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El precedente al que se puede agarrar el Atlético en Champions

diciembre 4, 2017 Deja un comentario

Esta semana se disputa la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Uno de los equipos que más complicado lo tiene para acceder a los octavos de final de la máxima competición continental es el Atlético de Madrid, que debe de sacar un puntuaje superior al que haga la Roma. Es decir, si los italianos empatan ellos deben ganar y si pierden les vale el empate para superar a los italianos en la tabla.

Visto de esta manera, apostar por un pase de los rojiblancos a los octavos de final tampoco parece una misión difícil pero no imposible. Sin embargo, las cosas cambian cuando se conoce que el equipo encargado de robar puntos a la Roma es el Qarabag, que no se juega nada, y que el Atleti debe de ganar, o en el mejor de los casos empatar, contra el Chelsea en Stamford Bridge.

Pese a todo, hay un precedente al que se pueden agarrar los colchoneros y tampoco está muy lejos en el tiempo. Fue hace dos temporadas. La Roma llegó a la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones dependiendo de sí misma para acceder a octavos de final. Para lograr este objetivo y no tener que depender de lo que hicieran otros equipos, tenían que derrotar en casa al Bate Borisov.

Si bien es cierto que el Bate llegó a esta última jornada con opciones, un tanto remotas, de acabar tercero o segundo de grupo, todo hacía indicar que la Roma no debía de tener problemas para superar a un rival que sumaba por goleadas sus otras dos salidas en la fase de grupos.

Sin embargo, la realidad fue bien distinta. El Bate dio mucha guerra en el Olímpico y acabó sacando un punto (0-0) después de haber tenido ocasiones, incluso, para haberse llevado los tres puntos y haber dejado a los locales ya no fuera de la Champions, sino también de la Europa League.

El empate dio el pase a la Roma a la siguiente ronda de la máxima competición continental gracias a que el Bayer Leverkusen no pudo superar en casa a un Barcelona que no se jugaba nada y que tuvo en Ter Stegen a su mejor jugador (1-1).

Por tanto, es un precedente al que se puede agarrar el Atlético de Madrid para tratar de soñar con un milagro, ya que hay antecedentes recientes de partidos europeos en los que la Roma dependía de ganar en casa a un rival muy inferior para pasar a la siguiente ronda y no se impuso. Parece difícil que se pueda repetir el próximo martes contra el Qarabag, pero la esperanza es siempre lo último que debe de perderse y en eso los hombres del Cholo siempre han ido sobrados.

Cuando Pjanic rechazó al Barça

septiembre 14, 2015 Deja un comentario

PjanicEsta semana comienza, al fin, la fase de grupos de la Liga de Campeones. Uno de los partidos de más interés de la primera jornada será el que enfrentará al Barcelona contra la Roma en el estadio Olímpico. Un partido que no podrá disputar por lesión Miralem Pjanic, jugador que con 18 años rechazó fichar por el Barça.

Todo sucedió en el verano de 2008. Pjanic jugaba por entonces en el Metz francés y su gran temporada provocó que varios equipos se interesaran muy seriamente en contratar al joven bosnio. Uno de ellos fue el Barcelona, que tras un mal año que cerró sin títulos, con la amargura de haber tenido que hacer el pasillo de campeón al Real Madrid en el Santiago Bernabéu, y finalizado la Liga en tercera posición (lo que le obligaba a jugar la previa de la Liga de Campeones), busca renovarse de la mano de un técnico que rezumaba tanta ilusión como inexperiencia: Pep Guardiola.

Sin embargo, a Pjanic, o más bien a su padre, no le sedujo mucho la idea de recalar en el Camp Nou y acabó declinando la propuesta azulgrana para seguir en la Ligue 1 de la mano del Olympique de Lyon. Fahrudin Pjanic, padre del jugador, explicó por qué había rechazado la oferta barcelonista: «Dadas las actuales turbulencias en el club, no sería la mejor solución».

