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Valbuena, el portero ante el que se estrenaron Messi y Torres
¿Qué tienen en común Leo Messi y Fernando Torres? Además, de ser ambos dos de los delanteros más destacados de la última década también coinciden que su primer gol oficial fue ante el mismo rival y el mismo portero: Albacete y Raúl Valbuena.
El primero en batir al portero madrileño fue el hoy delantero del Chelsea. Fue el tres de junio de 2001 en un Albacete – Atlético de Madrid correspondiente a la Segunda División. A los colchoneros sólo les valía un triunfo para seguir en la lucha por el ascenso, pero un gran partido de Valbuena estaba haciendo trizas el sueño rojiblanco de regresar a Primera.
Así fue hasta que saltó al campo Fernando Torres, que apenas contaba con 17 años, sustituyendo a toda una leyenda del Atleti como Kiko. La entrada del de Fuenlabrada revolucionó el partido, tanto que el hoy jugador de la Premier League logró el 0-1 definitivo en el minuto 80 tras batir a Valbuena con un gran remate de cabeza.
El siguiente crack que logró su primer gol oficial ante el portero madrileño fue Messi. El argentino inicio su cuenta goleadora con el Barça un uno de mayo de 2005 también en un partido contra el Albacete, sin embargo en este caso correspondiente a la Primera División. El Albacete llegó al partido casi sin nada en juego, ya que estaba prácticamente descendido, y el Barça todo lo contrario ya que con un triunfo contra los manchegos prácticamente sentenciaban el título de Liga.
Un gran partido de Valbuena provocó que el partido se fuera sin goles al descanso y con un Barça, tanto equipo como afición, un poco nervioso porque les estaba pudiendo la ansiedad de acabar con una sequía de títulos que se prolongaba de 1999. Sin embargo, Samuel Eto’o disipó todos los fantasmas fatalistas con un gol en el minuto 66. Frank Rijkaard, entonces entrenador de los culés, precisamente cambió al camerunés en el minuto 88 para perder tiempo. Le sustituyó por Leo Messi, un joven de 17 años del que se hablaban maravillas en la cantera azulgrana.
El argentino aprovechó los pocos minutos que estuvo en el campo para dejar su sello, ya que en el minuto 91 estableció el 2-0 definitivo con el que se cerró el encuentro tras batir con una vaselina a Valbuena aprovechando así una gran asistencia de Ronaldinho.
Se da la curiosa circunstancia de que el balón de aquel partido se lo quedó el propio Valbuena, tal y como contó él mismo en una entrevista en MARCA: «Entonces no me imaginaba que iba a ser tan importante, pero como hice un buen partido y terminé con el balón en las manos, nadie me lo pidió y me lo llevé firmado por todos mis compañeros del Albacete, algo que me hizo bastante ilusión».
Aquella vez fue la última vez que Valbuena pisó el Camp Nou como portero titular. Sin embargo, se da la circunstancia de que portero madrileño también había estado presente en otros momentos importantes de otros jugadores azulgranas como son Xavi y Puyol en el inicio de sus grandes carreras con el Barça.
De hecho, Valbuena fue el portero del Real Madrid Castilla que perdió la promoción de ascenso a Segunda División de 1998 ante el Barça B de los Xavi, Puyol, Luis García, entre otros….Además, la temporada siguiente, cuando Xavi y Puyol debutaron en la categoría de plata lo hicieron también ante Valbuena, que fichó aquel verano por el Mallorca B, primer rival de los catalanes en Segunda.
El día en el que Messi pudo fichar por el Cádiz
El mundo del fútbol está repleto de fichajes que pudieron ser pero que al final no acabaron por concretarse. Contrataciones que podían haber cambiado para siempre a equipos y jugadores tal y como los conocemos hoy. Uno de ellos fue el de Leo Messi por el Cádiz.
Para hablar de esta historia hay que remontarse al verano de 2005. El Cádiz acababa de ascender a Primera División y tenía la necesidad imperiosa de reforzar su equipo. Al club se le ocurrió que una de esos fichajes podía ser Messi, un prometedor jugador argentino del que hablaban maravillas en Barcelona.
El conjunto azulgrana en aquellos momentos contaba en ataque con jugadores de la talla de Ronaldinho, Eto’o, Deco o Giuly. Por ello, parecía que para que ‘La Pulga’ tuviera minutos en Primera tendría que emigrar. Es ahí donde entró en juego el Cádiz que, consciente de la situación del futbolista y aprovechando que aquel año el Barça jugó el Ramón de Carranza, negoció para que éste llegara cedido al Submarino Amarillo.
Sin embargo, las negociaciones no llegaron a buen puerto por motivos económicos y deportivos. Por un lado, el Cádiz no podía hacer frente a la ficha que Messi tenía en el Barça y, por el otro, Frank Rijkaard se negó en rotundo a dejar salir al futbolista, puesto que estaba convencido de que a lo largo de la temporada iba a disponer de oportunidades para demostrar su valía.
Sin embargo, unos líos burocráticos provocaron que unas semanas más tarde Messi se volviera a poner a tiro del Cádiz. El Barça no se atrevía a alinear al futbolista porque tenía ya en su plantilla el máximo de jugadores extracomunitarios y la opción de que jugara como ‘asimilado’, una especie de pasaporte español que daba la Federación a los jugadores extranjeros formados en la cantera de manera temporal, podría provocar que varios clubes pudieran denunciar los partidos en los que hubiera jugado Messi por alineación indebida.
