una reunión con el club italiano para negociar y llegó a un acuerdo con la ‘Vecchia Signora’ para que Pep vistiera la camiseta bianconera a partir de la temporada 2001/2002. 

Sin embargo, la Juve no logró ganar el Scudetto en 2001 y los dirigentes del club turinés decidieron despedir al entonces técnico del equipo: Carlo Ancelotti, que había sido a su vez el que había dado luz verde al fichaje de Guardiola. Es por ésto que Marcello Lippi se hizo cargo del equipo y una de sus primeras decisiones fue la de transmitir a la directiva que él no quería fichar a Guardiola.

Es en ese momento en el que Orobitg tuvo que empezar a moverse para buscar otras opciones. Fue ahí cuando apareció la posibilidad de jugar en el Arsenal de Arsene Wenger. El club inglés le comunicó al representante que estaban interesados en Pep si vendían a Patrick Vieira. 

El Real Madrid fue el club que más se interesó en fichar al galo, pero los blancos acabaron abandonando las negociaciones para contratar a Vieira debido a que consideraron muy elevadas las pretensiones que pedía el Arsenal y a que ese verano ya habían gastado 130000 millones en contratar a Zinedine Zidane, que se había convertido en el fichaje más caro de la historia en ese momento. 

Ésto cerró las puertas del Arsenal a Guardiola, que comunicó a Orobitg que sin la marcha de Vieira no veían necesario fichar a Pep. Es por ello que Guardiola finalmente fichó aquel verano por el Brescia, aunque el catalán se tomó la revancha con el club londinense, ya que ya como entrenador del Barça logró apear a los Gunners en hasta dos ocasiones de la Liga de Campeones ¿sumará esta temporada la tercera?

Cuando Lippi rechazó a Guardiola

diciembre 16, 2013 Deja un comentario

Esta semana se va a disputar en Marruecos la fase final del Mundial de Clubes. La gran mayoría coincide en que el Bayern de Múnich es el favorito para alzar el trofeo el próximo domingo. Sin embargo, para llegar a la final el conjunto alemán deberá de ganar este martes al Guangzhou Evergrande.

El duelo tendrá su morbo, ya que medirá a Pep Guardiola frente a Marcello Lippi. Pese a que ambos se han dedicado piropos de manera mútua, nunca se han enfrentado en los banquillos. Pese a ello, Guardiola podría tomarse el encuentro como una revancha personal, ya que en 2001 Lippi rechazó el fichaje del catalán por la Juventus.

Aquel año fue muy importante para Pep, ya que decidió por voluntad propia abandonar el Barça, que había sido su casa durante toda su vida y donde era toda una leyenda. Acababa entonces contrato con el club azulgrana y decidió emprender una nueva aventura como jugador lejos del Camp Nou.

Tal y como relata Jaume Collell en una biografía del ahora técnico del Bayern, uno de los conjuntos que llamó a la puerta de Guardiola fue la Juventus. A Pep le hacía ilusión la idea de jugar en la Vecchia Signora, ya que allí también lo había hecho Michel Platini, uno de los ídolos de infancia del catalán.

Es por ello, que Guardiola dio luz verde a Josep María Orobitg, su representante, para que negociara con la Juve. Orobitg viajó a Italia y, en una reunión que se desarrolló en unos términos más parecidos a los de una película de gánsters que de negociación de un fichaje, tardó unos 45 minutos en alcanzar un acuerdo con Lucciano Moggi , director general de la Juventus en ese momento, para que Pep luciera la camiseta bianconera a partir de la temporada 2001/2002.

Sin embargo, el rumbo de los acontecimientos se torció. La Juventus decidió despedir a su entrenador de entonces, Carlo Ancellotti, que había dado luz verde al fichaje de Guardiola, tras sumar su segundo subcampeonato liguero consecutivo. El club turinés contrató entonces a Marcello Lippi para su banquillo.

A Lippi se le indicó que el club tenía cerrado el fichaje de Guardiola, pero el técnico después de que la Juventus hubiera traspasado aquel mismo verano a Zinedine Zidane al Real Madrid descartó la contratación del catalán porque buscaba jugadores de otro perfil y prefirió apostar por la contratación de Pavel Nedved para su centro del campo.

Jan Molby, el hombre que pudo parar el despegue de Pep Guardiola

septiembre 9, 2013 Deja un comentario

Hoy en día nadie tiene ninguna duda de que Pep Guardiola ha sido una de las personas más importantes que han pasado por el Barcelona. Especialmente destacado fue su paso por el banquillo azulgrana, en el que ganó todos los títulos posibles. Sin embargo, su aura como ídolo del Camp Nou comenzó a fraguarse en su etapa como futbolista.

