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Cuando el Villarreal pudo fichar a Figo
En este blog somos muy aficionados de hablar de fichajes que pudieron ser pero que al final, por una causa u otra, no acabaron cerrándose. Uno de ellos y que poca gente recuerda fue el de Luis Figo por el Villarreal.
La llegada del luso al conjunto amarillo pudo darse en 2005. Por aquel entonces el equipo de El Madrigal había hecho historia al clasificarse por primera vez en toda su historia para la Liga de Campeones de la mano del chileno Manuel Pellegrini en el banquillo.
El Villarreal tenía por aquel entonces un equipo muy potente en el que destacaban futbolistas como Diego Forlán y Juan Román Riquelme. Por ello, Juan Roig, presidente de los de Castellón, quería premiar a su equipo por la clasificación para la Champions con una ‘bomba’.
En esas se puso a tiro la llegada de Figo. El portugués tenía libertad por parte del Real Madrid para negociar con el equipo que quisiera toda vez que había sido suplente en las últimas jornadas de Liga y el club blanco ya le había dejado claro que a sus 32 años no le iba a renovar el contrato que le unía al conjunto de Chamartín hasta 2006.
Sin embargo, finalmente el interés del Villarreal en hacerse con los servicios de Figo se quedó simplemente en lo que podría decirse como el sueño de una noche de verano. Los amarillos nunca llegaron a formalizar una oferta toda vez que el sueldo del jugador portugués, unos seis millones de euros aproximadamente, era inaudible para un club que ya había hecho un esfuerzo importante para mantener a Forlán y Riquelme.
Además, otros equipos como el Olympique de Marsella y el Inter de Milán también estaban muy interesados en su fichaje. Finalmente fueron los italianos los que acabaron contratando al extremo luso y, casualidades de la vida, Inter y Villarreal se vieron las caras en los cuartos de final de la Champions con victoria para los españoles.
Cuando Zanetti pudo fichar por el Real Madrid antes de ir al Inter
El Inter de Milán anunció la semana pasada que Javier Zanetti, capitán del equipo que lleva en el club desde 1995, colgará las botas el próximo verano para pasar a ser directivo de la entidad. Sin embargo, la bonita historia que conocemos del argentino en el Inter pudo ser totalmente diferente.
Y es que, antes de que Zanetti fichara por el conjunto neroazurro, el Real Madrid se interesó por el lateral. El futbolista había sido uno de los jugadores más destacados de Banfield y, de hecho, ya había sido internacional con Argentina. Con la albiceleste debutó en 1994 en un partido contra Chile.
El Real Madrid andaba en el verano de 1995 ávido de contratar un lateral derecho y decidió hacer una oferta por el prometedor jugador. Sin embargo, Banfield se descolgó pidiendo casi tres millones de euros. El Madrid entonces, sin la solvencia económica de ahora para fichar y con el miedo a que Zanetti fuera sólo flor de un día y no aguantara la exigencia, decidió romper las negociaciones. Por ello, finalmente decidió contratar a Quique Sánchez Flores, que les salió mucho más económico.
Sin embargo, la oportunidad europea de Zanetti no acabó ahí. El Inter también le tenía en su agenda y sí se atrevió a pagar los casi tres millones de euros que pedía Banfield. Los italianos descubrieron al lateral casi de casualidad. Estaban siguiendo a Sebastián Rambert en un Banfield – Independiente y quedaron maravillados con Javier.
De hecho, los primeros fichajes de Massimo Moratti fueron Rambert y Zanetti. Ambos fueron presentados por el Inter el mismo día y el que era considerado como una estrella era Rambert, Zanetti llegaba más de tapadillo. De hecho, Moratti llegó a confesar en una entrevista en la Gazzetta que le cuestionaron mucho el fichaje del lateral: «Todos me decían que había comtratado a un desconocido y que sólo se quedaría en el club unos meses».
Volviendo al Real Madrid, los blancos se dieron cuenta del error que habían cometido y en el verano de 2001 intentaron ficharle. Sin embargo, para entonces el amor entre el argentino y el Inter ya era inquebrantable. Tanto que a día de hoy se mantiene con más fuerza que nunca.
