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Argelia – Alemania y la revancha del 82
El fútbol, más tarde o más temprano, siempre ofrece revancha. Argelia va a tener este lunes la oportunidad de tomarse la suya contra Alemania. Un momento que llevan esperando desde 1982, cuando los germanos les dejaron fuera del Mundial por uno de los mayores tongos que se recuerdan.
El de España 82 fue el primer Mundial que disputó Argelia. Los africanos, sin embargo, demostraron en el primer partido del torneo que no se conformaban únicamente con participar. Y es que dieron una de las sorpresas del campeonato al derrotar a Alemania Federal, toda una campeona del mundo, por 1-2.
En el siguiente partido, Austria les puso los pies en la tierra, ya que les derrotó por 0-2. Aun así, lograron reponerse del batacazo y en la última jornada derrotaron a Chile por 3-2. Entonces los partidos de la tercera jornada de la fase de grupos no se jugaban de manera simultánea, por lo que el pase de Argelia a la siguiente fase quedaba a expensas de lo que sucediera en El Molinón en el partido que enfrentaba a Austria con Alemania Federal.
“Creí que lo teníamos todo hecho», reconoció el seleccionador argelino Rachid Mekhloufi. Sin embargo, con lo que no contó Argelia fue con la poca deportividad de Austria y Alemania, ya que una victoria por 1-0 daba el pase a ambos a la siguiente fase y dejaba eliminados a los africanos. El Mundial es la mayor fiesta del fútbol y nadie pensó que tanto austriacos como alemanes fueran a poner en duda su honor pactando un 1-0. Craso error.
El partido empezó con ritmo e intensidad. Tanto que Hrubesch logró adelantar a Alemania Federal a los once minutos, lo que hacía presagiar un encuentro trepidante. Nada más lejos de la realidad. Conscientes de que el 1-0 era bueno para los dos, ambos equipos hicieron una especie de pacto de no agresión. Las ocasiones brillaron por su ausencia y, entre bostezo y bostezo, austriacos y alemanes arañaron minutos al reloj con larguísimas posesiones que no iban a ninguna parte.
El espectáculo ofrecido por las dos selecciones fue tan lamentable que el público de El Molinón no dudó en gritar «¡Que se besen! ¡Que se besen!» al observar que los dos equipos se conformaban con el resultado. Es más, estaban tan indignados que comenzaron a resonar los cánticos en favor de Argelia en todo el estadio.
De hecho, fue tan descarado el pacto de no agresión que firmaron ambos conjuntos que al día siguiente el diario asturiano ‘El Comercio’ colocó la crónica del partido en sucesos y no en deportes al entender que Austria y Alemania habían timado a los espectadores. “Unas cuarenta mil personas, presuntamente estafadas en El Molinón por veintiseis subditos alemanes y austriacos”, relataba el periódico.
«Es inadmisible, bochornosa y de una total desconsideración para el público esta parodia que estamos presenciando», declaró Mekhloufi indignado. «Ha sido una fea jornada para el fútbol», admitió el alemán Franz Beckenbauer. La FIFA abrió una investigación sobre el partido, pero al final no sancionó a nadie. La única medida que tomó es que a partir de ese momento todos los partidos de la última jornada de la fase de grupos se iban a disputar de forma simultánea para evitar sospechas.
Ya en el año 2007, el germano Hans Peter Brieguel confirmó lo que todos sospechaban: «Alemania hizo trampas para eliminar a Argelia». «Sólo me puedo disculpar ante los argelinos, porque habían merecido clasificarse para la segunda fase», declaró en una entrevista concedida al diario ‘Al Attihad’. El austriaco Walter Schachner también admitió la farsa hecha por los dos equipos en el diario ‘Süddeutsche Zeitung’: «En el descanso hubo el acuerdo entre los jugadores de mantener el 1-0, pero yo no me enteré. Por eso estaba desesperado en el campo. No entendía cómo Krankl, nuestro delantero, se colocaba de líbero. Y Briegel no hacía más que decirme: ‘No corras tanto’. Como no me enteraba de lo que sucedía, los compañeros dejaron de pasarme el balón».