Una de las turbulencias, quizás, a las que se refería Pjanic senior es que el Barcelona institucionalmente también pasó un verano movido en el que Joan Laporta, presidente culé aquel año, salvó una moción de censura con la curiosa paradoja de que la mayoría de votos pidieron su marcha pero no llegaban a ser 2/3 de los votos.

Lo más curioso es que pasado el verano el Barcelona de las “turbulencias” firmó una de las mejores temporadas de su historia ganando Liga, Copa y Champions. En este último torneo, para más inri, el Barça eliminó en octavos de final al Olympique de Lyon de Pjanic.

Años más tarde, en 2013, cuando la prensa volvió a especular con que el bosnio podía recalar en el Camp Nou, se dejó querer por los azulgranas: “El Barça es el club en que todos desearían jugar y es un honor que se haya fijado en mí». ¿Se habrá arrepentido de no haber recalado en el Camp Nou cuando pudo?

Allegri, invicto contra Luis Enrique

Luis Enrique AllegriBarcelona y Juventus se verán las caras este fin de semana en la gran final de la Liga de Campeones en un duelo que enfrentará a Luis Enrique contra Massimo Allegri. Sin embargo, el del día seis no será el primer partido en el que ambos se verán las caras, puesto que ya lo hicieron anteriormente en la Serie A, donde el italiano ganó todos los pulsos al español.

Fue en la temporada 2011/2012, cuando el entrenador asturiano decidió emprender su primera aventura como entrenador fuera del Barça, ya que hasta entonces sólo había dirigido en las categorías inferiores del club catalán, y decidió asumir el reto de entrenar a la Roma en aquella temporada.

Sin embargo, la aventura de Luis Enrique en la Serie A no fue todo lo exitosa que este último hubiera podido imaginar y se redujo a una temporada en la que vivió, entre otros, partidos contra Massimo Allegri, que por aquel entonces dirigía al Milan, el flamante campeón de la temporada anterior.

La primera vez que ambos técnicos se vieron las caras fue el 29 de octubre de 2011 en un Roma – Milan en el que se impusieron los de Allegri por una manera mucho más clara de la que indicó el 2-3 final. «Nunca vi la posibilidad de derrotar al Milan esta noche. Tuvimos muchas ocasiones de gol, más que ellos, pero sin la velocidad que demandaba el partido», declaró Luis Enrique al final del partido.

La siguiente vez que se vieron las caras fue el 24 de marzo de 2012, en el Milan – Roma correspondiente a la segunda vuelta de la Serie A. La previa del partido estuvo marcada por las buenas palabras que dedicó Allegri al ahora técnico del Barça: «Luis Enrique, para mí, es un técnico muy valiente porque ha traído una nueva idea de juego a Italia. La Roma es un equipo que juega bien al fútbol y Luis Enrique está muy despierto porque sabe que pueden defender todavía mucho mejor».

Sin embargo, para desgracia del asturiano, el Milan volvió a ganar tras imponerse por 2-1 gracias a una genialidad de Zlatan Ibrahimovic a los 83 minutos en un encuentro que estuvo mucho más competido y disputado que el de la ida. «No tenemos nada que reprocharnos. Nosotros hemos buscado jugar lo mejor posible. En el segundo tiempo la diferencia la ha marcado Ibra. Nosotros debemos de mejorar todavía», declaró Luis Enrique cuando concluyó el partido. El asturiano espera poder tomarse la revancha este sábado.

20 años de la muerte de Agostino di Bartolomei

Agostino di BartolomeiCon la resaca aún del Real Madrid – Atlético de Madrid de Champions, este viernes 30 de mayo se cumplen 30 años de la final de la Copa de Europa que disputaron Roma y Liverpool. Un partido que marcó para siempre a Agostino di Bartolomei.

La historia de Di Bartolomei, o al menos su inicio, es la soñada por cualquier niño. Agostino, también conocido como Ago por los tifossi, desde pequeño fue fiel seguidor de la Roma y tenía claro cuáles eran sus sueños: poder debutar con los giallorossi y levantar como capitán algún título con éstos.