Sneijder, de héroe a villano en el Inter
Hasta hace bien poco, hablar de Wesley Sneijder en el Inter de Milán era hacerlo de uno de los héroes que conquistó en el año 2010 el triplete con el conjunto italiano. Era la brújula sobre la que se movía aquel equipo dirigido por José Mourinho y, por ello, era, y es, uno de los mayores ídolos de la afición interista.
Sin embargo, en la actual temporada las cosas han cambiado. La hinchada neroazzurra le sigue teniendo en muy alta estima, pero el club parece haberse olvidado de las tardes de gloria que disfrutó con el holandés en el pasado.
Sólo así podría explicarse que Sneijder lleve sin jugar con el Inter desde el pasado mes de septiembre. Al principio fue una lesión lo que le impidió volverse a enfundar la camiseta del club milanés. Sin embargo, el internacional holandés se recuperó de sus dolencias a mediados de noviembre y, para sorpresa de todos, Andrea Stramaccioni no ha vuelto a convocarle.
Resulta curioso, ya que justo cuando el tulipán recibió el alta médica el Inter se quedó durante varios partidos sin Antonio Cassano. Todas las papeletas parecían indicar que el encargado de devolver la magia al juego interista en los metros finales iba a ser Sneijder…pero no ha sido así.
Lo peor de todo no es que el propio Inter no haga jugar a uno de sus mejores futbolistas, sino que todo hace indicar que el ostracismo por el que está pasando Sneijder no es por temas deportivos sino políticos.
Michel Platini, presidente de la UEFA, se ha propuesto acabar con lo que él considera como ‘dópping económico’. Por ello, los clubes a partir de ahora tendrán que superar unas estrictas medidas para competir en las competiciones europeas.
Ahí es cuando el Inter le ha visto las orejas al lobo, que ha visto como su actual coyuntura económica le impediría competir por el Viejo Continente y, por ello, ha decido acabar con los grandes sueldos de la plantilla. Por este motivo, futbolistas como Lucio y Julio César abandonaron el club a coste cero.
Ahora el Inter ha puesto sus ojos sobre Sneijder. El holandés tiene contrato hasta 2015 y gana seis millones de euros al año, una cifra que el Inter ya no se puede permitir. Por ésto, lo italianos pretenden que el tulipán se rebaje su sueldo, algo a lo que se ha negado éste, que ha visto como su decisión le ha costado estar en el ostracismo y que el club se plantee venderlo.
Por ello, el Inter a sus disparatados capítulos históricos a añadido un capítulo más: el de tener a su mejor jugador en la grada cuando el equipo claramente le necesita Una situación que también se podría aplicar en el Athletic por el ‘Caso Llorente’.
La Juve, el Milan y los récords de imbatibilidad
El Inter de Milán ha puesto la liga italiana al rojo vivo tras derrotar por 1-3 a la Juventus en el denominado como ‘derbi de Italia’, ya que se coloca a un punto de la ‘Vecchia Signora’. Sin embargo, la victoria no es lo único que han arrebatado los hombres de Andrea Stramaccioni a los de Antonio Conte, ya que les han dejado sin la posibilidad de poder batir el récord de imbatibilidad del páis transalpino.
Y es que los ‘bianconeri’ antes de enfrentarse a los ‘neroazzurri’ sumaban 49 sin perder en la liga italiana, ya que no caían desde el 15 de mayo de 2010, cuando lo hicieron por uno a cero contra el Parma, y soñaban con poder igualar la marca de 58 partidos invictos que estableció el Milan entre el 26 de mayo de 1991 y el 21 de marzo de 1993.
La mejor racha de imbatibilidad la tiene el Steaua de Bucarest con los 104 partidos que estuvo invicto entre 1986 y 1989, hasta que el Dinamo de Bucarest, su eterno rival, acabó con su fenomenal racha.
En España el mejor registro lo tiene la Real Sociedad con los 38 partidos que estuvo sin perder entre 1978 y 1979. El Real Madrid es otro equipo español que tiene un gran dato de imbatibilidad, ya que entre el 17 de febrero de 1957 y el 7 de marzo de 1965 los blancos estuvieron 122 partidos seguidos sin caer en el Santiago Bernabéu.