Por tanto, el jugador tenía que esperar a obtener la nacionalidad española para poder jugar en el Barcelona. Entonces volvió a aparecer el Cádiz, que disponía de una plaza libre de jugador extracomunitario. «Sabíamos que Messi tenía problemas para jugar por una normativa y con problemas de contrato y bueno, como argentino, me animé, hablé con él y me dijo que podía ser, pero él lo que quería es jugar, su padre Jorge también quería que el chico jugara y no quedarse parado», señaló Luis Soler, entonces segundo entrenador del equipo gaditano, en una entrevista en la COPE.
Finalmente Messi logró la doble nacionalidad y, tal y como había prometido, Frank Rijkaard dio al argentino los minutos suficientes como para que dentro del club nadie dudara ni un momento en dejar escapar a la gran joya de su cantera.
Skoblar, el goleador ‘devorado’ por Messi
La ‘guerra’ goleadora que están viviendo en la liga española Lionel Messi y Cristiano Ronaldo no tiene precedentes. Su ambición no tiene límites y ha provocado que cada partido que juega cada uno sea un auténtico espectáculo por ver quién acaba siendo el ‘pichichi’ y el ‘Bota de Oro’. Sin embargo, estas espectaculares actuaciones tienen daños colaterales: han borrado de las páginas de la historia a otros jugadores, cuyas legendarias gestas ya quedarán al fondo del baúl de los recuerdos. Josip Skoblar es un ejemplo de ello.
Skoblar era un delantero que comenzó jugando en el Zadar, de ahí pasó al OFK de Belgrado, donde pese a no tener unas cifras goleadoras bastante elevadas, llamó la atención del Hannover 96, que decidió reclutarle a finales de la década de los 50 para la Bundesliga.
En Alemania, Skoblar se transformó. Se convirtió en uno de los mejores jugadores del campeonato alemán, ya que en la Bundesliga mejoró notablemente sus capacidades. Allí pasó a ser un delantero de los que no perdonan una ocasión, un ‘killer’ con todas las de ley. Así lo demostró también en la cesión que le llevó al Olympique de Marsella en la temporada 66/67. En Francia se ganó el corazón del club galo tras marcar 13 goles en los 15 partidos que disputó con ellos.
Xavi el escultor del fútbol
El fútbol es un deporte que, normalmente, premia a aquellos que prefieren mimar al balón antes de dar un burdo pelotazo. Los estadios de fútbol, de hecho, los llenan aquellos que ven que mediante el juego de toque puede abrir hasta la más férrea defensa. Un ejemplo de ello es Xavi Hernández, el escultor de España, la Campeona del Mundo.
Xavi comenzó a dar cariño a la pelota, que no a darle patadas, en su Terrasa natal. Sin embargo, allí jugaba de delantero. Pero su carrera como ‘9’ finalizó muy pronto. A los once años concretamente. A esa edad ‘Pelopo’ se incorporó a las categorías inferiores del Barça. En La Masía los técnicos le retrasaron al medio porque le veían algo lento y pensaban que tenía un buen perfil como pasador. No se equivocaron, pues la velocidad que supuestamente no tenía como ariete la tenía para pensar y dibujar pases imposibles, como si tuviera en la cabeza una escuadra y un cartabón.
Así a pocos extrañó que Xavi poco a poco fuera ascendiendo hasta llegar al primer equipo. Su debut como culé se produjo el 18 de agosto de 1998, en la Supercopa de España contra el Mallorca. El Barcelona perdió dicho encuentro por 2-1 y al día siguiente las crónicas de los periódicos subrayaron que lo poco que destacó aquel día en un gris Barça fue Xavi, que además se estrenó como goleador. Esto tuvo un gran mérito, puesto que el jugador fue llamado para disputar el encuentro con tan sólo un día de antelación, cuando aún estaba de vacaciones. Hay que recordar que aquel verano Xavi lo había iniciado tras lograr que el Barça B ascendiera a Segunda A tras un duro playoff contra el Real Madrid B. Por ello, el de Terrasa disfrutaba de unos más que merecidos días de descanso.
La presencia de Xavi aquella temporada en el primer equipo no fue testimonial, ya que debido a que Guardiola estuvo durante mucho tiempo lesionado y a que Van Gaal había relegado al ostracismo a Celades, el egarense disputó un buen número de encuentros. En uno de ellos, de hecho, Xavi salvó la cabeza de Van Gaal al anotar el gol de la victoria contra el Valladolid en un partido en el que el entrenador holandés se jugaba el puesto.
Xavi finalizó la temporada con un gran colofón: se proclamó campeón del Mundo-Sub20 con España junto a otros jóvenes como Casillas o Marchena. En aquel torneo, casualidades de la vida disputado también como el de 2010 en territorio africano, Xavi fue para todos el mejor del torneo. Sin embargo, la FIFA concedió el balón de oro al hoy culé Keita en una decisión que fue considerada más política que deportiva.
A finales del 2000 Xavi se proclamó subcampeón olímpico en Sydney y enamoró a todos con su juego. De hecho, Arrigo Sachi elaboró un informe para el Milan en el que al lado del medio español escribió las siguientes palabras: “Hay que ficharlo cueste lo que cueste”. Con la salida de Guardiola del Camp Nou rumbo a Italia Xavi cogió un peso mucho más importante en el equipo. Así que hasta que, paradójicamente con el regreso de Guardiola al Barça, esta vez como técnico, llegó a su cenit como futbolista.
Jugadores como Messi saben que sin él a su lado bajan notablemente su rendimiento. De hecho, tanto prensa como aficionados consideran a Xavi como el motor de España y del Barça, las, posiblemente, escuadras más potentes del mundo. Sin embargo, su currículum tiene un lunar: estos reconocimientos no se transforman en premios como el Balón de Oro. ¿Qué más tiene que hacer Xavi para recibir este reconocimiento después de recordarnos día sí y día también lo bello que puede ser el fútbol?
Desde Lamedialuna sólo podemos decir: Gracias Xavi