El primero lo cumplió el 22 de abril de 1972, al poco de cumplir los 17 años, cuando logró debutar en partido oficial con la Roma en un encuentro contra el Inter en Milán que acabó con empate a cero. Tras tres temporadas en el primer equipo en los que únicamente disputó 23 partidos, el club capitalino cederle por un año al Vicenza.

Le sobraban ganas, pero aún le faltaba algo de experiencia para poder ser un jugador importante en su amada Roma. Por ello, la temporada en el Vicenza le vino fenomenal. Tanto que a su vuelta al club capitalino, Nils Liedholm, técnico del equipo tenía claro que quería que Di Bartolomei fuera el timón que moviera al equipo y se lo dejó claro: «Ahí dentro serás mi capitán y ellos te adorarán. No hay nadie más romanista que tu”.

Agostino di Bartolomei No falló Liedholm en su apuesta, ya que Di Bartolomei desde el medio del campo se convirtió en el líder de la Roma y la hinchada le adoraba porque le consideraba casi como un tifossi más dentro del terreno de juego. La excelente relación que guardaban Ago y la Roma llegó a su punto máximo en 1983, cuando los giallorossi lograron el segundo Scudetto de su historia y el encargado de levantar el trofeo de campeón como capitán fue Di Bartolomei.

En la siguiente temporada, la Roma tenía un gran reto: ganar la primera Copa de Europa de su historia, ya que la final del torneo se iba a disputar en el estadio Olímpico de la capital de Italia. Guiados por un gran Di Bartolomei, los romanistas lograron la gesta de alcanzar la final. Parecía imposible que se les fuera a escapar el título jugando en casa.

Sin embargo, en fútbol nunca se puede dar nada por seguro y el Liverpool se acabó llevando la ansiada orejona tras imponerse en los penaltis 4-2 después de un tedioso partido. Di Bartomei marcó su correspondiente pena máxima, pero sintió que se le había pasado una ocasión única para convertir en inmortal a aquella Roma.

La pesadilla de Ago no acabó ahí, ya que poco después el club hizo oficial que el entrenador de la siguiente temporada iba a ser Sven Goran Eriksson y el técnico sueco le hizo saber que no contaba con él y que quería que su capitán fuera Carlo Ancelotti. Por ello, su último partido con la camiseta giallorosa fue la final de la Coppa contra el Verona que ganó su amada Roma, aquella que ahora le daba la patada.

Agostino di BartolomeiLa curva sur, que le sentía como uno más de los suyos, le dedicó la siguiente pancarta: «Te han echado de la Roma pero no de su curva». Di Bartolomei se marchó al Milan, donde estuvo tres temporadas sin pena ni gloria para luego militar en el Cesena y la Salernitana. Ago siempre esperó una llamada para regresar a la Roma y poder colgar allí las botas, pero ésta nunca llegó.

Sin embargo, una vez retirado no perdió la ilusión de poder regresar al club de sus amores como directivo. Pero ésto tampoco llegó. Di Bartolomei ejerció de comentarista en televisión tras jubilarse como futbolista y alguno de los comentarios que hizo no gustaron a los dirigentes romanistas, que le cerraron las puertas del club para siempre.

Intentó resarcirse montado una escuela de fútbol, pero la tuvo que cerrar porque tampoco contaba con mucho dinero, ya que gran parte de éste lo perdió invirtiendo en bolsa. De esta manera, frustrado y desolado por no volver a su querida Roma, no hacía más que repasar en su cabeza aquella final de la Copa de Europa de 1984. Siempre creyó que un triunfo le habría dado un hueco en su club para siempre.

Por ello, en la mañana del 30 de mayo de 1994, justo cuando se cumplían 10 años de la final entre Roma y Liverpool, cogió una pistola Smith & Wesson, calibre 38, se dirigió a la terraza de su casa y se pegó un tiro al corazón. Junto al cadáver se encontró una nota que decía lo siguiente: “Mi sento intrappolato in una buca” (Me siento encerrado en un agujero).

A la afición romanista se le heló el corazón al conocer el trágico suceso. Muchos tifossi contrataron varias páginas en los periódicos para despedirse de su querido jugador con la siguiente leyenda: “Niente parole… solo un posto en el fondo al cuore. Ciao Ago” (No hay palabras… solo un puesto en el fondo del corazón. Adiós Ago).