En el Viejo Continente el Manchester United también tiene otro registro curioso, puesto que estuvo 56 partidos internacionales sin perder en Old Trafford entre 1956 y 1997.
La Ambrosiana, o como el Inter sobrevivió a una fusión
Hace unos años, en 2008 concretamente, el Inter de Milán con motivo de su centenario decidió dejar de lado su tradicional camiseta neroazzurra para celebrar dicha efeméride con una zamarra especial. Está era blanca y sobre ella había una cruz roja. Muchos pensaron que aquella camiseta tenía motivos religiosos, ya que consideraron que aludía a la cruz de San Jorge. De hecho, algunos clubes, como fue el caso del Fenerbahçe turco, solicitaron ala UEFAque el Inter no jugara con una zamarra que tenía unas connotaciones tan religiosas. Sin embargo, aquella camiseta no tenía más que un transfondo: homenajear ala Ambrosiana, nombre que recibió el Inter durante cerca de 17 años tras verse obligado a fusionarse conla US Milanese.
Para conocer más detalles sobre esta historia tenemos que trasladarnos a la década de los años 20. En Italia gobernaba entonces el fascismo, que decidió meter sus garras en el fútbol. Una de las decisiones que tomó Benito Mussolini fue que, como en el país transalpino había demasiados equipos, varias escuadras debían desaparecer, ya que permitía tener a las grandes ciudades dos equipos profesionales y a las pequeñas sólo uno. Esto provocó que muchos conjuntos vieran la fusión como única manera de poder sobrevivir. Así se fundó, por poner un ejemplo, la actual Roma, fruto de la fusión de tres equipos.
En Milán, en tanto, había también había varios clubes. Los más populares eran el Inter y el Milan. Sin embargo, en la ciudad lombarda también había equipos con menos nombre. Uno de ellos erala US Milanese, que en 1908 y 1909 había logrado ser subcampeona de Italia, pero que tras el final de la primera Guerra Mundial había perdido su brillo de antaño y vagaba sin pena ni gloria porla Serie B.Por ello, a Ernesto Torrusio, presidente del club, comenzó a mover hilos para lograr la fusión que devolviera al Milanese la gloria de antaño.
Torrusio era muy amigo de Rino Parenti, la cabeza visible del Ente Sportivo Provinciale Fascista (E.S.P.F.), y consiguió que el E.S.P.F. autorizar, y obligara, la fusión dela US Milanese con el Inter. Y es que los directivos del club neroazzurro no se enteraron de esto hasta pocos días antes de que la fusión se llevara a cabo. Poco importó que el Inter hubiera ganado varios títulos. Al gobierno fascista le chirriaba que uno de los equipos más importantes del país se llamara Internacional, que tenía una connotación bastante comunista. Por ello, la propuesta de Torrusio se aceptó de inmediato y en 1928 nacióla Associazione SportivaAmbrosiana, fruto de la fusión de Inter y Milanese.
El nombre remitía a San Ambrosio, protector de la ciudad de Milán. Su camiseta era blanca con una cruz roja de cuello y lucía el emblema del fascio littorio. La cruz roja representaba la bandera de la ciudad, de hecho el escudo del Milan también la lleva, y el fascio littorio era un símbolo originario de la antigua Roma, que fue resucitado y revalorizado por el régimen fascista. En 1929,la Ambrosianaganó el Scudetto. Curiosamente, aquel año el equipo cambió de camiseta y jugó de neroazzurro.
Y es que cada vez tenían menos peso en el club sus raíces procedentes del Milanese y prueba de ello es que el conjunto pasó a llamarse Ambrosiana-Inter en 1932. De hecho, otra prueba más es que varios aficionados desencantados decidieron volver a refundar por su cuenta aquel añola USMilanese.El gobierno fascista les dio su consentimiento pero con una sola condición: no podían jugar partidos oficiales. Ya en 1945, cuando finalizó la segunda Guerra Mundial y por ende Mussolini y sus secuaces ya no movían los hilos del fútbol italiano, el Ambrosiana-Inter volvió a llamarse Inter de Milán. Por su parte, el Milanese rechazó en 1946 incorporarse ala SerieBy desapareció para siempre.