Han pasado ya más de 30 años de estos hechos, pero en Argelia aún los siguen teniendo bien presentes. «Nos seguimos acordado del 82», declaró Vahid Halilhodžić, actual seleccionador argelino, tras lograr clasificar a los africanos para octavos de final y saber que allí su rival será Alemania. El fútbol les da la oportunidad de tomarse la revancha.
El milagro griego de Fernando Santos
Si hubieran preguntado antes del Mundial cuáles eran las, a priori, selecciones más débiles que iban a participar en el torneo seguro que más de uno habría incluido entre ellas a Grecia. Sin embargo, el conjunto heleno se ha acostumbrado a destrozar quinielas, a resistir y resistir. Algo que les ha llevado por primera vez en toda su historia a los octavos de final del Mundial en un milagro de Fernando Santos.
El técnico luso llegó al banquillo de Grecia en el año 2010 avalado por su gran trabajo en la liga griega, donde ha dirigido a todos los grandes del país salvo el Olympiakos y donde ese mismo año fue elegido mejor entrenador de la década. Sin embargo, la misión que tenía en la selección helena no era sencilla.
Primero porque debía sustituir a un mito como Otto Rehhagel, que había logrado la gesta de ganar la Eurocopa de 2004, y después porque debía reconstruir a un equipo que había sido devorado por su propia leyenda. Grecia cimentó sus triunfos en una sólida defensa y Santos se encontró a un equipo cuyo planteamiento ultradefensivo había ahogado a sí mismo.
Desde el triunfo en la Euro de 2004, los helenos no lograron evolucionar ningún aspecto táctico de su estilo de juego y ello se tradujo en malos resultados. La eliminación en la primera fase de la Confederaciones de 2005 y la Eurocopa de 2008 o la no clasificación para el Mundial de 2006 fueron un claro ejemplo de ello. Grecia logró clasificarse para el Mundial de 2010 y pasó por él sin pena ni gloria, aunque en él logró la primera victoria en toda su historia en el torneo.
Estaba claro que a Grecia le habían pillado el truco, ya que una vez que su rival se adelantaba en el marcador se veía incapaz de remontar. Por ello, Santos una de las primeras cosas que hizo en el equipo fue hacerle más compacto y menos rígido tácticamente. La defensa férrea siguió siendo su punto fuerte, pero a diferencia del equipo que se proclamó campeón en 2004 adquirió más verticalidad y una mayor presencia del centro del campo en su juego.
Que nadie se confunda. Grecia con Santos ha seguido jugando de manera defensiva, pero el luso ha logrado meter varios matices importantes al juego heleno que provocan que no se desmoronen cada vez que encajaban un gol. Además, ha vuelto ha aviviar el espíritu de lucha de 2004 y la Grecia de Santos es un equipo que necesita de muchos golpes para ir a la lona. Ha adquirido un gran espíritu de supervivencia.
Así quedó demostrado en la Eurocopa de 2012. Grecia logró clasificarse para cuartos de final del torneo como segunda de grupo dejando fuera a Polonia, que ejercía de anfitrión, y a Rusia, que, debido a la proximidad de los ex soviéticos con Polonia, contaba con mucho apoyo en las gradas. Su camino en la Euro acabó en cuartos contra Alemania, pero a los germanos les costó más de lo esperado derrotar a una Grecia que vendió cara su eliminación.
Una de las pruebas de la solidez que ha dado Santos a Grecia es que los helenos únicamente perdieron cuatro partidos en cuatro años con el luso antes de aterrizar en Brasil. Las cosas no comenzaron bien en el Mundial, ya que Colombia les ganó por 3-0 en la jornada inaugural. Un resultado engañoso para los méritos griegos, que no merecieron una derrota tan abultada. Muchos les sacaron los billetes de vuelta. Craso error.
Grecia mostró su espíritu de supervivencia para arañar un punto contra Japón en la segunda jornada tras jugar la mayor parte del partido con uno menos. Se agarraron los helenos a un hilo de vida y no lo soltaron. Contra Costa de Marfil parecía que todo estaba perdido después de que Bony hiciera el empate uno. Pero, como hemos repetido varias veces en este post, Grecia es uno de esos equipos a los que cuesta ‘matar’. Samaras hizo justicia en el tiempo cumplido a los méritos de los helenos colocando el definitivo 2-1 y sellando por primera vez en su historia el pase a los octavos de final de un Mundial.
