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El Sevilla, equipo maldito para Claudio Ranieri
Esta semana se completan los duelos de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones. Uno de los partidos que más incógnitas levanta es el Sevilla – Leicester, ya que los ingleses arrastran una nefasta racha en Inglaterra y está por ver si esta último se traslada a Europa o, por si el contrario, la Champions le sirve de desconexión. Eso sí, Claudio Ranieri nunca ha ganado al conjunto al hispalense y las temporadas en las que se enfrentó a ellos acabó siendo despedido.
El técnico italiano estuvo entrenado en España en dos etapas: de 1997 a 2000 (Valencia y Atlético) y de 2004 a 2005 (de nuevo Valencia). Pese a todos los años que estuvo en La Liga, únicamente se enfrentó al Sevilla en dos ocasiones. Esto fue debido a que los andaluces estuvieron en Segunda de 1997 a 1999 y, cuando ascendieron a Primera, siempre que se enfrentaron al transalpino este último fue despedido de su puesto de trabajo en la segunda vuelta.
Así sucedió en la temporada 99/00 y en la 04/05. En la primera de ellas, el actual técnico del Leicester dirigía al Atlético de Madrid. El italiano visitó con los rojiblancos el Sánchez Pizjuán en la jornada 18 y, pese a que los sevillanos no pasaban por su mejor época, se marchó de vacío de la capital andaluza. El Atleti cayó derrotado por 2-1.
Aquella temporada fue una de las más convulsas en toda la historia del conjunto colchonero, marcada por temas extradeportivos que provocaron que los rojiblancos bajaran a Segunda y que Ranieri dejara su puesto en el banquillo al inicio de la segunda vuelta. Es por ello que únicamente pudiera enfrentarse una vez a los sevillistas.
Le sucedió algo muy parecido al técnico italiano en la temporada 03/04. Entonces el transalpino había iniciado su segunda etapa en el Valencia y se vio las caras con el Sevilla en Mestalla en la séptima jornada. Los valencianistas se adelantaron en el marcador gracias a un tanto de Aitor Ocio en propia puerta. Sin embargo, los sevillanos le dieron la vuelta al partido con los goles Baptista y Aranda (1-2). Tal y como le pasó en el Atleti, no pudo estar en el partido de la segunda vuelta, ya que cuando se celebró ya había sido despedido.
Estos precedentes no son los mejores para que el técnico del Leicester afronte el partido del Sánchez Pizjuán de Champions, pero también puede agarrarse a otros datos más positivos. En 1999 obtuvo el que ha sido su único título en España, la Copa del Rey, en Sevilla. El Valencia se impuso por 3-0 al Atlético en el estadio de La Cartuja. Además, tiene otro dato al que agarrarse y no ver todo negro: el Sevilla nunca ha ganado el partido de ida de los octavos de final de la Liga de Campeones, ronda que nunca superó.
La victoria más triste de Ancelotti contra el Sevilla
Real Madrid y Sevilla disputarán este martes en Cardiff la primera final europea de la temporada en busca de la Supercopa. Un partido que trae viejos recuerdos a Carlo Ancelotti, técnico de los blancos, puesto que ya sabe lo que es ganar este título a los hispalenses.
Lo hizo en el año 2007, cuando dirigía al Milan. Sin embargo, el ahora entrenador madridista a buen seguro que recuerda aquel partido más por lo que le precedió que por la propia conquista del título. Y es que sólo tres días antes de que se disputara la final falleció Antonio Puerta, jugador del Sevilla, de un ataque al corazón que le dio mientras jugaba un partido de Liga contra el Getafe.
La muerte del lateral izquierdo, lógicamente, dejó consternado al Sevilla y a toda su plantilla, que no pudieron preparar ni deportiva ni psicológicamente la final de la Supercopa de Europa contra el Milan. La UEFA, con su falta de tacto habitual, se negó a aplazar el encuentro a otra fecha, por lo que los futbolistas del Sevilla prácticamente se tuvieron que vestir de corto tras enterrar a su compañero.
La falta de tacto de la UEFA contrastó con la del Milan y Ancelotti. Tanto el equipo lombardo como el entrenador se pusieron a disposición de los sevillistas para lo que quisieran y afirmaron públicamente que ellos no iban a poner ninguna traba si los españoles solicitaban aplazar el partido debido a su cercanía con la muerte de Puerta.
El partido se acabó disputando a la fecha y hora acordadas por UEFA, 31 de agosto de 2007 a las 20:45. Sin embargo, el ambiente que rodeó al partido fue muy diferente al que se puede ver en este tipo de encuentros, marcados por la euforia de ambas aficiones por el título europeo conquistado la temporada anterior. Tanto Milan como Sevilla saltaron al terreno de juego con el nombre de Puerta en sus camisetas y tras un emotivo minuto de silencio comenzó el partido.