(Los títulos que ganó la Ambrosiana están incluidos dentro del palmarés del Inter)
The Special Two
José Mourinho es uno de los técnicos más aclamados de la actualidad. Sus métodos le han llevado a la cima tras partir desde cero. Por ello, no son pocos los que intentan imitar al portugués. Por esta razón, resulta llamativo que el único que haya recibido el calificativo de “El nuevo Mou” quiera quitarse esta etiqueta. Se trata de Andre Villas-Boas, el actual entrenador del Oporto.
La verdad es que las comparaciones entre “The Special One” y Villas-Boas es imposible que no se hagan. Sobre todo teniendo en cuenta sus inicios, ya que ambos dieron sus primeros pasos en el fútbol de la mano de Sir Bobby Robson. La manera en la que Andre conoció al legendario técnico británico es, cuando menos, curiosa. El luso era nieto de Margaret Neville Kendall, una noble británica que le enseñó a hablar inglés y que vivía en el mismo edificio que Robson. Un día, Villas-Boas, ni cortó ni perezoso, le dejó a Bobby una nota en el correo en la que le explicaba como utilizar mejor a Domingos, actual técnico del Braga que entonces jugaba en el Oporto. El británico quedó impresionado y se citó en un café con André para conocerle en persona. A la cita el portugués llegó con una gran pila de hojas en la que tenía informes detallados de jugadores y equipos. Robson al verlo no se lo pensó, tenía que hacerle un contrato. De esta manera le contrató como ojeador, pese a que era menor de edad.
Allí fue donde Villas-Boas conoció a Mourinho. Sin embargo, no estuvieron mucho tiempo juntos, ya que, poco después de incorporarse al organigrama técnico, Mou hizo las maletas rumbo a Barcelona junto con Robson. Pese a ello, André tenía claro que quería seguir ligado al mundo del fútbol, se sacó el título de entrenador y prosiguió con sus estudios en Escocia, tal y como había hecho Mourinho anteriormente.
A los 22 años fue designado seleccionador de las Islas Vírgenes, con quien disputó varios partidos clasificatorios para el Mundial de 2002. Sin embargo, su aventura acabó tras perder por 0-9 contra las Islas Bermudas, tras lo que fue cesado. En más de una ocasión, André ha comentado que en las Islas Vírgenes sólo supieron su edad cuando se marchó. De vuelta a Portugal, el destino del joven se cruzó de nuevo con el de Mourinho, quien se acordó de él cuando se hizo con las riendas del Oporto. A partir de entonces, Villas-Boas siguió, como miembro de su cuerpo técnico, a Mou allá por donde fue éste: en Portugal con el Oporto, en Inglaterra con el Chelsea y en Italia con el Inter.
Así fue hasta que André decidió volar solo y aceptó en otoño de 2009 una oferta de la Académica de Coimbra. Cogió a un equipo hundido y logró salvarlo de manera cómoda. Tanto que la Académica acabó el curso en la zona templada de la tabla, en la 11ª posición. Su trabajo no pasó desapercibido. Por ello, el Sporting de Lisboa se interesó en él. Aunque fue el Oporto quien finalmente le encargó liderar su proyecto 2010-2011. Pese a que al principio había un poco de escepticismo, Villas-Boas logró disipar dudas en pocas semanas.
Villas-Boas se ha convertido en el técnico que más partidos ha logrado acabar invicto en su país. El Oporto destaca por su buen trato del balón. De hecho, hay quien opina que son un sucedáneo del Barça. Sin embargo, a André no le gustan las comparaciones: “El Barcelona tiene su estilo y nosotros el nuestro. No queremos imitar a ninguno. El Barça ha rayado la perfección. El fútbol portugués tiene una cultura de excelencia técnica. Nos basamos en la defensa o el contacto físico. Nuestro principio es la libertad para crear”.
