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El precedente al que se puede agarrar el Atlético en Champions
Esta semana se disputa la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Uno de los equipos que más complicado lo tiene para acceder a los octavos de final de la máxima competición continental es el Atlético de Madrid, que debe de sacar un puntuaje superior al que haga la Roma. Es decir, si los italianos empatan ellos deben ganar y si pierden les vale el empate para superar a los italianos en la tabla.
Visto de esta manera, apostar por un pase de los rojiblancos a los octavos de final tampoco parece una misión difícil pero no imposible. Sin embargo, las cosas cambian cuando se conoce que el equipo encargado de robar puntos a la Roma es el Qarabag, que no se juega nada, y que el Atleti debe de ganar, o en el mejor de los casos empatar, contra el Chelsea en Stamford Bridge.
Pese a todo, hay un precedente al que se pueden agarrar los colchoneros y tampoco está muy lejos en el tiempo. Fue hace dos temporadas. La Roma llegó a la última jornada de la fase de grupos de la Liga de Campeones dependiendo de sí misma para acceder a octavos de final. Para lograr este objetivo y no tener que depender de lo que hicieran otros equipos, tenían que derrotar en casa al Bate Borisov.
Si bien es cierto que el Bate llegó a esta última jornada con opciones, un tanto remotas, de acabar tercero o segundo de grupo, todo hacía indicar que la Roma no debía de tener problemas para superar a un rival que sumaba por goleadas sus otras dos salidas en la fase de grupos.
Sin embargo, la realidad fue bien distinta. El Bate dio mucha guerra en el Olímpico y acabó sacando un punto (0-0) después de haber tenido ocasiones, incluso, para haberse llevado los tres puntos y haber dejado a los locales ya no fuera de la Champions, sino también de la Europa League.
El empate dio el pase a la Roma a la siguiente ronda de la máxima competición continental gracias a que el Bayer Leverkusen no pudo superar en casa a un Barcelona que no se jugaba nada y que tuvo en Ter Stegen a su mejor jugador (1-1).
Por tanto, es un precedente al que se puede agarrar el Atlético de Madrid para tratar de soñar con un milagro, ya que hay antecedentes recientes de partidos europeos en los que la Roma dependía de ganar en casa a un rival muy inferior para pasar a la siguiente ronda y no se impuso. Parece difícil que se pueda repetir el próximo martes contra el Qarabag, pero la esperanza es siempre lo último que debe de perderse y en eso los hombres del Cholo siempre han ido sobrados.
Rudi García-Rafa Benítez, historia de una amistad surgida en Valencia
No hay ninguna duda de que Rudi García es actualmente el hombre de moda del fútbol italiano. El galo, de ascendencia española, ha conseguido transformar a una Roma que había estado las últimas temporadas en plena depresión en un equipo devora récords. Y es que el conjunto capitalino está protagonizando el mejor arranque de la historia en la Serie A.
Los números que está firmando la Roma hacen pensar que su éxito no es flor de un día y, por tanto, ya nadie se atreve a descartar a los hombres de García de cara a la lucha por el Scudetto, pese a que a principio de temporada nadie contaba con ellos. Uno de los equipos que amenaza con acabar el cuento de hadas en el que viven en Roma es el Napoli de Rafa Benítez.
Curiosamente, a este último le une una gran amistad con García. La relación entre ambos técnicos surgió en el verano de 2001. García se encontraba en esos momentos sin equipo después de haber tenido su primera gran oportunidad en los banquillos de la Ligue 1 en el Saint Ettiene, al que no logró salvar del descenso.
El francés buscaba ampliar su formación antes de emprender una nueva aventura como técnico. Por ello, llamó a su amigo Jocelyn Angloma, con el que coincidió como jugador en el Lille, para ver si le podía ayudar a acudir al stage de pretemporada del Valencia para ver los métodos de trabajo de Benítez.
El técnico español dio su ok y permitió al joven Rudi que se incorporara durante una semana a la pretemporada del Valencia. El que Benítez le abriera las puertas del club ‘ché’ es algo que el actual técnico de la Roma no olvida y recuerda aún con cariño.
«Le debo mucho porque me abrió las puertas de un club grande cuando yo no era nadie y me dedicó mucho tiempo. Inmediatamente estableció un diálogo conmigo y de él aprendí el planteamiento táctico. La mayoría de sus jugadores saben dónde y cómo moverse, mejoran con él. Pero de Benítez también agradezco la atención para fijar piezas, tanto en ataque como en defensa», declaró el técnico galo en ‘La Gazzetta dello Sport’ antes de que la Roma se enfrentara al Napoli de Benítez.
Aquel día se impusieron los ‘Giallorossi’ por 2-0 a los napolitanos, y es que por momentos el alumno parece ganar la partida a su estimado maestro.
El drama de Prandelli
La vida no ha sido un camino de rosas para Cesare Prandelli, el seleccionador de Italia. Más bien todo lo contrario. Ha sido una travesía que siempre le ha presentado la peor de sus caras y la mayor de sus dificultades. Sin embargo, él lo ha sabido asumir siempre con entereza y valentía para poder salir adelante.
El primer golpe duro que se llevó fue a los 16 años, cuando murió su padre. Pese a ello, supo reponerse y levantarse para lograr su sueño: ser futbolista. Lo consiguió, pero la mala suerte siguió acompañándole. Sin ir más lejos, cuando jugaba en la Juventus de Turín no pudo disfrutar de la única Copa de Europa que ganó como jugador, ya que se produjo en medio de la tragedia de Heysel, una de las más dramáticas de la historia del deporte porque murieron 39 personas.
Una lesión de rodilla a los 32 años le hizo colgar las botas antes de lo que él hubiera imaginado, por ello decidió reinventarse como entrenador. Con mucho trabajo y esfuerzo logró entrenar en la Primera División. Su primera oportunidad en un equipo de relativo nivel fue el Parma. Sin embargo, al poco de su llegada se produjo la caída del grupo Parmalat, que era el sustento económico de la entidad y el club entró en una gran crisis.
Sin embargo, Prandelli supo sacar adelante al equipo y la Roma le contrató para la temporada 2004/2005. Era el reto más importante de su carrera, ya que el conjunto capitalino era el subcampeón del campeonato. Pese a ello, a los pocos meses tuvo que dimitir porque a su esposa le detectaron un cáncer de pecho y decidió dedicarle todo su tiempo a ella, que lamentablemente falleció años más tarde.
Aun así, el fútbol le ha quiso dar una nueva oportunidad y en 2005 cogió las riendas de la Fiorentina. En Florencia la suerte volvió a jugarle una nueva pasada. En 2008 alcazó con el equipo ‘viola’ las semifinales de la Copa de la UEFA, en las que se enfrentó al Glasgow Rangers escocés. Pese a que los italianos fueron superiores en toda la eliminatoria, cayeron eliminados en los penaltis. Prandelli, en un gran gesto, obligó al final de los mismos que sus jugadores hicieran pasillo al Rangers.
Sus cualidades no pasaron desapercibidas para la Federación Italiana de Fútbol, que le nombró seleccionador en 2010. Después de la difícil tarea de reconstruir un equipo que estaba hundido tras el fracaso del Mundial de Sudáfrica, la vida le ha vuelto a poner una nueva piedra en el camino: la trama de las apuestas que ha estallado en Italia ha alterado la concentración para la Eurocopa y se ha cobrado una víctima, Criscito. Ahora le toca a Prandelli tratar de volver a salir adelante.