Su bagaje de cuatro puntos y sólo dos goles convierte a Grecia, a priori, en uno de los chollos de octavos de final. Pese a ello, si hay un país acostumbrado a escribir mitos y leyendas ése es el heleno. Para muestra un dato: su gesta de 2004 también la iniciaron con una fase de grupos en la que obtuvieron cuatro puntos y un botín de tres goles ¿Se imaginan que repiten en 2014?
Cuando Irán amenazó con abandonar un Mundial por culpa de una película
Un Mundial siempre deja muchas historias, algunas tan sorprendentes como llamativas. Un claro ejemplo es la que protagonizó Irán en Francia 98, cuando amenazó con dejar el torneo…¡por culpa de una película que se emitió en televisión!
Irán acudía por aquel entonces a su segundo Mundial y, tras haber jugado la primera jornada contra Yugoslavia -perdieron 1-0-, estalló la bomba antes de disputar la segunda fecha del campeonato. Una televisión francesa emitió en esas fechas la película ‘No sin mi hija’. El film narra la vida de una estadounidense que tras casarse con un iraní viaja al país asiático. Allí le retiran el pasaporte y le impiden, junto con su hija, salir de Irán sin el permiso de su marido.
Irán tomó la emisión de la cinta como un ataque, tanto que se planteó abandonar el Mundial por este motivo. «La difusión del film viola los reglamentos de la FIFA, que prohibe los mensajes políticos o religiosos en el Mundial. La película, totalmente falsa, atentó contra la moral de los jugadores iraníes», indicaba un escrito que remitieron a la FIFA los iraníes y que llevaba la firma de Mobsen Farohaniel, presidente de la Federación.
La FIFA se lavó las manos con el tema y aclaró que, aunque lamentaba el malestar que tenía Irán, no estaba entre sus «responsabilidades» controlar la programación de una televisión privada francesa. Además, de manera privada el máximo organismo futbolístico le dejó claro a Irán que si decidían abandonar la competición tenían que abonar una sanción de 5,5 millones de dólares, algo más de cuatro millones de euros.
Esto último hizo que los iraníes se replantearan mejor sus intenciones de abandonar el Mundial y finalmente no se marcharon de Francia antes de tiempo. Eso sí, cada vez que tuvieron oportunidad dejaron claro su malestar. «En representación de todo el plantel queremos aclarar que esa película es una sarta de mentiras que insulta gravemente a los iraníes y a su cultura», aseguró Mohammad Jakpur, capitán del equipo.
Se armó tanto revuelo con el tema que VOX, una cadena privada alemana, anunció que finalmente ellos no iban a emitir la película ‘No sin mi hija’ pese a que la tenían programada en sus emisiones durante el mes de junio. Por si las moscas.
Se dio, además, la particular circunstancia de que en la segunda jornada del Mundial Irán se enfrentó a Estados Unidos. Ganaron 1-2 los iraníes, consumando así su venganza a los norteamericanos por realizar películas como ‘No sin mi hija’.
España y el gafe de jugar de blanco en una fase final
España comienza este viernes su periplo en el Mundial con un partido contra Holanda. La actual campeona del mundo no lucirá su camiseta habitual -roja- en su partido de debut al entender los organizadores que se pueden confundir con los de Holanda -naranja-, que ejercerá de local. Sin embargo, destaca que los hombres de Vicente del Bosque no lucirán su segunda equipación -negra- y sí la tercera, blanca. Un color que ha sido gafe para los españoles las últimas veces que lo han lucido en una fase final de un torneo internacional.
Y es que las tres últimas veces que España ha jugado de blanco, ya sea en un Mundial o una Eurocopa, los españoles perdieron el partido que disputaron. Además, en dos de esas tres ocasiones el perder significó su eliminación del torneo en el que competían en esos momentos.
La última vez que España lució de blanco en la fase final de un torneo fue en la tercera jornada de la primera fase de la Eurocopa 2004, en un partido contra Portugal. Los españoles, tras ganar su primer partido y empatar el segundo, llegaron al choque con la necesidad de sumar al menos un punto para pasar a cuartos de final y no estar pendiente de lo que ocurriera en el otro partido del grupo.