Villas-Boas suele emplear un 4-3-3, aunque su sistema nos es para nada rígido, ya que puede variar a un 4-5-1, 4-3-1-2, 4-4-2 o 4-1-4-1. Le gusta jugar con un hombre delante de la defensa y que los futbolistas de ataque se intercambien de posición. Por ello, su juego es más dinámico que el de los equipos de Mourinho. Jorge Jesús, técnico del Benfica ha dicho que si no fuera por los penalties que le pitan a favor al Oporto estos últimos no les sacarían a los encarnados. “A ellos les divierte hablar de nuestros penaltís, por eso nosotros nos dejamos hacer alguno, para que se entretegan”, ha contestado André al más puro estilo Mou. Tiene su propio libro de estilo, pero no cabe duda que el entrenador del Real Madrid ha sido su referente. Por algo le han llamado The Special Two.
Los trasvases de Milán
El anuncio de que Leonardo va a ser el nuevo técnico del Inter de Milán ha hecho que el brasileño se convierta en el último que ha estado en los dos clubes de la ciudad. Entre ambos equipos hay una rivalidad muy grande, sin embargo, ello no impide que varios de sus futbolistas hayan vestido las dos camisetas en los últimos años. Y es que en las últimas 15 temporadas ha habido jugadores que han pasado por ambos bandos. En la Medialuna repasamos algunos de los casos más importantes.
Uno de los que más repercusión ha tenido es el de Andrea Pirlo, ahora santo y seña del Milan, pero que sus primeros pasos en un grande los dio en el Inter, donde de pasó sin pena ni gloria. Los neroazzurri lo ficharon después de que Pirlo hubiera despuntado en la campaña 97-98 en el Brescia. Sin embargo, en el Inter no acabó de rendir porque no acabó de encontrar su lugar en el campo. Por ello, los neroazzurri decidieron cederlo hasta en dos ocasiones: una a la Reggiana y otra al Brescia. En el verano de 2001 Fatith Terim, técnico del Milan, sorprendió a propios y extraños cuando solicitó el fichaje de Pirlo para los rossoneri. El Inter accedió a traspasar al jugador pensando que daba un pufo a su eterno rival. Sin embargo, Pirlo, retrasado a mediocentro, ha sido uno de los jugadores más importantes en la última década.
Un caso parecido al de Pirlo fue el de Seedorf. El holandés fichó por el Inter en el invierno de 1999 después de que los neroazzurri pagaran 4000 millones de pesetas al Real Madrid. El centrocampista pasó sin pena ni gloria por el club, pese a ser titular en el Inter de Cúper que estuvo a un paso ganar el Scudetto de 2002. En el verano de aquel año el Barcelona tentó el fichaje de Clarence, pero los neroazzurri finalmente decidieron aceptar una proposición del Milan que, además de dinero, incluía el traspaso del lateral izquierdo Francesco Coco, que fue un auténtico fiasco. Con los rossoneri Seedorf volvió a sentirse como un jugador importante y se convirtió en el primer jugador de la historia que logró ganar la Champions contres equipos diferentes.
Aunque también hay que señalar que no siempre todos los jugadores que han llegado al Milan y que antes habían pasado por el Inter les han dado un buen rendimiento. Un ejemplo muy claro fue el de Christian Vieri. ‘Bobo’ se hinchó a marcar goles con la camiseta del Inter. Sin embargo, al Milan llegó pasado de todo y deambuló por el club lombardo con más pena que gloria. Tanto que en el mercado de invierno fue cedido al Mónaco y nunca más volvió a enfundarse la camiseta milanista. En Italia no son pocos los que opinan que el fichaje de Vieri fue hecho sobre todo para tocar las narices al eterno rival más que porque pudiera aportar algo en el plano deportivo.
Hubo otros que hicieron el camino a la inversa. Primero jugaron en el Milan y luego en el Inter. Fue el caso de Christian Panucci o Patrick Vieira. En el primer caso, la estancia del lateral derecho en el club neroazzurri fue muy breve y nunca llegó a despuntar como lo había hecho en el Milan. El caso de Vieira fue totalmente diferente. En ninguno de los dos clubes logró triunfar. Al Milan llegó muy joven y apenas tuvo minutos; al Inter llegó ya mucho más mayor y nunca demostró la fortaleza física que había exhibido en el Arsenal.