DEP Agostino di Bartolomei

Rudi García-Rafa Benítez, historia de una amistad surgida en Valencia

noviembre 4, 2013 Deja un comentario

No hay ninguna duda de que Rudi García es actualmente el hombre de moda del fútbol italiano. El galo, de ascendencia española, ha conseguido transformar a una Roma que había estado las últimas temporadas en plena depresión en un equipo devora récords. Y es que el conjunto capitalino está protagonizando el mejor arranque de la historia en la Serie A.

Los números que está firmando la Roma hacen pensar que su éxito no es flor de un día y, por tanto, ya nadie se atreve a descartar a los hombres de García de cara a la lucha por el Scudetto, pese a que a principio de temporada nadie contaba con ellos. Uno de los equipos que amenaza con acabar el cuento de hadas en el que viven en Roma es el Napoli de Rafa Benítez.

Curiosamente, a este último le une una gran amistad con García. La relación entre ambos técnicos surgió en el verano de 2001. García se encontraba en esos momentos sin equipo después de haber tenido su primera gran oportunidad en los banquillos de la Ligue 1 en el Saint Ettiene, al que no logró salvar del descenso.

El francés buscaba ampliar su formación antes de emprender una nueva aventura como técnico. Por ello, llamó a su amigo Jocelyn Angloma, con el que coincidió como jugador en el Lille, para ver si le podía ayudar a acudir al stage de pretemporada del Valencia para ver los métodos de trabajo de Benítez.

El técnico español dio su ok y permitió al joven Rudi que se incorporara durante una semana a la pretemporada del Valencia. El que Benítez le abriera las puertas del club ‘ché’ es algo que el actual técnico de la Roma no olvida y recuerda aún con cariño.

«Le debo mucho porque me abrió las puertas de un club grande cuando yo no era nadie y me dedicó mucho tiempo. Inmediatamente estableció un diálogo conmigo y de él aprendí el planteamiento táctico. La mayoría de sus jugadores saben dónde y cómo moverse, mejoran con él. Pero de Benítez también agradezco la atención para fijar piezas, tanto en ataque como en defensa», declaró el técnico galo en ‘La Gazzetta dello Sport’ antes de que la Roma se enfrentara al Napoli de Benítez.

Aquel día se impusieron los ‘Giallorossi’ por 2-0 a los napolitanos, y es que por momentos el alumno parece ganar la partida a su estimado maestro.

El drama de Prandelli

junio 11, 2012 1 comentario

La vida no ha sido un camino de rosas para Cesare Prandelli, el seleccionador de Italia. Más bien todo lo contrario. Ha sido una travesía que siempre le ha presentado la peor de sus caras y la mayor de sus dificultades. Sin embargo, él lo ha sabido asumir siempre con entereza y valentía para poder salir adelante.

El primer golpe duro que se llevó fue a los 16 años, cuando murió su padre. Pese a ello, supo reponerse y levantarse para lograr su sueño: ser futbolista. Lo consiguió, pero la mala suerte siguió acompañándole. Sin ir más lejos, cuando jugaba en la Juventus de Turín no pudo disfrutar de la única Copa de Europa  que ganó como jugador, ya que se produjo en medio de la tragedia de Heysel, una de las más dramáticas de la historia del deporte porque murieron 39 personas.

Una lesión de rodilla a los 32 años le hizo colgar las botas antes de lo que él hubiera imaginado, por ello decidió reinventarse como entrenador. Con mucho trabajo y esfuerzo logró entrenar en la Primera División. Su primera oportunidad en un equipo de relativo nivel fue el Parma. Sin embargo, al poco de su llegada se produjo la caída del grupo Parmalat, que era el sustento económico de la entidad y el club entró en una gran crisis.

Sin embargo, Prandelli supo sacar adelante al equipo y la Roma le contrató para la temporada 2004/2005. Era el reto más importante de su carrera, ya que el conjunto capitalino era el subcampeón del campeonato. Pese a ello, a los pocos meses tuvo que dimitir porque a su esposa le detectaron un cáncer de pecho y decidió dedicarle todo su tiempo a ella, que lamentablemente falleció años más tarde.