Debido a que Portugal ejercía de local y también suele vestir de rojo, España tuvo que jugar de blanco. Un hecho que no le trajo mucha suerte, ya que un gol de Nuno Gomes en el minuto 57 dio la victoria a los lusos por 1-0. España quedó entonces a expensas de lo que ocurriera en el otro partido de grupo: necesitaba que Rusia ganara a Grecia por dos o más goles. Sin embargo, los ex soviéticos ‘únicamente’ derrotaron a los helenos por 2-1 y España quedó eliminada, pese a estar igualada a puntos con Grecia, debido a que estos últimos habían marcado más goles en el torneo.
La anterior vez que España jugó de blanco en la fase final de un torneo fue en la primera jornada del Mundial 1998, en un partido contra Nigeria. Sorprende que los españoles jugaran este partido con su segunda equipación, ya que los nigerianos jugaron con camiseta verde. España llegó a aquel partido con la moral por la nubes, ya que por primera vez en toda su historia afrontaba un Mundial con el cartel de favorita.
Sin embargo, Nigeria convirtió en pesadilla los sueños del equipo dirigido por Javier Clemente en aquel primer partido de la primera fase. Los españoles cayeron derrotados por 2-3 y este resultado marcó su devenir en el torneo, ya que no lograron superar el shock que les supuso perder el primer partido y fueron incapaces de clasificarse para octavos de final.
La anterior vez que España jugó de blanco en una fase final de un torneo también fue en un Mundial y también estuvo acompañado de una nueva decepción. Fue en los cuartos de final de 1994 contra Italia. Los españoles llegaron al encuentro con mucha moral tras haber arrasado a Suiza en los octavos de final y confiados en superar el gafe que les impedía superar los cuartos de final en los grandes torneos.
España, incomprensiblemente, jugó de blanco pese a que Italia vistió con su habitual equipación azul y parecía imposible que se confundiera con el rojo que lucían normalmente los españoles. Se llegó al tramo final del partido con un 1-1 en el marcador. España tuvo en sus manos dar la puntilla a los transalpinos, pero Julio Salinas falló en un mano a mano ante Gianluca Pagliuca. Se suele decir que el que perdona lo paga y eso ante Italia más que una máxima es una ley sagrada, ya que a Roberto Baggio no le temblaron las piernas para hacer el 2-1 definitivo y condenar de nuevo a una España que vestía de blanco.
En el Mundial de 1994 antes de los cuartos de final España jugó dos veces de blanco, ambas en la primera fase. En la primera jornada empató a dos ante una débil Corea del Sur tras dejarse igualar un 2-0 en los últimos minutos y dejando la sensación de que si el partido hubiera durado cinco minutos más el triunfo no se les hubiera escapado a los asiáticos. La otra ocasión en la que jugaron de blanco fue en la tercera jornada y, aunque parezca increíble viendo el gafe del blanco, lograron ganar a Bolivia sellando su pase a los octavos de final.
Vistos los antecedentes de España con el blanco en las fases finales si contra Holanda decidiera a última hora jugar de negro en lugar de blanco todos respiraríamos más tranquilos.
Razak, ¿un jugador de Segunda B en el Mundial?
Para un futbolista ir convocado a un Mundial es lo máximo y si encima resulta que eres un jugador que compite en la Segunda División B, muy alejado del glamour de la máxima categoría o de competiciones internacionales, ya es el no va más.
Éste puede convertirse en el caso de Razak Brimah, portero ganés de 26 años que el pasado verano vio cumplido el sueño de debutar con la selección absoluta de su país jugando 45 minutos en un amistoso contra Turquía. La moral de Razak subió aún más cuando un mes más tarde vio que Appiah Akwasi, seleccionador de Ghana, iba en serio en su apuesta por él y le hizo disputar los 90 minutos en un amistoso que jugó el conjunto africano contra Japón.
Sin embargo, el cuento de hadas de Razak se comenzó a torcer cuando, también en pleno verano, el Guadalajara, club en el que jugaba el portero, fue descendido de Segunda División a Segunda B. El bajar de categoría provocó que la entidad alcarreña tuviera que volver a configurar su plantilla, ya que al disponer de menos dinero en la categoría de bronce tenía que desprenderse de una cantidad importante de futbolistas para aligerar su presupuesto.
Por ello, una de las decisiones que tomaron los manchegos fue la de rescindir el contrato de Razak, que tenía que buscarse equipo con el mercado de fichajes bastante avanzado, lo que provocaba que la mayoría de equipos ya tuvieran cerradas sus plantillas.