Lo que no muchos recuerdan es que a Guardiola su oportunidad en el primer equipo del Barça, y por ende también la de crecer como una estrella en el club, llegó prácticamente de rebote. En 1990, Johan Cruyff, entrenador del conjunto catalán en aquella época, andaba a la búsqueda de un mediocentro que supliera la baja de Luis Milla al Real Madrid. Antes de mirar en la cantera, prefirió salir al mercado de fichajes para suplir al turolense.

Ahí se fijó en Jan Molby, un danés que destacaba en el Liverpool. El acuerdo del Barça con el futbolista fue casi inminente. Un hecho que hizo a los culés ser optimistas con respecto a poder cerrar la operación. Sin embargo, cuando todo parecía hecho, el club azulgrana señaló que desistía de seguir las negociaciones y que renunciaba a fichar a Molby.

«La junta dice que es demasiado dinero el que pide el Liverpool y, por tanto, no se hace», explicó Cruyff a la prensa. «Hay mucho dinero en juego y, según las encuestas, hay también mucha gente en contra del fichaje. Si lo hubiera contratado me iba a jugar la cabeza; luchar contra todo el mundo e imposible», añadió el holandés.

Por ello, Cruyff optó por dar la alternativa en el primer equipo a Guardiola: «No habrá más fichajes. O el mejor o nadie Molby era el mejor y yo no quiero jugadores de segunda mano. Por tanto, he tomado la decisión de incorporar a Carreras y Guardiola al primer equipo».

Quién sabe cómo hubiera sido la historia del Barça de haber fructificado el fichaje de Molby.

Christiansen, un internacional precoz para Guardiola

febrero 4, 2013 6 comentarios

Desde que Pep Guardiola anunciara que va a dirigir el Bayern de Múnich la próxima temporada la prensa alemana no ha hecho más que colocarle segundos entrenadores. Uno de los que ha sonado es Thomas Christiansen, hoy poco recordado pero que en su día tuvo una gran fama en España.

Y es que él es uno de los pocos futbolistas que puede presumir de haber jugado con la selección española sin haber disputado aún un solo minuto en Primera División. Christiansen nació en Dinamarca, pero su madre era española.

De pequeño hizo una prueba para entrar en el Real Madrid y el conjunto blanco le ofreció enrolarse en sus categorías inferiores. Sin embargo, a su familia no le gustó la idea de que tuviera que irse tan joven de Dinamarca y finalmente decidió rechazar la propuesta.

Pese a ello, Christiansen siguió jugando al fútbol y años más tarde el tren para unirse a un equipo importante volvió a pasar delante suya. En este caso era el Barcelona, que tras haberle visto en un par de partido le propuso que se uniera a su segundo equipo, cosa que esta vez si aceptó.

Una vez ya asentado en el filial comenzó a despuntar en la Segunda Division haciendo 14 goles en una vuelta, algo que provocó que su nombre comenzara a aparecer en la prensa.
 
 De hecho, Javier Clemente, seleccionador español de la época, ni corto ni perezoso, decidió convocarle para un amistoso en enero de 1993 pese a que no había jugado aún en Primera. Sobre todo, para asegurarse que aquella estrella en ciernes jugara con España y no con Dinamarca.
 
Un mes más tarde lo decidió convocar para un partido clasificatorio para el Mundial de 1994 y debutó en partido oficial. Lo hizo con tanta suerte que a los dos minutos de estar en el terreno de juego marcó un gol de tacón. Su popularidad aumentó considerablemente y los medios pedían a Cruyff que le diera una oportunidad en el primer equipo.
 
Sin embargo, éste sólo le dio unos minutos en la Supercopa de Europa, algo insuficiente para mostrar su valía. Después inició un largo peregrinaje de cesiones en los que no brilló como prometía. Una vez ya desvinculado del Barça y cuando parecía que su estrella se había apagado, volvió a resurgir.
 
La Bundesliga llamó a su puerta de la mano del Bochum y el aprovechó su oportunidad llegando incluso a ser Pichichi del torneo y provocando que el Hannover 96 pagara 2,5 millones de euros cuando ya había sobrepasado los 30 años. Allí colgó las botas después de estar muy castigado por las lesiones aunque con una de las historias más curiosas del fútbol a sus espaldas.