Otros jugadores que han jugado últimamente en ambos conjuntos han sido Ronaldo, Ibrahimovic; Ganz, Guglimimpietro y Mancini. ¿Engordará Kaka esta lista? Eso sólo el tiempo nos lo dirá
Schilacci, el juguete roto de Italia 90
El fútbol, al igual que la vida, es como una montaña rusa: unas veces estás arriba y otras lo haces abajo, o viceversa. Sea como fuere, un claro ejemplo de ello es el delantero italiano Salvatore Schilacci. Y es que el ariete transalpino pasó de la nada a la gloria en un breve espacio de tiempo. Sin embargo, su estrella se apagó a la misma velocidad a la que había comenzado a brillar.
El Toto, sobrenombre con el que fue conocido, comenzó a dar sus primeros pasos en el mundo del fútbol en el AMAT Palermo, de su ciudad natal. Aunque Salvatore duró poco tiempo en el equipo de su tierra, apenas un año, y fichó en el 82 por el Messina, que entonces militaba en la Serie C, equivalente a la Tercera División española.
Allí Schillaci comenzó a destacar como un delantero oportunista y con chispa. Tanto que incluso logró acaparar el protagonismo de algún que otro artículo de la prensa local. Todo ello le llevó a fichar, contra todo pronóstico, en 1989 por uno de los grandes de Italia: la Juventus. Sin embargo, los bianconeri entonces vivían en una especie de depresión post-Platini y en la liga estaban a la sombra de Milan e Inter.
En tanto, la selección italiana estaba en pleno proceso de renovación preparando el Mundial del que iban a ser anfitriones en el 90. El seleccionador de aquel equipo, Azeglio Vicini, tenía como base de aquella escuadra a una camada de jugadores jóvenes muy importante con gente como Paolo Maldini, Gianluca Vialli, Giuseppe Giannini, Walter Zenga, Carlo Ancelotti o Andrea Carnevale. Sin embargo, ese equipo tenía una tara muy importante: le faltaba gol.
Por ello, tras una temporada más que aceptable aunque sin llegar a números extrasféricos, Vicini decidió incluirle para sorpresa del personal en la lista definitiva para el Mundial de 1990. Eso sí, en un principio, partía como una de las últimas opciones que tenía Italia para el ataque, pues en esa posición el seleccionador prefería a hombres como Vialli y Carnevale. Sin embargo, la gloria le estaba llamando a la puerta.
Toto, como era previsible, comenzó el torneo como suplente, pero su estrella se comenzaron a agigantar conforme fueron pasando los encuentros. En la primera fase, con tres goles, salvó a Italia de un ridículo mayúsculo y permitió que los azzurri pasaran la primera fase. Algo que hizo que en el tercer partido del campeonato se hiciera con una titularidad que ya no iba a abandonar en todo el torneo.
En los octavos y en los cuartos Schillaci dejó su sello marcando en ambos partidos, algo que le valió para pasar en apenas unos días del anonimato a ser una estrella mundial, el delantero que estaba en boca de todos. Sin embargo, Salvatore, que comenzó a ser apodado como “el padrino del gol” por sus orígenes sicilianos, no pudo evitar que Italia cayera derrotada en las semifinales del torneo contra la Argentina de Maradona.
Aun así, el delantero marcó en el partido por el tercer y cuarto puesto y logró hacerse con la bota de oro del torneo. Aunque él se quedó con algo más grande: en el torneo se había ganado el corazón y aprecio de todos los tifosi, quienes le consideraron como el mejor jugador de Italia en el Mundial. Sólo Roberto Baggio, que comenzaba a dar clases sobre el encerado, consiguió robarle algo de fama a Toto.
Aunque, lamentablemente para Schillaci, esto finalmente sólo se quedó en el bonito sueño de unas noches de verano. Regresó la competición a nivel de clubes y al Toto se le acabó la pólvora tan rápido como se había convertido en una estrella, pues en las dos siguientes temporadas en la Juventus apenas anotó nueve goles.
Las puertas de la selección, además, se le cerraron de manera definitiva y los aficionados azzurri que tanto le aclamaron por sus goles en el Mundial le olvidaron pronto debido a la confirmación de Baggio como un ‘fuoriclassi’ y la fulgurante aparición de otros delanteros como Signori o Casiraghi.