Aun así, el fútbol le ha quiso dar una nueva oportunidad y en 2005 cogió las riendas de la Fiorentina. En Florencia la suerte volvió a jugarle una nueva pasada. En 2008 alcazó con el equipo ‘viola’ las semifinales de la Copa de la UEFA, en las que se enfrentó al Glasgow Rangers escocés. Pese a que los italianos fueron superiores en toda la eliminatoria, cayeron eliminados en los penaltis. Prandelli, en un gran gesto, obligó al final de los mismos que sus jugadores hicieran pasillo al Rangers.

Sus cualidades no pasaron desapercibidas para la Federación Italiana de Fútbol, que le nombró seleccionador en 2010. Después de la difícil tarea de reconstruir un equipo que estaba hundido tras el fracaso del Mundial de Sudáfrica, la vida le ha vuelto a poner una nueva piedra en el camino: la trama de las apuestas que ha estallado en Italia ha alterado la concentración para la Eurocopa y se ha cobrado una víctima, Criscito. Ahora le toca a Prandelli tratar de volver a salir adelante.

Pickles y la caja de zapatos

junio 19, 2010 3 comentarios

Deseada y codiciada, el trofeo de la Copa del Mundo es aquel que todo jugador desea levantar. Sin embargo, ésta no sólo ha sido objetivo de futbolistas, ya que ladrones y dictadores también han luchado a lo largo de la historia por tener la copa entre sus manos. 

Uno de los que más insistió en tenerla por méritos no deportivos fue Adolf Hitler. A principios de los cuarenta, el trofeo estaba en posesión de Italia, que se había hecho con él tras su victoria en el Mundial del 38. Hay que recordar que en aquella época la copa no era como en la actualidad, sino que era una escultura de la diosa griega Niké bañada en oro. 

Ottorino Barassi, vicepresidente de la FIFA durante la II Guerra Mundial, sabía que Hitler deseaba tener la copa en sus manos y, por ello, decidió sacarla de los fondos de un banco de Roma, donde se encontraba guardada. No se equivocó Barassi, pues poco después el banco cayó en manos alemanas y éstos lo primero que hicieron fue buscar en la caja fuerte el trofeo. La pregunta ahora es ¿dónde guardó Ottorino la copa? Pues resulta que decidió hacerlo en una caja de zapatos que escondió debajo de su cama. Sitio que al final resultó ser más seguro que la caja fuerte de un banco.

Aun así, el trofeo no se libró de caer en manos ajenas antes del Mundial del 66. Entonces  fue robada en el Salón Central de Westminster. Scotland Yard  buscó en todos lados pero sin éxito y los británicos se temieron lo peor: el Mundial se jugaría sin el trofeo original. Sin embargo, un perro llamado “Pickles”, mascota de un trabajador inglés de astilleros encontró el trofeo envuelto en papel de periódico entre unos arbustos del barrio londinense de Upper Norwood.  Como recompensa, el perro y su dueño fueron invitados al Mundial del 70 por la FIFA, aunque el chucho falleció antes de la gran cita. 

En el 74, la FIFA decidió sustituir el antiguo trofeo por uno nuevo. El diseño ganador para la nueva copa fue el del italiano Silvano Gazzaniga. El tranasalpino definió el nuevo trofeo con las siguientes palabras: “Los jugadores sostienen la tierra desde abajo formando un círculo, representando la emoción de la victoria”. Esta media provocaba que el ganador del Mundial del 70 se iba a quedar con el trofeo original en propiedad. 

El vencedor fue Brasil y aquí, en un principio, se le debería poner fin a esta historia. Sin embargo, la copa original parecía predestinada a la tragedia y así fue. En 1983 fue robada en Río de Janeiro por cuatro hombres que confesaron en el juicio haberla fundido.