El Sevilla se adelantó en el partido al poco de comenzar gracias a un gol de Renato, que, como no podía ser de otra manera, lo dedicó mirando al cielo en memoria de Puerta. El brasileño pudo sentenciar el partido antes del descanso, pero un remate suyo lo sacó bajo palos Alessandro Nesta cuando Dida ya estaba batido.
En este tipo de encuentros se suele decir que el perdona lo paga, el Sevilla acusó en la segunda parte que su cabeza no estaba en el partido y el Milan lo aprovechó para dar la vuelta al marcador. Pippo Inzaghi y Jankulovski, este último con una gran volea, adelantaron a los de Ancelotti. Kaká dio la puntilla al Sevilla al hacer el definitivo 3-1 en los últimos minutos tras aprovechar el rechace de un penalti que le había detenido Andrés Palop.
El Milan se hizo con el título y puede que fuera la primera vez en la historia del fútbol en la que en las celebraciones del triunfo un equipo dedicara el triunfo a un jugador del conjunto rival: Puerta.
Carlo Ancelotti reconoció en rueda de prensa que la muerte del sevillista a ellos también les afectó: «Lo que ha sucedido en los últimos días con la muerte de Puerta ha creado un ambiente único para este partido. Evidentemente, el Sevilla estaba más afectado por ello que nosotros, pero han jugado bien, sobre todo en la primera mitad, en la que estábamos un poco cansados. Pero hemos podido recuperarnos y hacerlo mucho mejor en la segunda parte. Nos estamos preparando muy bien, el equipo se muestra compacto y hemos sabido mantener la calma cuando estábamos por detrás en el marcador».
Cuando el Sevilla tuvo fichado a Van Persie
Este jueves comienza, al fin, el Mundial de fútbol. Uno de los partidos más interesantes de la primera jornada será, sin duda, el que disputen España y Holanda el próximo viernes. Robin Van Persie es una de las estrellas del conjunto de Louis Van Gaal y estuvo muy cerca de jugar en el país que será su rival en la primera jornada del Mundial. Concretamente en el Sevilla.
Fue en el año 2004. Por aquel entonces Van Persie tenía 20 años y militaba en el Feyenoord. Su importante contribución a que el equipo holandés ganara en 2002 la Copa de la UEFA le convirtió en una de las promesas más firmes de Europa. Además, acababa contrato en el año 2005 y ya había dejado claro que no iba a renovar por el club de Roterdam, por lo que los rojiblancos estaban obligados a venderlo en 2004 si querían sacar algún beneficio por él.
Un hecho que provocó que muchos equipos le tuvieran en su agenda en un sitio privilegiado. Sin embargo, Monchi, director deportivo del Sevilla y rápido como pocos para detectar el talento emergente a buen precio, fue de los primeros que contactó con Van Persie y su agente para hacerle llegar que lo mejor para su futuro es que jugara en el Sánchez Pizjuán.
A favor de los hispalenses estaba que el propio jugador ya había declarado sus simpatías para jugar en la Liga. «Es la mejor para desarrollar mis cualidades», confesó en una entrevista. Por ello, tras una reunión en Amsterdam logró cerrar un acuerdo verbal para que Van Persie fichara por el Sevilla. Monchi quedó entonces a expensas de que el agente del jugador le llamara para formalizar en un contrato todo lo hablado y firmar el acuerdo.
Sin embargo, pasaron los días y la llamada de Van Persie y su agente no le llegó a Monchi. Consciente de que lo más probable es que ésto se debiera a que un club grande de Europa se había interpuesto en el camino con una oferta irrechazable, el Sevilla emitió un comunicado anunciando que rompía las negociaciones. Ya se sabe, es mejor decir que tú has rechazado a un jugador que viceversa.
«El Sevilla F.C. ha decidido romper las negociaciones llevadas a cabo con el Feyenoord holandés y con los representantes de Robin Van Persie, extremo zurdo cuya ficha pertenece al club de Rotterdam, en vista de que las gestiones llevadas a cabo por el club no han dado el fruto apetecido. El director deportivo del Sevilla, Ramón Rodríguez, Monchi, desplazado a Holanda para sumarse a los representantes del Sevilla que iniciaron los contactos, mantuvo conversaciones tanto con los agentes del jugador como con representantes del Feyenoord sin que haya sido posible alcanzar un acuerdo satisfactorio para los intereses sevillistas. Así las cosas, el Sevilla FC, que no desea ser usado como gancho en posteriores negociaciones del Feyenoord con otros clubes interesados en el jugador, ha decidido retirar su oferta por Van Persie», rezaba el comunicado de los hispalenses.