Encontrar equipo no fue tarea fácil. De hecho, comenzó la competición y Razak no logró encontrar acomodo en ningún conjunto. Esto se tradujo en que dejó de ser convocado por Ghana, ya que Akwasi no quería jugársela con un futbolista que no había disputado ningún minuto esta campaña. De este modo, el sueño del Mundial que empezó a alimentar en verano comenzó a desvanecerse.
Sin embargo, el portero logró ver la luz al final del túnel en diciembre. El Córdoba B, equipo que marchaba colista del grupo IV de Segunda B, se acordó de él y decidió ficharle con el objetivo de que el ganés acabara con la sangría de goles encajados que llevaba camino de condenarles a la Tercera División.
La llegada de Razak impulsó al Córdoba B, ya que los rivales tardaron 360 minutos en batirle por primera vez defendiendo la portería blanquiverde. Aunque, curiosidades del destino, el primer equipo en marcarle fue el Guadalajara, el conjunto que le rescindió el contrato en enero.
Pese a ello, Razak no se rinde, ya que al tener minutos en el Córdoba B ve que el sueño de jugar un Mundial está más cerca. Todo un orgullo para la Segunda B.
La maldición de Egipto
La última semana confirmó los 32 países que disputarán a partir del próximo mes de junio el Mundial en Brasil. Entre ellos no estará Egipcio, a la que en los últimos años le persigue una especie de maldición cuando trata de clasificarse para el mejor torneo de selecciones.
La última clasificación para la Copa del Mundo ha sido un ejemplo de ello. Durante la fase de grupos, el conjunto egipcio firmó los mejores números de toda África. Fue el único equipo africano que contó todos sus partidos por victorias y lo hizo sumando 16 goles, lo que suponía una media de más de dos tantos por partido.
Estos buenos números le dieron el pase para la última eliminatoria clasificatoria, en el que en el sorteo ya se le empezó a complicar el pase para Brasil, ya que le tocó en suerte Ghana, uno de los equipos más potentes de África. En el partido de ida, los egipcios tiraron todo el trabajo previo por la borda al caer por un sonrojante 5-1 y que hizo insuficiente la victoria de Egipto por 2-1 en la vuelta.
Más amarga resultó su eliminación en la clasificación para el Mundial de Sudáfrica de 2010. Entonces las eliminatorias eran distintas en África, ya que para obtener el billete para la Copa del Mundo había que imponerse en dos fases de grupos. Egipto superó el primero con mucha claridad tras ganar cinco de los seis partidos en juego y dejar así fuera a Malaui, Congo y Yibuti.
Sin embargo, al igual que sucedió en la clasificación para Brasil 2014, las cosas se complicaron en la segunda y decisiva fase. Tras haber empatado a uno contra Zambia y perder por 3-1 contra Argelia en la primera vuelta, los egipcios tenían que ganar sí o sí a los argelinos para meterse en el Mundial. Sin embargo, no les valía una victoria cualquiera. Si ganaban por tres o más goles se metían en Sudáfrica 2010 y si lo hacían por 2 forzarían un partido de desempate. El 2-0 final, logrado con un gol in extremis en el minuto 90, forzó a los Egipcios a volver a jugársela a una carta con Argelia. Sin embargo, ahí nuevamente fallaron y una derrota por 1-0 acabó con su sueño.
En tanto, sus clasificaciones para los Mundiales de 2002 y 2006 quedaron marcadas por quedar enmarcada en grupos eliminatorios con varios de los rivales más potentes del continente africano en esos momentos. Si bien para el de 2006 la Camerún de Samuel Eto’o y la Costa de Marfil de Didier Drogba les separaron de su objetivo, en 2002 fueron Marruecos y la Senegal cuartofinalista de Corea y Japón las que hicieron lo propio.
Esto contrasta con la fortaleza que mostraban los egipcios al mismo tiempo en la Copa de África, de la que se convirtieron el gran rival a batir por sus triunfos en las ediciones de 1998, 2006, 2008 y 2010. Es por ello que ya se empezado a hablar de que Egipto sufre de la maldición italiana, ya que a lo largo de su historia sólo se han clasificado para dos Mundiales y ambos, casualmente, se disputaron en territorio transalpino.