Alcanzar a O’Connell, primer reto de ‘Tito’ Vilanova

septiembre 24, 2012 1 comentario

Puede jugar mejor o peor que el Barcelona de Pep Guardiola, pero lo que no cabe duda es que en cuanto a puntos el Barça de ‘Tito’ Vilanova ha comenzado a velocidad de cruzero. De momento lleva quince de otros tantos posibles, lo que quiere decir que lleva cinco triunfo consecuitvos. Sin embargo, aún está lejos del récord del club:  nueve triunfos seguidos en el arranque liguero. Lo estableció el irlandés Patrick O’Conell en la temporada 35/36. Ha llovido mucho desde entonces, muchos intentaron igualar el récord, pero todos se quedaron en la misma marca: seis.
En la temporada 97/98 el comienzo de temporada del Barcelona de Louis Van Gaal fue casi idéntico al de ‘Tito’ esta campaña. En la pretemporada perdió la Supercopa con el Real Madrid después de ganar en el Camp Nou y perder en el Santiago Bernabéu. En la Liga se estrenó con una goleada en casa contra la Real Sociedad y en las primeras jornadas también ganó a equipos como el Valencia. Su racha de triunfos se alargó hasta la jornada siete en la que empató contra el Compostela a dos tras haber ido perdiendo 2-0.
El mejor arranque del liguero del Barça de Guardiola también se vio truncado en la misma jornada que el de Van Gaal: en la séptima.  Fue  en la temporada 2009/2010, cuando el Valencia truncó con un cero a cero en Mestalla una racha de seis victorias consecutivas. Un empate sin goles en la séptima jornada también acabó con el mejor arranque liguero del Barça de Johan Cruyff. Entonces fue Osasuna el que acabó con la racha triunfal.
Sea como fuere, si el Barcelona de ‘Tito’ también se queda en seis triunfos tiene un consuelo pese a no alcanzar el récord de O’Connell: siempre que el Barça ganó sus seis primeros partidos de Liga se acabó ganando el campeonato.

Bob Paisley, cuando el segundo es la mejor opción

mayo 14, 2012 1 comentario

Hace unas semanas el planeta fútbol se quedó sin saber cómo reaccionar a la noticia de que Tito Vilanova sería el encargado de sustituir a Josep Guardiola, del que había sido su mano derecha. La verdad es que la marcha de Pep del Barça era un secreto a voces, por lo que se empezó a barajar una lista de sustitutos: Marcelo Bielsa, Ernesto Valverde, Luis Enrique, Andre Villas-Boas, Laurent Blanc, Lluis Carreras… Sin embargo, en ninguna de ellas estaba Tito, por ello sorprendió aún más. Aun así, el Barcelona puede echar un vistazo atrás para estar seguro de que ‘ascender’ al segundo técnico en ocasiones es la mejor opción. La historia de Bob Paisley en el Liverpool es un ejemplo de ello.

Para que la historia de Paisley adquiera sentido, primero se debe de hablar de Bill Shankly. Cuando éste llegó al Liverpool en diciembre del 59 el club vivía una de sus peores épocas. Llevaba vagando varios años en la Segunda División sin pena ni gloria y su futuro no era nada alentador. Sin embargo, Shankly revolucionó a los ‘Reds’ y lo primero que hizo fue juntarse con todos los técnicos de la casa y organizar reuniones para saber sus opiniones.

Uno de ellos era Paisley, que en poco tiempo logró convertirse en la mano derecha de Shankly. Juntos lograron que la situación del Liverpool mejorara, aunque tardaron tres años en ver recompensados sus esfuerzos en alcanzar su gran objetivo: que el equipo de Anfield volviera jugar con los mejores  equipos del fútbol inglés. Una vez ya en la élite,  Shankly logró crear una base en la entidad para poder ir logrando nuevos retos.  De esta manera, sólo se le resistió la Copa de Europa, pues logró conquistar, tres ligas, una Copa de la UEFA, una Supercopa y una FA Cup.

Estos dos últimos títulos llegaron en la temporada 1973/1974, en la que al término de la misma y, tras haber quedado segundos en liga, Shankly anunció, contra todo pronóstico, que dejaba el club porque se sentía cansado. Sin embargo, antes de marcharse asesoró al presidente para que su puesto lo ocupara el que había sido su mano derecha: Bob Paisley. Pensaba que él era el único capacitado para seguir el modelo que había implantado y que otro que viniera de fuera del club lo único que haría sería tirar por la borda todo el trabajo realizado durante tantos años.

El presidente le hizo caso y nombró a Paisley como nuevo entrenador del equipo, pese a que éste no se veía en el puesto y admitió verse casi obligado a aceptar. Así contó  Ray Clemence, uno de los jugadores del Liverpool de aquella época, a The Independent cómo se presentó en el vestuario al conocer que era el encargado de sustituir a Shankly :»Shanks lo ha dejado y me han dado su puesto, un trabajo que no me apetecía. Pero vamos a seguir adelante y hacer lo posible para continuar lo que Shanks comenzó aquí».

Los inicios no fueron sencillos, ya que le costó encontrar la tecla adecuada, pero su tenacidad –Llegó a decir que él “no abandonaría al club en los tiempos difíciles” tras acabar segundos en su primera temporada, una muestra de su ambición- y la confianza de la directiva al final dieron sus frutos. Tanto que logró lo que parecía un imposible: que Anfield no extrañara a un mito como era para ellos Shankly.  19 nueve títulos, entre ellos tres Copas de Europa, en nueve temporadas tuvieron la ‘culpa’. Una muestra más para que el Barcelona mire con optimismo y se agarre a que el segundo puede ser la mejor opción, como lo fue Paisley.