El Sevilla no se equivocaba. Efectivamente, había otro club que se interpuso en las negociaciones: el Arsenal. Además de ofrecerle una mejor oferta económica, los gunners también le daban la posibilidad a Van Persie de jugar en un equipo que aquella temporada acabó la campaña invicto como campeón de la Premier League. Por si ésto no fuera poco, el Arsenal era uno de los equipos favoritos en la infancia de Van Persie, por lo que el holandés puso rumbo a Londres y no a Sevilla.
Curiosamente, allí podía haber coincidido con Sergio Ramos, que entonces militaba en el Sevilla y que, probablemente, será el futbolista que le marque en el España – Holanda con el que dará inicio el Mundial.
El día que Simeone deseó fichar por el Real Madrid
Peace and love
Los campos de fútbol siempre han sido, y serán, lugares que puedan ser calificados de todo menos de previsibles. Allí puede suceder cualquier cosa. Pasando por el mayor de los sueños hasta la peor de las pesadillas. Incluso que la afición visitante se pare a aplaudir a la local cuando éstos se dedican a alentar ala Policíapara que les castigue duramente. Todo por un error de entendimiento lingüístico. Sucedió en La Romareda, cuando los hinchas del Chelsea creyeron oír de los fans del Zaragoza “peace and love” cuando en realidad querían decir “písalo”.
El origen de esta historia, sin embargo, se encuentra muy lejos de la capital maña. Concretamente en La Coruña. El seis de febrero de 1993 se enfrentan Deportivo y Sevilla en Riazor. En un lance del partido, Diego Armando Maradona, jugador entonces de los hispalenses, golpeó accidentalmente al deportivista Alberto Albístegui rompiéndole la nariz y causándole una hemorragia. El partido se detuvo para que las asistencias médicas de ambos equipos pudieran atender a sus respectivos jugadores. Sin embargo, el único que requiere la misma es Albístegui. Por ello, el médico del Sevilla, que llegó a la zona de los hechos antes que su homólogo del Depor, asistió al futbolista blanquiazul en un noble gesto.
Hasta aquí todo más o menos normal. Sin embargo, las cámaras del programa “El Día Después” de Canal + captaron que, mientras todo esto sucedía, Carlos Bilardo, técnico del Sevilla, se exaltaba al ver como su médico se dedicaba a ayudar al rival, a Albístegui. No daba crédito. “¡Ah, en vez de agarrar a Diego agarra al otro!”, “¡Domingo, los de colorado son nuestros!” –en referencia a la equipación roja que lucía aquel día el Sevilla-, “¡Me quiero morir, al enemigo ni agua!”, “¡Cómo vas a atender al otro, qué carajo me importa el otro, pisalo, pisalo!”. Bilardo hizo un hincapié especial en esto último y volvió a gritar delante de la cámara: “¡Pisalo, pisalo, pisalo!”.
Las imágenes tuvieron una gran repercusión, tanto que la hinchada del Sevilla adoptó el “¡Pisalo, pisalo, pisalo!” como uno más de sus gritos de guerra. El cántico se hizo tan popular que se extendió al resto de campos de España. Así hoy aún se puede escuchar a más de una afición cantando “¡Pisalo, pisalo, pisalo!” cuando hay un jugador rival tendido sobre el terreno de juego retorcido por el dolor.
Una vez sabido esto, volvemos al punto de partida de este relato: La Romareda. Allí el seis de abril de 1995 el Real Zaragoza y el Chelsea disputaban la ida de las semifinales dela Recopa. Con un claro 3-0 en el marcador para los locales, los hinchas del conjunto inglés comenzaron a mostrar su desencanto con el resultado provocando disturbios en la tribuna. La Policía no se andó con miramientos y comenzó a reprimir esos actos con dureza.
Entonces los hinchas del Zaragoza comenzaron a cantar el famoso “¡Pisalo, pisalo, pisalo!” como forma de alentar a los policías para que ejecutaran el mayor de los castigos contra los aficionados del Chelsea. Sin embargo, esto no enfadó a los londinenses. Todo lo contrario, comenzaron a aplaudir a la hinchada del Zaragoza. Pensaron que estaban cantando “peace and love” (“paz y amor”) y lo consideraron como un gesto muy deportivo.
No fueron los únicos que pensaron así. De hecho, varios periodistas ingleses desplazas aLa Romaredatambién entendieron así los hechos y al día siguiente alabaron en sus crónicas a la afición del Zaragoza: “Ayer en el estadio español dela Romareda, ocurrió una de las historias más bellas jamás vistas en el mundo del fútbol. Cuando los hooligans del Chelsea se estaban enfrentando con la policía española, los hinchas zaragocistas frenaron la pelea al grito de paz y amor (…)”. Nada más lejos de la realidad…