El Mundial de 2018 se celebrará en Rusia y el 2022 en Qatar, por lo que la suerte ahí tampoco está con ellos…
Volveremos a Maracaná
Este uno de julio no es un día sencillo para los españoles. La selección de fútbol, una de las pocas cosas por las que el país podía sacar pecho en los últimos años, cayó con estrépito, y merecimiento, por 3-0 en la Copa Confederaciones contra Brasil.
Se buscaba en el partido de Maracaná cerrar un ciclo, ganar el único título que le faltaba a esta brillante generación de futbolistas españoles, quizá una de las mejores de todos los tiempos, y hacerlo además con el aliciente de hacerlo en la casa y contra el equipo que por historia presume de ser el mejor de siempre: Brasil.
Sin embargo, los sueños sueños son y el conjunto sudamericano ganó con claridad a una España que estuvo lejos de mostrar su mejor versión. Pese a ello, la ‘Roja’ caería en el error de querer tirar por la borda el trabajo de todos estos últimos años por un simple partido.
Además de que históricamente el ganador de la Copa Confederaciones luego no gana el Mundial, España haría bien en sacar conclusiones positivas de la debacle en Maracaná. Quizá no tocaba ganar ahora en el mítico campo brasileño porque una victoria hubiera hecho a España sacar pecho y no corregir errores, que los tiene como cualquier otra, de cara al Mundial, cuando un batacazo sí que duele de verdad.
Hace 365 días España se proclamaba campeona de Europa por segunda vez consecutiva tras arrollar a Italia por 4-0 en la final de la Eurocopa. No creo que en este año haya cambiado mucho la situación de la Selección como para renunciar a este estilo que tantos éxitos nos ha dado.
Lo que si estamos es a tiempo de corregir errores, dar entrada a algunos jugadores que no han estado en esta Confederaciones -Como Isco, Thiago o Llorente- y continuidad a algunos futbolistas que no han sido indiscutibles como por ejemplo Azpilicueta. Así se logrará formar un grupo del que no dudo que desde la noche de este domingo su base no piensa en otra cosa que en tomarse la revancha de Maracaná.
Además, la Brasil actual se parece mucho a la de Dunga hace unos pocos años. Ganaron la Confederaciones de 2009 con más o menos solvencia y su estilo de juego, tan poco vistoso como el de la actual Brasil, con sus consecuentes errores, por triunfos como éste no se corrigieron y llegó la hora de la verdad en el Mundial de 2010 y se pegaron un batacazo sonoro.
La Brasil actual si sólo se queda en que ha derrotado con solvencia en la Confederaciones, un torneo que no nos engañemos, sólo le da importancia aquel que lo gana, a la campeona del mundo y no corrige errores, como tiene toda la pinta, tendrá bastante perdido. Además, Brasil competirá en 2014 con la máxima de que todo aquello que no sea ganar será un fracaso.
Por ello, no nos volvamos locos. Felicitemos a Brasil en su justa medida y quedémonos con la lección importante de la Confederaciones: a España le pueden pintar la cara, pero sólo ella puede evitar sonrojos de ese tipo y está a tiempo aún de evitarlos en el Mundial. Por ello, no tengo ninguna duda: volveremos a Maracaná y, esta vez sí, alzaremos la copa. La semilla del triunfo se ha plantado este 30 de junio.
Roberto Rojas y la estafa de Maracaná
Jugar un Mundial. Defender los colores de tú país en la cita más importante del fútbol. Éste es el deseo por el que juegan semana tras semana millones de futbolistas alrededor del mundo. Sin embargo, como siempre una pregunta condiciona el hacer realidad este sueño: ¿todo vale con tal de acudir a la cita mundialista? Roberto Rojas es uno de esos personajes que sabe por experiencia propia que la respuesta a esa cuestión es no. Lástima para él que se diera cuenta de que ya era imposible dar marcha atrás para poner fin a la farsa que inició en Maracaná, una de las mayores de la historia del fútbol.
Todo ello ocurrió en 1989. En aquellos tiempos Rojas estaba considerado como uno de los mejores porteros del mundo. De hecho, le apodaban Cóndor por los vuelos que realizaba cuando iba a detener un balón que se dirigía hacia su propia portería. Incluso, en la prensa cada vez eran mayores los rumores que situaban al arquero chileno en el Real Madrid una vez concluyera el Mundial de Italia 90. Sin embargo, antes de dar el salto a Europa Rojas tenía una ilusión: clasificarse para la cita mundialística.