Franco Gemma, la mano maldita del fútbol español

junio 11, 2010 2 comentarios

El nombre de Franco Gemma, probablemente, a más de uno no le dirá nada. Sin embargo, es alguien que está ligado a la historia de España en los mundiales, y a la más negra concretamente. Y es que a este italiano hay quien lo bautizó como “la mano maldita del fútbol español”, puesto que, pese a que no quepa duda de que España y mala suerte son sinónimos cuando se habla de mundiales, representa perfectamente al malfario que ha acompañado a la historia a lo largo de todos los tiempos en la máxima competición de selecciones. 

Nos situamos en 1954, España se jugaba su pase al Mundial de dicho año en una eliminatoria contra Turquía, que no era un equipo muy sólido. La euforia había invadido a la selección, ya que la Roja había completado su mejor actuación en un Mundial en 1950 -4º puesto- y se soñaba con hacer algo grande en Suiza 1954. Además, el equipo, además de contar una magnífica generación de jugadores, contaba con el apoyo pleno del Gobierno, que pensaba que los éxitos del fútbol era una manera de vender al mundo el franquismo como algo bueno. 

En la ida, disputada en el Santiago Bernabéu, todo fue sobre rueda: España goleó sin problemas a Turquía por 4-1. En la vuelta, sin embargo, los otomanos derrotaron a los españoles por 1-0 y ambos equipos tuvieron que disputar un partido de desempate, ya que en aquella época no existía el valor global obtenido en una eliminatoria, sino las victorias, y la fórmula de los penaltis tampoco se había inventado. 

Así las cosas el partido de desempate se decidió que se jugara en terreno neutral y el lugar elegido fue Roma, donde las ilusiones de España quedaron de manera definitiva. Uno de los jugadores que más destacaba en aquella selección era Ladislao Kubala, el futbolista del Barcelona era un prodigio y estaba considerado como uno de los mejores del mundo. Sin embargo, poco antes de que la Roja decidiera partir al campo a jugar el partido, los integrantes de la Federación Española recibieron la siguiente nota: “Attention equipe espagnole situation jouer Kubala” (Atención equipo español situación jugador Kubala). 

La FIFA lo que quería dar a entender era que Kubala estaba siendo investigado par ver si era lícito que jugara con España. Hay que recordar que Kubala era húngaro y la FIFA dictaminaba que para que un jugador pudiera defender los colores de un país en el que no había nacido debía de haber pasado un mínimo de tres años en dicho lugar. Kubala, en un principio, cumplía con dicha obligación, ya que había aterrizado en España en 1950. Aunque no todo era tan fácil ya que los papeles se los hizo en 1951. Ante la duda, y el temor de que una posible alineación de Kubala supusiera la descalificación de España, los miembros de la Federación decidieron que el delantero no jugara el choque decisivo.

El partido quedó, finalmente, 2-2 y, como estaba instaurado el método de los penaltis para desempatar, se decidió que en una bolsa se metieran dos papeletas y que fuera un niño con los ojos vendados el que escogiera la papeleta del que iba a dictaminar al ganador. Los turcos pusieron en la papeleta su nombre en italiano (Turchie), pensando que al estar en el país transalpino esto les daría suerte. España se limitó a poner una X. El encargado de sacar el papel de la bolsa fue Franco Gemma que, para gozo de los turcos y desencanto de los españoles, sacó la papeleta de Turquía.

 “Si es que de alguien que se llama Franco sólo se puede esperar cosas malas”, señalaron algunos de los opositores al régimen de Franco en tono de mofa. Para más inri, años más tarde los dirigentes de la FIFA aseguraron que ninguno de ellos había enviado ese mensaje y todavía no se ha descubierto quien escribió el telegrama y con qué motivo lo hizo, aunque muchas de las acusaciones apuntan al dirigente italiano Ottorino Barassi. Otra de las leyendas negras dice que el origen de ese telegrama fue debido a que la selección húngara, una de las más fuertes de la época, amenazó a la FIFA con no jugar la competición si Kubala defendía los colores de España. Ante lo cual el organismo tuvo que idearse un apaño para no dejar fuera a los magiares.

Edición del jueves 18 de marzo de 1954 - Página 1