Por ello, en el verano del 92 firmó por el Inter de Milán, donde tampoco logró cuajar y se dio cuenta de que, definitivamente, su estrella se había pagado. Así un año más tarde los neroazzurri no pusieron ninguna traba en que Salvatore firmara por el Jubilo Iwata japonés, convirtiéndose de esa manera en el primer jugador italiano que jugaba en esa liga.
Allí, con buenas cifras realizadoras, vivió sus últimos días en el mundo del fútbol. Mirando, quizás, con nostalgia aquellos días en el que su estrella emergió pero que desapareció con la misma fuerza y rapidez que llegó al firmamento.
Adelaida, la nonna que hizo grande a Zoff
Hablar de Dino Zoff es hacerlo de una leyenda bajo los palos. El italiano marcó una época defendiendo la meta de Italia y de la Juventus. Tanto que está considerado, junto a otros mitos como Lev Yashin, Ricardo Zamora y Gordon Banks, como uno de los grandes guardametas de toda la historia. Sin embargo, el secreto de su éxito no estuvo ni en sus manos ni en sus botas, sino en su abuela Adelaida.
La nonna era una campesina de la región italiana del Friuli y una persona muy sabia. Su nieto, en cambio, solo tenía una cosa en la cabeza: el fútbol. Sin embargo, pese a apuntar maneras en su juventud, el pequeño Zoff se llevó un gran desencanto en sus inicios porque fue rechazado por el Inter y la Juventus debido a que no llegaba al metro setenta. Entonces Dino decidió echar mano de la sapiencia de su abuela para solucionar el problema de su estatura, si es que éste lo tenía.
Al conocer la situación, Adelaida no vaciló y decidió desempolvar una receta que únicamente conocían los más viejos del lugar y que tenía muchos años. Así ni corta ni perezosa comenzó a dar a Zoff ocho huevos diarios. El experimento, que parecía que tenía más posibilidades de acabar con las arterias de Zoff que otra cosa, surtió efecto y el pequeño portero creció cerca de veinte centímetros. Lo suficiente para sobrepasar el metro ochenta y pasar una prueba con el Udinese, que le sirvió de trampolín hasta el estrellato. La carrera de Zoff como jugador terminó a los 41 años, y pensar que fueron unos huevos los que evitaran que se perdiera en las categorías inferiores con menos de veinte…..
El derbi della Madonnina
Este pasado fin de semana el Inter asestó un golpe casi definitivo al Scudetto tras derrotar en el Giuseppe Meazza por dos a cero a su eterno rival de la ciudad: el Milan. El triunfo, además, ha servido para que los neroazzurri confirmen el cambio de tendencia en el partido por excelencia de Milano, pues en los últimos años han logrado quitar a los rossoneri la corona del derby “della Madonnina”.
A lo largo de toda la historia, Inter y Milan se han visto las caras en más de 260 ocasiones. La primera de ellas tuvo lugar el 18 de octubre de 1908 en la localidad suiza de Chiasso. El motivo de que ambos equipos jugaran en la ciudad helvética se debió a los orígenes del Inter.
El club presidido actualmente por Massimo Moratti fue fundado el 9 de marzo de 1908 por siete jugadores procedentes del Milan, éstos se quejaban de que los rossoneri no permitían jugar a ningún futbolista extranjero y por ello decidieron montar su propio club en el que sí que pudieran participar foráneos, de ahí lo de Internazionale.
Muchos jugadores de la primera plantilla de la historia del Inter eran suizos, por eso la primera vez que se vieron las caras con su eterno rival decidieron hacerlo fuera de Italia. Los colores elegidos para la camiseta fueron el negro y el azul. Negro como la noche y azul como el cielo al que aspiraban, señalaron los fundadores.
Pero volviendo a su rivalidad con el Milan, los equipos juegan desde el 3 de marzo de 1980 todos los derbys, el único de Europa que enfrenta a dos campeones del Viejo Continente, en San Siro, ya que hasta esa fecha el Inter jugaba todos sus partidos en el mítico “Arena”. El partido es denominado como el «derbi della Madonnina» en homenaje a la dorada estatua de la Virgen que desde lo más alto del «Duomo» preside la ciudad de Milán.