En aquella época el fútbol chileno gozaba de buena salud, ya que en 1987 Chile se había proclamado subcampeona de la Copa América tras haber humillado en el camino hacia la final a equipos tan poderosos como a Brasil, al que había goleado por 4-0. La selección verdeamarela, precisamente, se cruzó en el camino de los chilenos para el Mundial de Italia. En aquellos tiempos la fase de clasificación no era el todos contra todos actual, sino que para obtener el billete para cita mundialista había que liderar uno de los muchos grupos en los que se dividían los países sudamericanos. A Chile le tocó en suerte Brasil y Venezuela. En la penúltima jornada, Chile tenía que ganar por ocho goles de diferencia a la vinotinto si quería que un empate le valiera para clasificarse en el último partido en Maracaná contra Brasil. Sin embargo, los chilenos únicamente pudieron meter cinco goles en un partido que se jugó en Argentina porque Chile estaba sancionada sin poder jugar en su país como local, entonces ganar en Maracaná se convirtió en una obligación si se quería ir al Mundial, ya que a Brasil le valía el empate.
La previa del partido fue una especie de guerra entre ambos países. Una contienda de la que pasara lo que pasara Roberto Rojas pensaba de antemano que Chile iba a salir perdedora: “Viejo, entiéndelo bien, a Brasil no lo vas a desbancar jamás. Eso te provoca impotencia, ¿sabes? No importa el fútbol, ni los goles, ni que seas, en algún momento dado, mejor que ellos. A Brasil no lo vas a eliminar, y eso que te quede claro desde el comienzo, porque si no lo entiendes terminas cometiendo excesos, como nos pasó a nosotros”. En el minuto 49 del encuentro Gareca batió a Rojas poniendo el sueño chileno más difícil todavía, algo que el portero se resistía a admitir. Y es que unos 20 minutos más tarde, de repente, Roberto estaba tirado en el suelo. Al lado suyo había una bengala que acababan de tirar desde la grada. Al poco saltaron las asistencias médicas chilenas al campo y lo tuvieron que retirar enseguida del césped porque Rojas estaba ligeramente conmocionado y tenía un corte en la frente.
Tras ver esto los jugadores chilenos decidieron abandonar el campo por voluntad propia porque veían que sobre él su seguridad estaba en peligro y el partido se suspendió. Los chilenos pidieron que se les diera por ganado el encuentro y, por ende, como clasificados para el Mundial. Sin embargo, hubo varias cosas que no acabaron de convencer a la FIFA. Y es que, según iban pasando los días, las declaraciones de Rojas sobre lo sucedido iban cambiando. Además, Brasil presentó varios informes en los que argumentaba, con leyes físicas y científicas irrefutables, que era imposible que la bengala, que curiosamente era de la marca Condor, fuera la causante del corte que sufrió Rojas. Poco después, salió a la luz la prueba que derribó la farsa del portero: una fotografía realizada por la revista argentina El Gráfico mostraba cómo la bengala había caído a metro y medio de Roberto, por lo que era imposible que le hubiera golpeado.
Ante estas pruebas la FIFA decidió aplicar una sanción bastante dura para dar ejemplo: se dio por ganado a Brasil el partido, Chile no podría jugar la fase clasificación para el Mundial de 1994 y Rojas fue sancionado de por vida, además de otras sanciones menos graves que recayeron sobre otros miembros de la federación y del equipo chileno. “Me corté con una Gillette y la farsa se descubrió. Fue un corte a mi dignidad. Tuve problemas en mi casa con mi mujer, mis compañeros me dieron la espalda … pero si yo hubiera sido argentino, uruguayo o brasileño no estaría suspendido, pero como soy chileno no me dieron la posibilidad de reivindicarme”, señaló diez años más tarde un Rojas al que la FIFA le concedió el indulto en el año 2001, cuando contaba con 43 años, edad imposible para volver a reanudar su carrera como jugador.
El perdón del público chileno llegó años más tarde. Fue en el partido de homenaje a Iván Zamorano. El Estadio Nacional de Chile le ovacionó cuando se leyó su nombre en el combinado de estrellas mundiales y durante los 20 minutos que jugó. “No lo esperaba… Ni tan siquiera pensaba jugar. Es lo bonito del fútbol. Creo que las cosas positivas en mi carrera son más importantes que las negativas”, dijo emocionado, consciente de que esos aplausos se podían haber alargado más en el tiempo si en aquel partido de Maracaná no hubiera hecho al fútbol chileno una de las heridas más grandes de su historia.
Xavi el escultor del fútbol
El fútbol es un deporte que, normalmente, premia a aquellos que prefieren mimar al balón antes de dar un burdo pelotazo. Los estadios de fútbol, de hecho, los llenan aquellos que ven que mediante el juego de toque puede abrir hasta la más férrea defensa. Un ejemplo de ello es Xavi Hernández, el escultor de España, la Campeona del Mundo.
Xavi comenzó a dar cariño a la pelota, que no a darle patadas, en su Terrasa natal. Sin embargo, allí jugaba de delantero. Pero su carrera como ‘9’ finalizó muy pronto. A los once años concretamente. A esa edad ‘Pelopo’ se incorporó a las categorías inferiores del Barça. En La Masía los técnicos le retrasaron al medio porque le veían algo lento y pensaban que tenía un buen perfil como pasador. No se equivocaron, pues la velocidad que supuestamente no tenía como ariete la tenía para pensar y dibujar pases imposibles, como si tuviera en la cabeza una escuadra y un cartabón.
Así a pocos extrañó que Xavi poco a poco fuera ascendiendo hasta llegar al primer equipo. Su debut como culé se produjo el 18 de agosto de 1998, en la Supercopa de España contra el Mallorca. El Barcelona perdió dicho encuentro por 2-1 y al día siguiente las crónicas de los periódicos subrayaron que lo poco que destacó aquel día en un gris Barça fue Xavi, que además se estrenó como goleador. Esto tuvo un gran mérito, puesto que el jugador fue llamado para disputar el encuentro con tan sólo un día de antelación, cuando aún estaba de vacaciones. Hay que recordar que aquel verano Xavi lo había iniciado tras lograr que el Barça B ascendiera a Segunda A tras un duro playoff contra el Real Madrid B. Por ello, el de Terrasa disfrutaba de unos más que merecidos días de descanso.
La presencia de Xavi aquella temporada en el primer equipo no fue testimonial, ya que debido a que Guardiola estuvo durante mucho tiempo lesionado y a que Van Gaal había relegado al ostracismo a Celades, el egarense disputó un buen número de encuentros. En uno de ellos, de hecho, Xavi salvó la cabeza de Van Gaal al anotar el gol de la victoria contra el Valladolid en un partido en el que el entrenador holandés se jugaba el puesto.
Xavi finalizó la temporada con un gran colofón: se proclamó campeón del Mundo-Sub20 con España junto a otros jóvenes como Casillas o Marchena. En aquel torneo, casualidades de la vida disputado también como el de 2010 en territorio africano, Xavi fue para todos el mejor del torneo. Sin embargo, la FIFA concedió el balón de oro al hoy culé Keita en una decisión que fue considerada más política que deportiva.
A finales del 2000 Xavi se proclamó subcampeón olímpico en Sydney y enamoró a todos con su juego. De hecho, Arrigo Sachi elaboró un informe para el Milan en el que al lado del medio español escribió las siguientes palabras: “Hay que ficharlo cueste lo que cueste”. Con la salida de Guardiola del Camp Nou rumbo a Italia Xavi cogió un peso mucho más importante en el equipo. Así que hasta que, paradójicamente con el regreso de Guardiola al Barça, esta vez como técnico, llegó a su cenit como futbolista.
Jugadores como Messi saben que sin él a su lado bajan notablemente su rendimiento. De hecho, tanto prensa como aficionados consideran a Xavi como el motor de España y del Barça, las, posiblemente, escuadras más potentes del mundo. Sin embargo, su currículum tiene un lunar: estos reconocimientos no se transforman en premios como el Balón de Oro. ¿Qué más tiene que hacer Xavi para recibir este reconocimiento después de recordarnos día sí y día también lo bello que puede ser el fútbol?
Desde Lamedialuna sólo podemos decir: Gracias Xavi